A veces las noticias nos sorprenden con el descubrimiento de que una familia aparentemente “normal”, llevaba una vida degenerada, llena de excesos y abusos, que pasaban desapercibidos, al menos para la gran mayoría de sus vecinos, aunque en este caso algo se sabía, pero todo el mundo callaba, por un motivo u otro.
Yo nací en una familia de esas, formada por mi hermana mayor, su marido y mis padres, que parecían no enterarse de lo que sucedía allí, algo que yo con pocos años, ya empecé a experimentar y que conocía perfectamente.
Vivíamos en una casa de una aldea gallega, con animales y unas tierras que trabajaban mis padres para ganarnos la vida, rodeados de otras casas parecidas, cerca de un pueblo pequeño, alejados de todo y donde aparentemente nunca pasaba nada, pero dentro de cada casa, era como un mundo aparte donde podía pasar lo más inimaginable, como a veces me contaban las amigas del Colegio.
Mi hermana era bastante mayor que yo, y sospechaba que debió de gustarle el sexo desde muy pronto, ya que se había casado con 20 años, habiendo escuchado en casa a mis padres alegrarse de ello, porque según ellos, les había salido muy caliente y así estaría más sujeta con su marido Genaro.
Pero resulta que ellos seguían viviendo en casa, propiciando que compartieran su intimidad conmigo, no sé si por no ser conscientes de ello o porque les daba morbo, pero luego comprendí que la fogosidad de los primeros años de matrimonio provocaba que se pusieran a besarse, a meterse mano y casi hasta a follar delante de mí, quizás pensando que yo era una niña y que no me iba a enterar de nada.
Pero la verdad es que mi hermana era un poco especial, era muy morbosa y muy sexual, como decía antes y por eso tenía loco a su marido Genaro que hacía todo lo que le pedía ella, enterándome con el tiempo que hasta le ponía los cuernos, pero él se lo perdonaba todo.
A veces, venía por casa el hermano de Genaro, para ayudar a mis padres en las labores de la tierra. Se llamaba Antón, y se quedaba charlando con mi hermana y su marido, saliendo frecuentemente conversaciones sexuales, en las que Antón mostraba una cierta envidia de su hermano por tener una mujer como mi hermana con la que poder joder siempre que quisiera, ya que él no tenía pareja y casi no había tenido novias, quizás por no ser muy agraciado físicamente o por su carácter, no sé.
El caso es que en esas charlas, bromeando, Antón le decía a su hermano que podía prestarle a su mujer alguna vez para que él también pudiera disfrutar de ella y desahogarse, negándose a ello, entre risas, mi cuñado Genaro.
Entonces intervenía mi hermana, para contentar a su cuñado, diciéndole:
— Poderías casar coa miña irmá, que é tan querida coma min, e entón todos seríamos familia. (Tú podrías casarte con mi hermana, que es tan caliente como yo, y así todos seríamos familia)
Contestándole él:
—Qué dis? Se aínda é unha nena. Teño moito tempo que esperar por iso. (¿Qué dices? Si es una niña todavía. Tengo mucho que esperar para eso)
—Tampouco tes que esperar tanto. A miña irmá xa podería agradarche. (Tampoco tienes que esperar tanto. Mi hermana podría darte gusto ya)
— É pequeno. Aínda non podo foder con ela. (Es pequeña. No la puedo joder todavía)
—Pero podes tocala e ela fará outras cousas contigo. (Pero puedes tocarla y ella hacerte otras cosas)
—Ha ha. Creo que non quero. (Jaja. No creo que quiera hacerlo)
—Pois xa veremos. Deixame convencela…. (Bueno, ya veremos. Tú déjame convencerla……)
Yo escuchaba esta surrealista conversación sin entender muy bien lo que iba a pasar, cuando un día después, mi hermana habló conmigo:
—Gústache Antón? (¿A ti te gusta Antón?)
