Hola qué tal mi nombre es Brenda y soy una estudiante del colegio, tengo 17 años, vivo con mi hermana menor Viti de 7 añitos, mi madre Andrea ya mayor de 37 y su esposo que no es mi padre que es un moreno enorme de llamado Santiago.
Bueno esta historia es algo como una confesión de lo que pasa en mi casa con Santiago, el novio de mi madre, pues es alguien muy bueno pero también alguien muy especial, pues al vivir mantenidas por el le obedecemos en todo, sus reglas son extrañas pero aceptables:
– No usar calcetines
– No ducharnos sin hacérselo saber (el se ducha con mi madre)
– No llevar brasier dentro de la casa
Las reglas no me molestan ya que mis pechos son muy grandes y es incómodo usar sostén, y sobre los calcetines está bien, nuestra ciudad es muy calurosa por lo que siempre estamos con chanclas. Todo era muy tranquilo de no ser por las noches en que el y mi mamá hacían el amor, hacían tanto ruido, jadeos, gemidos, y mi madre gritando «violame violame rómpeme el ano» no nos dejaban dormir, pero con el tiempo fuimos acostumbrándonos
Mi madre y yo salíamos temprano todos los días, ella a su trabajo y yo a mi colegio, mi Santiago llevaba a la pequeña Viti a la escuela, al llegar a casa almorzábamos juntos y obviamente todas sin sostén y enseñando las patas como lo pedía Santiago o «papi» como le decía Viti mi hermanita.
Acabando de comer mi madre tomaba su siesta en la piscina, yo hacía mis deberes y Viti convivía con Santiago, aveces nadaban o aveces dormían la siesta encerrados en su habitación. Mi madre era una mujer que tenía el culo y las tetas gigantes pero GIGANTES, por lo que cuando tomaba el sol en la piscina de casa Santiago lanzaba comentarios como «miren el orto de esa puta, miren sus tetas» a mi me daba igual y a Viti hasta le causaba gracia.
Viti era la más consentida por Santiago, le compraba todo, juguetes, ropa, mucha ropa, sandalias, vestidos, hasta le compraba tangas de su tamaño. Lo extraño comenzó cuando teníamos una misa un domingo, y todos nos levantamos temprano para alistarnos, estábamos atrasados así que tuve que bañarme junto a Viti, ambas desnudas entramos a la ducha, y entonces noté algo raro, las nalgas de mi hermana, estaban con marcas de azotes, parecían de cinturón y de manos, le pregunté que había pasado, pero ella no respondía nada y se ponía muy nerviosa, traté de olvidarlo, ella salió de la ducha primero y al agacharse para recoger sus chanclas, lo vi, su culo, el ano de mi pequeña hermana de años estaba totalmente abierto, ella es blanca y delgada pero su ano era negro y profundo ese día.
Al salir en nuestra habitación le pregunté qué había pasado, y a tanta insistencia se decidió a contarme, y la cito:
«Cuando ustedes se van por la mañana lo primero que yo hago, es ir a la habitación de papi, que ya me espera completamente desnudo, debo entrar con los ojos vendados y vestida lista para ir a la escuela, y cuando el me dice debo buscar su verga, si la encuentro no voy a la escuela y nos quedamos toda la mañana, juntos desnudos y viendo películas, la verdad estoy enamorada de papi Santiago, siempre me enseña fotos de mamá desnuda y llena de semen, cuando me porto mal, debo esperarle encima la mesa en posición de perrito, y el me azota con su cinturón y sus manos, a él le encanta chupar mis dedos del pie, y cuando los deja mojados, es la mejor parte, me enseña su verga negra, es enorme, es más grande que mi brazo entero, y siempre siempre, me la meto toda en la boca, o bueno lo intento, si me porto bien, me da su leche en mi boca, si me porto mal se hace pipí en mi y debo tragármelo, pero la verdad, es delicioso»
Me quede atónita al escuchar todo eso, mi hermana y mi padre hacían todos esos actos eróticos cuando yo no estaba y la verdad de alguna forma eso hizo que mi panocha se mojara, mi madre ya nos llamaba para ir a misa y baje junto a mi hermana que aún no me decía porque su culo estaba así de abierto aunque creo que ya era obvio, nos fuimos a la iglesia pero entonces mi papá dijo -Brenda tú entra con tu mamá, Viti y yo iremos por unos helados- yo presentía algo así que rogué para que me dejen ir a mi también por helados así que únicamente mi madre se quedó en la iglesia, quedé impresionada pues mi pequeña hermana Viti ya estaba acostumbrada, cuando mi madre se bajó del auto, Viti inmediatamente se pasó al asiento de adelante y le dijo a mi Santiago «papi mi culito quiere abrirse más, dame verga por favor» mi padre le tapó la boca y me miró a mi asustado; pero ella le dijo «ya se lo conté, no dirá nada pero por favor rómpeme el poto de una vez»
Mi hermana y el habían entablado una relación de sexo sin compromiso y yo no lo sabía, esto se puso cada vez más extremo, háganme saber si quieren la continuación…
Claro que queremos la continuación