Hay algunas páginas especializadas en compartir videos porno graciosos o extremadamente raros, que hacen que uno, así pervert y todo, se sienta normalito-normalito. Hace poco encontré algo así, como parte de un video más largo donde se la están montando a un pobre gordo como medio retardón, pero el muy soco la pasa bien. En resumen, el equipo de producción de uno o varios videos porno, invitó a un joven que padece algún tipo de trastorno para hacer un video divertido. He visto ese mismo concepto con habitantes de calle. Actrices porno hermosísimas van con su equipo a, digamos, debajo de un puente donde están los desarrapados y les hacen un showcito sorpresa. Ella escoge uno y se deja tocar para que el tipo se pegue una pajeadita, la mejor de su vida. En el caso que les voy a relatar aquí, había una joven (demasiado joven, quizá ilegal) demasiado hermosa, y como soy tan susceptible a eso, no resistí hacer este post. He buscado por cielo y tierra el video completo pero no he encontrado un carajo.
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Unos tipos están grabando a escondidas, se ven sus pies y un muro de hormigón. Después de un rato enfocan finalmente algo y hay una mujer muy sensual (claramente actriz porno) que usa falda absurdamente corta u top. Está hablándole a un joven gordo y que por sus movimientos y aspecto físico, se delata como persona con algún trastorno. Diría yo que Síndrome de Down, pero este gordito no era deforme físicamente, aunque sí se mivía raro y no hablaba sino jadeaba. La mujer se señala algo en tono de complicidad y lo anima a ir en esa dirección. El joven acepta y empieza a andar y los que graban apenas pueden contener la cagada de la risa. Se van detrás de ellos a hurtadillas y graban al muchacho bajar la escalera. Luego lo graban desde las barandas y hacen zoom. Allí abajo está una joven (quizá demasiado, máximo 17). Hay más gente, como amanecida después de una farra. El lugar es un apartamento o casa más bien lujosa. Esta joven, rubia y de cuerpo tipo deportista (Ay dios, dame fuerza), está profundamente dormida, en una posición muy graciosa. Tiene casi las rodillas en los hombros, sosteniendo los pies en el espaldar de otra silla. Lleva sandalias, un short rojo como de dril, se me hace; y top negro. Ni para qué les describo cómo se le marca ese pan. La primera mujer alcanza al joven y le insiste en que sea cauteloso, y este, en gesto extremadamente infantil, manifiesta entendimiento y acuerdo. Termina de aproximarse a hurtadillas y de vez en vez voltea a mirar, esperando no sé si instrucciones o aprobación. Después de unos segundos se agacha y gatea hasta la pelvis de la joven rubia y pega su cara a su pronunciado panochón. ‘Pronunciado’ más por la posición en que ella estaba. Los que graban apenas pueden mantener la cámara estable y siguen reprimiendo la risa. Pasan unos segundos y la chica despierta. Solo en el primer micro-segundo parece sorprendida, para de inmediato darse cuenta de que este tipo, al que obviamente ya conoció desde al menos el día anterior, estaba olfateándole la vagina a través del estirado dril del short rojo. Su reacción es de lo más adorable que yo haya visto, me hizo fantasear, sentir envidia del tipito deranged y querer escribir este post. Ella reconoce al chico y ríe. Separa su cara de la mano con se sotenía al dormir y ríe encantada, deduciendo que le están haciendo una broma. Busca con la mirada la cámara y al encontrarla, hace un gesto silente, sin dejar de reír. Entiende de qué va la broma y le sigue la corriente. Le pregunta (en inglés) al joven:
—¿Te gusta cómo huele?
Y la respuesta del este lo hace a uno cagar de risa. Solo dice «Yes», pero lo dice en un alarido casi llorando de felicidad. No lo culpo (¿Estaré yo así de deranged también? Cómo me gustaría olérsela a una de las colegialas que persigo por ahí). La joven, que no se ha movido un ápice para que él siga oliendo, estalla en risa. Los demás también. Por la risotada, ella se contonea un poco, pero luego se reprime para que, creo yo, el muchacho no se sienta rechazado. Hace el amague de acariciarle la cabeza pero no se anima. Pasan unos segundos más y ella le suelta una pregunta de oro:
—¿Quieres que me orine?
Y el joven asiente, con la cara pegada en la gloria. Ella le dice:
—Espera un poco.
Todos ríen, pero apretando nalga para no asustar al chico. Ella repite:
—Espera un poco.
Y, al principio, no se ve, pero uno sabe que ella empezó a orinar su short rojo porque el chico pega el primero de una serie de alaridos de gusto. Ahí me quedó claro que era lo que los realizadores del video buscaban, las reacciones desmedidas del chico. Esa era la gracia. Imagínense un niño de 8 o 10 años cuyo padre le es devuelto después de 6 meses de secuestro. El escándalo que hace. Bueno, este joven de este video así más o menos reaccionó por tener la panocha de esta hermosa joven, con pipí caliente emergiendo de ella justo en su cara. Luego se ve cómo la orina escurre de una de las nalgas de ella. El joven termina llorando de felicidad. Su espalda revela los espasmos del llanto, sin que despegue la cara del paraíso. Todos vitorean celebrándole al chico.
Hay un corte y aparece la chica, en otra parte, secándose los meados con papel, mientras el de la cámara le hace comentarios risueños. Ella lo escucha, se seca las piernas y sonríe como un ángel quisiera poder sonreír.
Y termina.
Y eso era. He visto cosas más raras todavía pero ninguna con semejante belleza de tontarrona ni que haga reír tanto o se trate de hacer sentir tan bien a alguien. Fue un video muy grato de ver. Y me deja la inquietud o ansia de saber que hay tanta acción en el mundo… y uno ahí… haciéndose la paja.
Ustedes dirán que me la paso viendo porquerías, pero no; ya también rezo y voy a misa.