—Non sei. É máis vello para min. (No sé. Es mayor para mí)
—É só que non ten moza nin nada e necesita desafogarse no sexo, e podes axudarlle. (Es que él no tiene novia ni nada y necesita desahogarse en el sexo, y tú podrías ayudarle)
Yo no entendía muy bien cómo iba a poder ayudarle a eso. Mi hermana estaba hablando con una niña de pocos años, diciéndole esas cosas como si ya fuera mayor, pero ella insistía:
—Viches como chulo o pau de Genaro? (¿Tú has visto como le chupo la polla a Genaro?)
—Si, ás veces te vexo. (Sí, a veces te veo)
—Ben, poderías facerlle iso a Antón. ¿Non che apetece cando me ves? (Pues tú podrías hacerle eso a Antón. ¿No te dan ganas cuando me ves a mí?)
—Non sei. Un pau sabe ben? (No sé. ¿Sabe bien una polla? —pregunté yo con ingenuidad)
—Por suposto, é moi rico. Cando o fagas verás como che gusta. (Claro, está muy rica. Cuando lo hagas ya verás cómo te gusta)
Yo estaba algo confundida y no estaba muy segura de lo que me decía mi hermana, pero ella estaba dispuesta a convencerme de todas las formas posibles, y una vez que se puso delante de mí a chuparle la polla a su marido, me llamó y me dijo:
—Proba, déixote. Xa verás como che gusta…. (Prueba tú, que te dejo. Ya verás cómo te gusta….)
Sorprendida y un poco asustada por lo que me estaba proponiendo, tenía delante de mí la polla empinada de Genaro, cogiéndome la mano mi hermana para que se la tocara, teniendo por primera vez en mi vida la polla de un hombre en mi mano, pero me gustó su tacto sintiéndola dura pero a la vez podía apretarla como si fuera de goma.
Luego, ya me animé y empecé a pasar mi lengua por su glande todo mojado, hasta metérmelo completamente en la boca, sin que eso me produjera el asco que yo pensaba que me iba a causar, riéndose mí hermana con malicia:
—Jaja, mira como lle gusta. (Jaja, mira como le gusta) —dirigiéndose a su marido, que estaba entusiasmado con la mamada que le estaba haciendo una cría como yo.
Genaro solía disfrutar mucho con el morbo que mostraba mi hermana en el sexo, pero esto quizás ya era demasiado para él, y de pronto, empezó a correrse, echándome todo el semen en la boca, por lo que me aparté, un poco asustada por lo que había pasado, diciéndome mi hermana:
—Está ben, podes tragalo. Fíxolle correr porque o fixeches moi ben. (No pasa nada, puedes tragártelo. Le has hecho correrse porque lo has hecho muy bien)
Yo saboreé esos restos de semen, pero no me agradó demasiado su sabor, haciéndole gracia a ella:
—Ha ha. Ao principio é un pouco raro, pero gustarache (Jaja. Al principio es un poco raro, pero ya te irá gustando)
Yo no estaba muy segura de ello, pero ya había comenzado el proceso de perversión que ella pretendía de mí y a partir de eso, entré en un camino del que ya no podía salir, mostrándose mi hermana cada vez más morbosa con mi participación en sus juegos sexuales.
En las siguientes ocasiones, continué haciéndole mamadas a mi cuñado, ya totalmente desnudos, tocándome ellos para excitarme más y que yo sintiera gusto con todo eso que hacía, hasta que un día, mi hermana me dijo:
—Estás listo para agradar a Antón. Queres estar con el? (Ya estás preparada para darle gusto a Antón. ¿Quieres estar con él?)
En ese momento, ya no podía negarme. Mi hermana hacía lo que quería de mí y sin que mis padres estuvieran enterados de nada, o eso pensaba yo, me estaban convirtiendo en la putita de la casa.
Así que un día que Antón vino a casa, le dijeron:
—Xa convencín á miña irmá. (Ya he convencido a mi hermana)
— Si? Non me digas….., iso está ben. (¿Sí? No me digas….., que bueno) —mirándome Antón con ojos de deseo.
