Al día siguiente al entrar en casa de mis abuelos estaba muerto de miedo, no habia dejado de pensar en como mi madrina Gloria le habia contado a todos y ahora me verían cómo pervertido. Lo cual no ocurrió.
La tarde pasó normal y no me atrevía a meterme en el cuarto de Gloria, hasta que ella despues de comer me invitó a pasar.
—¿Qué pasa Ramoncito?, estas muy pálido. —Me dijó luego de haber cerrado la puerta.
Yo seguia aterrado y no me atrevía a mirarle la cara.
—Como ya dijimos ayer ahora vas a hacer todo lo que quiera, ¿Entendiste? —Me indicó con autoridad.
Durante los dias siguientes, la rutina con ella fue bastante normal, sus caprichos consistieron siempre en limpiar su cuarto o el patio, mas algunos favores, yo ya me habia relajado despues de una semana.
Hasta que tocó el día de lavado, Gloria no perdió la oportunidad de encargarme de toda su ropa, bromeó sobre su ropia interior y me dejó en la lavadora. Al momento de tender la ropa ella volvió y fuimos al patio trasero a tenderla, todo normal hasta que en el fondo aparecieron sus bragas y sostenes.
—¡Vamos! tómala sin problema, me ordenó jugueteando,
Yo las coloqué al sol lo más rapido que pude evitando mirar las prendas.
—Je, je, je. ¡Ese es el que te pusiste en el pito —Gritó euforica. —Lo que me asustó bastante. Yo solo asentí.
Ya habia terminado pero ella no quiso moverse, aquel patio estaba lleno de plantas y no habia nadie aparte de mis abuelos en la casa, los cuales estaban como siempre en su cuarto.
—Oye… y por que hiciste eso? —Me preguntó Gloria atrevida. —¿Hacer qué? —Respondí nervioso intentando hacerme el tonto.
—¡No te hagas!, ya sabes… ¡Jalartela con mi brasier! —Me reclamó.
No quise responder y solo me puse a verme los pies, estaba apenado y nervioso.
—¡Le voy a decir a tu mamá si no me dices!—Me amenazó.
—Porque me gusta… imaginar que ahi estuvieron tus… bubis. —Admití luego de tartamudear por un largo rato.
—Ah, entonces, ¿te gustan mis chichis? —Preguntó mientras se paretaba ambos pechos con las manos.
Lo acepté luego de ver su mirada amenazante.
—Muchacho travieso, jalandósela con mis bras. seguro ni mecos te salen, ja, ja. —Se burló.
—¿Mecos?—pregunté
—Es semen, lo blanco que les sale a los hombres cuando se les para. —Me respondió. —Apenas y se te para, cuando vas a andar soltando mecos.
—¡Sí me sale!—Respondí ofendido, hacia unos meses que habia empezado a eyacular. Incluso comenzaba a crecerme el vello.
—¡Nah!, no te creo. —Me cuestionó incrédula. —A ver enseñame, a ver si es cierto,
—¿Cómo? —Le pregunté asustado y nervioso por su petición.
—Mira, bajate los calzones ahorita y enseñame a ver si sacas semen, ya sabes, si no le digo a tu mami.
Ante tal amenaza no tuve opción. Me bajé los pantalones y trusa con Gloria no perdiendo ni un detalle de mi pene. A pesar de la situación no podia excitarme, estaba muy nervioso y pensaba que en cualquier momento Gloria iria a contarle a alguien lo que pasaba.
—Mmm, ¿ya?, ¿no se te para Ramoncito?—Preguntó molesta. —Ves como no eyaculas, eres un mentiroso y por eso le voy a decir a tu mamá.
—¡No!, no soy mentiroso es que… estoy nervioso y… siempre me tocó viendo algo. —Intenté defenderme tartamuedeando.
—Pero, si ahi estan mis bras, Miralos ¿eso te gusta no?
Empecé a tocarme viendo los bras mojados en el tendedero y dio resultado, imaginaba como Gloria se los ponia y se los quitaba. Gloria notó mi erección y comenzó a animarme, mostrandome su escote y apretando sus pechos.
Y me corrí. Gloria se sorprendió y volvimos juntos al patio principal. Me felicitó y me dijo que luego tendría una recompensa por decir la verdad,