Lucía tiene 14 años, van junto a mi hija al colegio. Es una mujercita de cuerpo pequeño, pero sus pechos y su culito dicen otra cosa. Es por demás zafada, siempre sonríe con ganas, no se cuida de sus modales y pareciera que siempre anda detrás de una verga.
Yo a mis 39 años estoy físicamente muy bien, hago mucho deporte por lo que me mantengo flaco y musculoso. Además como siempre trato de ser amistoso con las amigas de mi hija, me tienen por un papá muy bueno. Desde hace un tiempito ya Lucía venía más seguido a casa, y a veces lo hacía sabiendo que mi hija y su madre no estaban, ya que permanentemente se comunican por celular. Y los pretextos que utilizaba esta niña me sonaban a verso.
Ese viernes, mi esposa y mi hija se fueron al centro a comprar algo de ropa. Lo que es prácticamente imposible no se lo haya contado a su amiga, por lo que presiento que Lucía llegó a casa sabiendo que yo estaba solo. Sonó el portero, al controlar el visor para ver quien era descubro a Lucía paradita en la puerta.
Convengamos que es menudita pero está muy bien puesta. Como diríamos los hombres, está «para darle matraca». Pero hasta ese momento nunca se me había pasado por la mente el cogerme a esta niña. Abrí la puerta y Lucía entró como pancho por su casa. Totalmente desenfadada, me pregunta si estoy solo. Cosa que ella ya sabía. Contesté que sí y en qué podía ayudarla.
Medio tartamudeó, pero al final se animó y me largó que le gustaba un chico, que ella era todavía virgen y que nunca había estado sexualmente con ninguno. Si yo la podía ayudar al respecto de como actuar. Me sorprendió el pedido, es más, hasta me puso en un compromiso, tiene solo 14 años y yo soy mayor. Podría meterme en un gran problema. Lo primero que dijo es que me prometía no contarle nada a nadie, ni siquiera a mi hija. Con esa promesa hecha nos dirigimos al living, una vez instalados en el sillón grande, le pregunté cual era su idea y en qué quería que la ayude. Se puso colorada, y no se animaba a pedirme lo que quería, finalmente se animó y me dijo que quería tener sexo conmigo, que yo fuera el primer hombre en su vida, que confiaba en mi y que no le haría daño. Me tomó de sorpresa. Volví a preguntarle si estaba seguro de lo que pedía. Afirmó con la cabeza con la vista baja.
Le dije que la ayudaría, pero primero debíamos conocernos intimamente. Por lo que simplemente me saqué la remera y le pedí que ella se sacara la suya, lo hizo y quedó con su sostén que apenas contenía sus pechos. Generosos para su edad. Eso ya comenzó a excitarme con lo que mi verga comenzó a erectarse, siguiendo con el programa le pedí que se sacara la calza que traía. Medio dudó pero finalmente procedió a sacársela, guauuu!!! Que hermosas piernas y ni hablar de su culito, rellenito y paradito. Me mira y me dice bueno sacate vos el pantalón, lo hice, también el sleep y al bajarlo ya mi verga estaba en su máximo esplendor (cargo lo mío, son 21X5cms bien cabezona por cierto) al ver el bulto Lucía se quedó muda. Me arrimé a Ella, y tomando su mano la puse sobre el tronco de mi pija. La tomó suavemente, luego la apretó un poco y la acarició. Con movimientos suaves corrió el prepucio hacia atrás liberando la cabeza morada y brillosa por el precum. Le comencé a acariciar los pechos, y sin pedírselo simplemente desabroché su sostén liberando esos hermosos pechos, sus pezones estaba erectos y duros. Se los pellizqué suavemente y ella gimió, pero no soltaba mi verga, cada vez la tomaba con más pasión. Procedí a sacarle la bombachita, que belleza de monte de venus, pocos vellos, recortaditos, dejaban ver una vagina de labios gruesos, pequeña debido a su edad. La acaricié profundizando con un dedo entre sus labios vaginales, ella volvió a gemir y abrió un poco las piernas para darle lugar a mi mano. Comencé a masturbarla mientras le acariciaba los pechos. Ella cada vez suspiraba más fuerte y respiraba agitada. La hice darse vuelta para poder apreciar su hermoso culo. Al ser tan bajita mi verga le quedaba a mitad de la espalda. Me agaché un poco y le apoyé la cabeza de la pija ente los glúteos directamente en el agujerito de su ano. Se quedó helada, pero no dijo ni hizo movimiento de alejarse. Presioné un poquito y se quejó. La volví a poner de frente a mí, me senté en el sillón y la hice arrodillar entre mis piernas, y le ordené que me la mamara. Tomó la verga por el tronco y se metió la cabeza a la boca, la verdad que la tenía muy caliente, inició una chupada de pija fenomenal, a veces me rozaba con los dientes, pero luego ya se amoldó y lo hacía genial, chupaba y lamía mientras me pajeaba. Yo tenía sus pechos