—Senta con ela alí e verás o que aprendeu a facer. (Siéntate con ella ahí y ya verás lo que ha aprendido a hacer)
Cuando estuve al lado de Antón, él empezó a tocarme por todos lados y viendo que yo lo consentía todo, me fue quitando la ropa hasta dejarme desnuda, y a pesar de que no tenía ni tetas, se puso a besarme los pezones mientras metía la mano entre mis piernas, sobándome la rajita.
Todo eso me excitó de una forma a la que ya estaba acostumbrada, buscando él mi boca para meterme la lengua, montándome encima de él para poder seguir tocando mi culo mientras seguía besándome por todos lados.
Luego, él se bajó los pantalones enseñándome la polla, para que se la agarrara y empezara a chupársela. Era un poco diferente a la de su hermano, más pequeña, pero más gorda me parecía y cuando me la metí en la boca, me la llenó más y casi no podía pasarle la lengua, pero él me movió la cabeza para ayudar a la mamada, haciendo que llegara hasta mi garganta apretando hasta casi ahogarme.
Mi hermana y Genaro nos miraban muy excitados, pero tuvieron que advertirle:
—Ei! Trátaa con coidado, non é unha puta… (¡Oye! Trátala con cuidado, que no es una puta….)
—Sentímolo, estou moi emocionado… (Perdón, es que estoy demasiado excitado….)
Yo continué chupándosela con más cuidado, hasta que se corrió abundantemente, llenándome todo el cuerpo con su corrida y no sé si él querría continuar, pero mi hermana le dijo que para ser la primera vez, ya estaba bien.
Después de eso, estaba claro que Antonio iba a volver pronto para estar conmigo y al siguiente día, nada más llegar, ya le preguntó a mi hermana:
—Podo estar coa moza? (¿Puedo estar con la niña?)
— Si, está no cuarto. Aproveita agora que meus pais non están aquí, para estar con ela na súa cama. (Sí, está en la habitación. Aprovecha ahora que no están mis padres, para estar con ella en su cama)
Yo estaba haciendo las tareas del Colegio, pero tuve que dejarlo, porque ya empezó a meterme mano y a sacarse la polla para que se la chupara, lo que hice al principio sin muchas ganas, pero empecé a excitarme y él lo notó por la forma de hacerlo.
Luego me llevó a la cama y nos desnudamos los dos y así tumbados, Antón puso la cabeza entre mis piernas para meter la lengua en mi vagina y chupármela hasta que me empezaron a salir los jugos que le mojaron toda la cara, porque acabé echando pequeños chorros que yo creía que eran de pis, pero a él le gustaban mucho.
Estuvimos así un rato, hasta que me puso tumbada encima de él para que yo le chupara la polla mientras él seguía comiéndome el coño, provocándome mis primeros orgasmos de los que yo todavía no era muy consciente, pero me daban mucho gusto.
Antón también recibía su gusto porque con mis manos y mi boca le hacía correrse hasta que se quedaba satisfecho, y cuando terminaba, siempre le decía a mi hermana:
—Como quero follala. (Que ganas tengo de joderla)
—Agarda un pouco, aínda non cabe. (Espera un poco, que todavía no le entra)
—Dous dedos xa están ben dentro do súa cona e a maldita muller morre de pracer. (Dos dedos ya le entran bien en el coño y se muere de gusto la condenada)
—Ben, teña paciencia xa veremos…. (Bueno, ten paciencia, ya veremos….)
Durante esa época mi hermana hablaba con su marido sobre cuando su hermano podría metérmela:
— Antón ten moitas ganas de foder á miña irmá, pero aínda me dá medo, porque podería facerlle dano. (Antón tiene muchas ganas de joder a mi hermana, pero me da miedo todavía, porque la puede hacer daño)
—Claro, é normal, pero non sei… A que idade o conseguiu a primeira vez? (Claro, es normal, pero no sé…. ¿A ti a qué edad te la metieron la primera vez?)
—Xa tiña 10 anos e buscaba que un neno o fixera. (Yo tenía ya 10 años y andaba detrás de un chico para que me lo hiciera)
—E gustoume? (¿Y te gustó?)
—Si, pero doeu un pouco, aínda que despois empecei a foder con xente maior e xa non me doeu. puxéronme enteiro (Sí, pero me dolió un poco, aunque luego empecé a joder con mayores y ya no me dolía. Me la metían entera)
—Pois xa terían bo pau pero abrías ben. (Pues ya tendrían buenas pollas pero tú te abrirías bien)
—Si, encantoume jaja. (Sí, me encantaba, jaja)
Así pasó un tiempo en que Antón venía casi todos los días a mi casa, pero cuando estaban mis padres no podíamos hacer nada, aunque a veces me llevaba a la cuadra para poder tocarme y que le hiciera una mamada.
Habían pasado dos años ya en los que esas prácticas se convirtieron en algo habitual para mí disfrutando de todo ello, y en una de esas ocasiones en las que estaba sola con mi hermana, vino Antón y nos metimos en la habitación, porque yo ya estaba muy enviciada y lo deseaba tanto como él, empezando a besarnos y a masturbarnos, metiéndome los dedos, por lo que yo cada vez tenía más abierto el coño, así que cuando empezó a pasarme la polla por la raja para darse gusto, me entró un poco dentro, y él se dio cuenta y volvió a hacerlo varias veces sin que a mí me doliera, pero solo había metido el glande.
Antón siguió apretando para ver hasta dónde podía entrar y en una de esas metidas, me entró más y yo di un grito de dolor, pero él siguió porque vio que por primera vez me había entrado la polla y le estaba gustando mucho, así que después de meterla y sacarla varias veces, dejó de dolerme, empezando a darme mucho gusto, mucho más del que había sentido hasta ese momento.
Al final, había conseguido meterme toda la polla dentro y me estaba follando por primera vez, siendo mis gritos después de placer, que al escucharlos mi hermana, entró en la habitación, viendo como su cuñado me estaba jodiendo encima de la cama, preguntándome si me dolía y que si podía aguantarla dentro:
—Xa non doe. Gústame moito. (Ya no me duele. Me gusta mucho)
Nuevamente volví a ver los ojos encendidos de morbo de mi hermana, que disfrutaba de cada avance que tenía con su cuñado Antón y donde ya no tenía límites, ya que a partir de ahora podría hacer todo lo que una mujer hace con un hombre.
A partir de ese día, Antón se envició todavía más conmigo, no conformándose con metérmela una vez solo, sino que siempre intentaba repetir hasta quedar completamente saciado.
En una de esas ocasiones quiso hacérmelo por el culo, con el permiso de mi hermana también, que le dijo que primero me preparara bien el ano para no causarme daño, a lo que se entregó su cuñado, ensalivándose los dedos y metiéndolos por mi culo hasta dilatarlo completamente.
Mo colocó a cuatro patas y por detrás empezó a penetrarme poco a poco en mi culo, algo que le costó trabajo al principio, pero con la supervisión de mi hermana mayor, fue metiéndola suavemente hasta tenerla toda dentro, poniéndose a joderme cada vez más rápido hasta que nuevamente se acabó corriendo, dándome a mí también un placer diferente, que con el tiempo acabó gustándome mucho igualmente.