en mis manos. Por unos minutos la hice mamarme la verga, luego le digo, ahora me toca a mi darte placer. La hice sentarse en el sillón, me arrodillé entre sus piernas, las cuales alcé hacia mis hombros, lo que me brindó un acceso limpio a su vagina y a su culito. Y acometí ambos con la lengua, al minuto Lucía comenzó a temblar, y a gemir, yo metía la lengua todo lo que podía, un poco en su vagina y un poco en su ano. Luego vino eltrabajo de dilatar ese esfínter, yo quería poseerla por todos sus agujeros. Y de repente con tanta estimulación me dice que se viene y acabó inundandome la boca con sus fluidos. Quedó laxa y suspirando. Aproveché ese impás para ir hasta mi pieza y buscar el gel lubricante, sin eso sería imposible hacerle la cola a esta niña. La volví a poner a mamar mi verga para que volviera a estimularse, y así fué, en cinco minutos nuevamente estaba excitada, con su consentimiento volví a poner sus tobillos sobre mis hombros, ella con los ojos cerrados esperaba la intromisión del bandido de carne dura. Unté un poco de gel en la cabeza de mi verga, pincelee con ella sus labios vaginales y simplemente posicioné mi pija en la entrada de su cuevita virgen. Presioné y la verga comenzó a entrar, ella solo suspiraba fuerte, la pija entró una tercera parte y se trabó en su himen, ella gimió, yo le pedí que aguantara, que le dolería al entrar pero que luego le gustaría, dijo que si con la cabeza y la penetré con fuerza, su himen se rompió y la verga entró hasta topar con su útero. Pegó un gritito, y lagrimeo un poco pero ya estaba hecho. Había perdido su virginidad y estaba totalmente empernada hasta el fondo. No atinaba a moverse, luego de un ratito de caricias a sus pechos, besitos en su cuello y pechos, se relajó, se adaptó al tamaño de mi pija y pude comenzar a moverme, al principio suavemente, mas no duró mucho y Lucía comenzó a salirme al paso, con movimientos de cadera buscaba cada vez meterse más verga dentro. Su conchita era un volcán, caliente y pulsante, era un guante aterciopelado y suave. Pronto estuvo al borde del climas, yo n quería acabarle dentro, así es que me contuve y logró su orgasmo, Quedó nuevamente laxa con la verga dura dentro. Aprovechando su extasis se la saqué, y aproveché a poner gel en su culito, primero un dedo, luego dos y finalmente entró el tercero, para ser pequeña tenía muy buena dilatación. Puse gel en toda mi verga, y tomándola de los tobillos alzadas sus piernas presenté mi barra a su ano. La cabeza al principio no quería entrar, ella rogaba que no que era muy gruesa, que la iba a lastimar, yo no le hacía caso, quería ese culito a toda costa, finalmente su esfínter se dilató y la cabea entró seguida de un pedazo de verga, Lucía grito y gimió, yo seguí empujando y finalmente toda la verga estaba dentro de su culo. Muy esrecho, me dolía la pija de lo que apretaba, pero no estaba dispuesto a claudicar, quería llenarle el culito de leche, y así comencé con un vaivén que pronto me llevó a sacarle por completo la verga del culo y voilver a meterla de una sola vez hasta el fondo. La niña lloraba, yo cada vez más fuerte la empernaba hasta que pronto estuve a punto para acabar, se lohice saber, se la metí bien hasta el fondo, le saqué un grito y le llené el culo de semen con varios potentes chorros. Lucía solo gemía. Cuando mi verga se ablandó se la fui sacando, y finalmente al salir toda la tripa quedó su agujero dilatado que comenzó a cerrarse despacito. Me subí a su pecho y puse la verga en frente de su boca, simplemente le ordené, limpiala bien. La tomó entre sus manos y me clavó una buena chupada de verga. La misma comenzó a ponerse dura de nuevo, ella se envalentonó y nuevamente estaba dispuesta a que la coja, la puse de perrito en el sofá, y simplemente se la metí por la concha hasta el fondo, luego de unos minutos de cogerla me dice que se viene, yo le di más duro, comenzó a acabar, en medio de la acabada le saqué la verga y se la metí de una en el culo, grito pero se la metí hasta el fondo y la serruchaba con ganas, y para mi sorpresa volvió a acabar enseguida entre lamentos, llanto y sonrisas. Finalmente le saqué la tripa y me senté a su lado. Parecía una muñequita rota. Levanta la vista, me sonríe y me dice con su voz aniñada, gracias. Ahora ya se a lo que me enfrentaré el día de mañana. Desafío completado. Le sonreí, y le ofrecí que cuando quisiera practicar, me buscara que siempre estaría dispuesto a ayudarla. Me contestó que seguramente la semana que viene debería practicar ya que ahora no necesita novio, total me tiene a mí. Y claro, el sexo y el saludo no se le niega a nadie.