Viendo como Antón disfrutaba conmigo, su hermano Genaro le miraba ahora con envidia también, y empezó a tenerme ganas, pero mi hermana no le dejaba acercarse a mí y yo tampoco había podido disfrutar de su polla, excepto en esas ocasiones en las que aprendí a chuparla con él, y cuando mi cuñado le insinuaba algo, ella le decía:
—Xa me tes. Non necesitas outra muller. (Tú ya me tienes a mí. No necesitas otra mujer)
Pero en ese tiempo, quiso la causalidad que mi hermana se quedó preñada de su marido y cuando tenía su embarazo avanzado, empezó a tener unas molestias por las que le recomendaron reposo, no pudiendo su marido follar con ella, y fue en ese momento en el que ella transigió para que su marido pudiera desahogarse conmigo y así evitarle tentaciones con otras mujeres, por lo que otra vez trató de convencerme, aunque yo lo estuviera deseando:
—Agora tes que foder tamén con Genaro, porque ves que agora non podo e teño medo de que se vaia con outras mulleres, así que se o satisfaces na casa, eu estarei máis tranquilo. no meu embarazo. (Ahora vas a tener que joder con Genaro también, porque ya ves que yo no puedo ahora y tengo miedo de que se vaya con otras mujeres, así que si en la casa tú le satisfaces, estaré más tranquila en mi embarazo)
—Ben, vale, non vas estar celoso? (Bueno, vale, ¿no vas a tener celos?)
—Non, porque es a miña irmá e así ninguén se enterará. (No, porque eres mi hermana y así nadie se enterará)
Yo, con 11 años, ya me había convertido en una viciosa y también le tenía ganas a mi cuñado Genaro, que era mucho más guapo que su hermano y que sabía que él también me miraba con deseo, así que con la presencia de mi hermana, él empezó a acariciarme y a tocarme por todos lados, besándome y encendiendo mi cuerpo, mojándome completamente el coño con sus manoseos, hasta que tumbándome en la cama, abrió mis piernas y puso su polla entre ellas para empezar a joderme como tantas veces había visto hacérmelo a su hermano.
Mis gemidos de placer empezaron pronto a mezclarse con los suyos, provocando que mi hermana se pusiera a masturbarse viéndonos.
Mi hermana no podía tener un sexo total con penetración, pero participaba de nuestros encuentros, dejándose tocar sus hinchadas tetas y su abultada barriga, chupando la polla de su marido antes de que me la metiera a mí. No podía aguantarse la calentura que tenía.
Pero yo iba creciendo y llegó mi primera menstruación, algo que todos acogieron con una mezcla de sentimientos, por un lado mi cuerpo iba a empezar a formarse de una forma que ellos iban a poder disfrutar más, pero por otro, ahora había el peligro de que cuando me follaran pudiera quedarme embarazada, advirtiendo mi hermana a los dos hermanos de que ahora no podrían correrse dentro de mí y que se pusieran el condón para joderme, lo que a ellos no les gustó mucho, pero no tenían otro remedio.
Ahora mi cuerpo ya empezaba a llamar la atención de otros hombres, aparte de mi cuñado y su hermano, como la de un vecino mayor, que estaba viudo y vivía en una casa cercana, y que cada vez que me veía con mi hermana, le decía:
—A túa irmá ponse moi guapa. Xa ten un bo carallo. (Se está poniendo muy guapa tu hermana. Ya tiene un buen polvo)
Mi hermana no le decía nada, solo se reía, pero yo le notaba que eso le causaba mucho morbo y que le iba a acabar provocando al viejo conmigo, así que una de las veces que pasamos por su casa, el vecino le dijo:
—Antón vai moito á túa casa ¿Algo ten alí? (Antón va mucho por tu casa ¿Es que tiene algo ahí?
—Que che importa? (¿A ti que te importa?)
—Jaja, non está dando voltas á nena? (¿No estará rondando a la nena?)
Ese viejo algo sospechaba algo al ver a mi hermana preñada, por lo que ella le respondió:
—Gustaríache ter a miña irmá. (A ti sí que te gustaría tener a mi hermana)
—Non che digo que non. (No te digo que no)
—Que me darías? (¿Que me darías?)
—Un bo agasallo para a nena. (Un buen regalo para la nena)
—Xa ten o seu período, así que tes que poñer o preservativo. (Tiene la regla ya, así que tienes que ponerte el condón)
—Sen problema. imos para a casa?. (No hay problema. ¿Pasamos a la casa?)
Mi hermana acababa de “venderme” a aquel viejo para que me manoseara, ya que nos había confesado previamente:
—Non sei se poderei follar con ela, porque á miña idade xa non me podo levantar, pero vou desfrutar moito dela. (No sé si podré joderla, porque a mi edad ya no se me levanta, pero voy a disfrutar mucho de ella)
Estando dentro de la casa, ese hombre empezó a meterme mano, dejando mis tetas a su vista, que besó delicadamente, erizando mis pezones con su lengua, mientras un dedo se introducía en mi vagina, comprobando mi caliente humedad.
Luego, siguió desnudándome completamente, bajándome las braguitas y tumbándome con las piernas abiertas para comerme el coño, algo que disfrutó especialmente y que para su sorpresa, provocó una ligera erección de su polla, que me invitó a chupársela, y al hacerlo aumentó su dureza hasta acabar empalmándose, lo que le animó a intentar penetrarme, poniéndose sobre mí y hundiendo su polla en mi vagina hasta que después de unos fuertes empujones, acabó corriéndose, sacándome la polla con el preservativo lleno de semen, que él se quitó orgulloso de poder joderme a su edad:
—Nena, o que conseguiches dende hai moito tempo que unha muller non pode conseguir comigo. Mereces un bo agasallo, pero a túa irmá ten que traerte aquí máis veces. (Chiquilla, lo que has conseguido hace tiempo que una mujer no logra conmigo. Te mereces un buen regalo, pero tu hermana tiene que traerte más veces por aquí)
Ese hombre sacó de un cajón un sobre con dinero, que al dármelo, mi hermana quiso revisar la cantidad, poniendo cara de sorpresa, diciéndole:
—Ben. Pasaremos por aquí de volta da escola unha tarde. (Está bien. Pasaremos por aquí a la vuelta del Colegio alguna tarde)
Ahora, aparte de mi cuñado y su hermano, también iba a joderme ese viejo cuando quisiera, por lo que muchos días coincidió tenerme que acostar con los tres, pero como suele suceder en estos casos, no siempre se ponían el preservativo para joderme y alguna vez me lo echaban dentro, algo que me preocupaba y también a mi hermana, que amenazaba a esos hombres con no dejarles que jodieran más conmigo, aunque finalmente acababan haciéndolo.
Hasta que llegó un día que le comenté a mi hermana que no me había bajado la regla, teniendo un retraso de unos 15 días, que la alarmó, haciéndome un test de embarazo que dio positivo, diciéndoselo a su marido y a su hermano:
—Embarazo a miña irmá. Agora que imos facer? (Habéis preñado a mi hermana. ¿Ahora que vamos a hacer?)
Ellos se quedaron en silencio, comprendiendo la gravedad del problema, pero Antón quiso excusarse:
—Coidamos sempre. Tamén pode ser o vello que a fode, ou calquera da cidade coa que fode tamén. (Nosotros ponemos siempre cuidado. Pudo ser también el viejo que se la está follando, o cualquiera del pueblo con el que esté jodiendo también)
A lo que yo protesté:
—Non me meto cos demais, só cos que me manda miña irmá. (Yo no ando jodiendo con otros, solo con los que me manda mi hermana)
Aunque mi cuñado Genaro vio la parte positiva de lo que había pasado:
—Ben, ten o fillo. Cando lle piden que diga que foi alguén quen a maltratou, que non sabe quen foi, e así podemos seguir fodendo con ela sen problemas ata que teña o bebé. (Bueno, que tenga el niño. Cuando le pregunten que diga que fue de uno que abusó de ella, que no sabe quién fue, y así podemos seguir jodiéndola sin peligro hasta que tenga al bebe)
Mi hermana y esos hombres me habían convertido en una puta, pero algo así no puede esconderse durante mucho tiempo, por lo que pasados unos meses, ante mi aumento de peso, mi madre me preguntó:
—Ola bebé! Non estarás embarazada… (¡Oye, nena! No estarás preñada….)
Por lo que al final, tuve que confesarle:
—Si, hai meses que non teño a menstruación. (Sí, llevo meses sin tener la regla)
—Pero, quen era?, miña nena… (Pero ¿quién fue?, mi niña….)
—Non sei. un home colleume na estrada. (No sé. un hombre me cogió en el camino)
—E como non nos contaches nada? (Y cómo no nos contaste nada?
—Tiven medo. (Tenía miedo)
—Tiñas medo porque o que me estás dicindo é mentira. Estás fodendo con Antón, que te fixo a súa puta. (Tenías miedo porque es mentira lo que me estás contando. Tú estás encamándote para la jodienda con Antón, que te ha hecho su puta)
—Porque o sabes? (¿Por qué lo sabes?)
—Ponque Antón anda moito pola casa, coma un can despois dunha femia en celo e a túa irmá xa ten o seu home. (Ponque Antón anda rondando mucho la casa, como un perro detrás de una hembra en celo y tu hermana ya tiene a su hombre)
—E agora que vou facer, mamá? (¿Y ahora que voy a hacer, mama?)
—Pobre rapaza. Vai ser un escándalo que teñas ese fillo. Agora teño as dúas fillas embarazadas E Antón vai ter que seguir chegando á casa, porque ten que axudar a teu pai cos animais. (Pobre niña. Va a ser un escándalo que tengas a ese hijo. Ahora tengo a las dos hijas embarazadas y Antón va a tener que seguir viniendo a la casa, porque tiene que ayudar a tu padre con los animales)
—Vai querer seguir fodindome. (Él va a querer seguir jodiéndome)
—Xa o sei. Primeiro foi o teu pai quen converteu a túa irmá nunha puta cando se deitaba con ela e agora ti. (Ya lo sé. Primero fue tu padre el que convirtió en una puta a tu hermana cuando se encamaba con ella y ahora tú)
—Non o sabía. (No sabía eso)
—Antes de quedar embarazada de ti, el xa empezou con ela, ta que teu pai enfermou e non puido máis. Por iso a túa irmá comezou a buscar homes desde a infancia. (Antes de embarazarme de ti ya empezó con ella, hasta que tu padre enfermó y ya no podía. Por eso tu hermana desde cría empezó a buscar a los hombres)
—Na escola, uns amigos tamén me dixeron que os seus pais están detrás deles para que tamén lles toque e que os meten na cama. (En el Colegio, algunas amigas me contaron también que sus padres andan detrás de ellas para meterlas mano también y que las meten en la cama)
—Si, iso pasa moito aquí. Os homes sempre estiveron afeitos a iso. Na miña casa eramos tres irmás e cando o teu avó non estaba cunha estaba con outra. (Sí, aquí pasa mucho eso. Los hombres están acostumbrados a eso desde siempre. En mi casa éramos tres hermanas y tu abuelo cuando no estaba con una estaba con otra)
—Así que tamén foches dende neniña… (Entonces tú también jodías desde niña….)
—Si, e tamén quedei embarazada, pero por sorte abortín e non tiven o fillo. Naqueles días pasaba moito. Non houbo coidado. (Sí, y también me quedé preñada, pero por suerte aborté y no tuve al niño. En aquellos tiempos pasaba mucho. No había cuidados)
En mi casa todo siguió igual hasta que mi hermana y yo parimos. Antón seguía buscándome para joderme y Genaro hacía lo mismo, con la complacencia de mi hermana, que seguía llevándome en ese estado al viejo para que siguiera follándome, y la de mi madre, que ya estaba acostumbrada a esas cosas desde su infancia, como una historia que se repite una y otra vez, así pasen los años, generación tras generación.
(Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia, pero ya sabemos que muchas veces la realidad supera ampliamente a cualquier ficción.)