Otra modelo menor que nunca superé (con imágenes)

Lia

A lo sumo será solo un poco menor que yo, puesto que llevo viéndola por más de una década. Obvio, sus sets solo se encuentran si quien busca tiene pericia para encontrar. Un buscador estándar jamás mostrará resultados  de modelaje underage ni de otras cosas.

He puesto aquí la foto más sana que encontré a ver si dura un poco y poder compartir con ustedes lo que siento. Tampoco es que fuera estrella porno, sino que aparece subiéndose la falda, eso es todo. Pero eso ya da para que los mojigatos reaccionen igual que si fuera contenido donde están desollando viva a una niña. Es como personalidad limítrofe colectiva. Pura histeria.

Una vez escribí Carta abierta a chicas adolescentes y un post ulterior con imágenes para intentar ilustrar la inmedible pasión que a mí a muchos (muchísimos, más de lo que podéis aceptar; tu papá, cónyuge y hermano incluidos) nos incendia por dentro. La belleza absurda de las morras de entre 12 y 16 años. Cada tanto, 4 o 5 veces al año tengo que escribir una mamada de estas solo para desahogarme. Como cuando vi Hope Dances y quedé tan enamorado de Avarose Dillon que tuve que escribir un post de mierda describiendo lo que sentía.

Muchas veces escribo en estado frenético, hecho un animal. Podéis ojear mis posts, pero poneros una mascarilla porque literariamente apestan. Pero otras veces, como ahora, que me puse a ver fotos de Lia, Me pongo existencial.

Sé cómo es esto, debo parecer un loco. Me jacto de ello. No imagino ser de la manada ¡Qué horror! Alguna vez vi, sobre todo cuando Internet era libre, posts de tipos como yo en sitios, donde desahogaban su corazón. Sí, su corazón. El falo se puede ordeñar y desahogarse uno. Pajearse dos veces al día. Pero el alma no puede engañarse. Escribir pestilente basura como esta se acerca a cumplir ese objetivo.

Pónganse en mis zapatos, hace una década. Ser profesor de entre 32 y 36 años y llevársela suspirando por morritas de entre 12 y 16. Y a veces llegar a enamorarte, tragarte de verdad de alguna (o dos) como si te hubieran dado quereme o juagadura de calzón. 

A veces había alguna demasiado bonita, pero odiosa. No obstante, la mayoría de las veces eran nenas ávidas de ser escuchadas y queridas, porque venían de familias narcisistas. Yo mismo provengo de una familia horripilantemente narcisista. No sé si imaginen siquiera el infierno que eso es. Ahora imaginen la deletérea combinación que es, el que dos seres humanos así se encuentren. Uno mayor que daría todo por amar y una menor que daría todo por ser amada.

He usado la figura de mí mismo venciendo a un toro o a un rinoceronte con una mano, en mis relatos. Viene de la fuerza de voluntad tan grande que gastaba para contenerme cuando tenía una nena linda cerca. Pero no-para-no desgarrar sus ropas y ultrajarla, no… me contenía con toda la fuerza del big-bang para no abrazarlas o besarles una mejilla.

La fuerza, la magia y la magnificencia de la feminidad están en su epítome en las morras de entre 12 y 16 años. Ser hombre es ser un vasallo. Yo podría fácilmente vivir de rodillas ante una morra. Una como Lia.

¿Se han preguntado por qué promueven tan fervientemente que amar a una menor es un crimen atroz, que ser mujer no es nada, que es igual que ser hombre, que los hombres sean mujeres, y por qué nuestros sueños y cánones de belleza y perfección fueron declarados estereotipos nocivos? ¿Por qué las «modelos» ahora son gordas, discapacitadas y peludas (y hasta hombres haciendo el papel de mujeres)? ¿De verdad no se dan cuenta de qué va todo esto?

Hay algo allí que no es humano, odia a la humanidad y quiere volverla como es «él», o sea, «ese algo». Feo, sin gracia, sin encanto, creatividad, amor ni belleza. Un parásito sin evolución.

(Estas fotos son bastante grandes, véanlas de cerca en su navegador)

Solo una vez no me aguanté y abracé (y muy fuerte) a una nena de grado octavo (±13 años). Me había pedido que le guardara en mi laboratorio de química su organeta, y cuando fuimos por ella al final del día, aprovechó para enseñarme los primeros acordes de «Balada para Adelina». Fue algo mágico. Al final le cogió el tarde y tuvo que irse, pero antes la abracé. Imaginen agarrar con la mano pelada el contacto de un transformador. Quedas como un chicharrón humeante en dos segundos. Eso sentí, pero no en el cuerpo, sino en el alma, y no dolió sino que fue grato. Se me quitó la depresión por semanas. Igual que, cuando alguien entra al mar por primera vez, este tiene una energía que te cura. Se me erizaron los vellos y todo. Y sí, soy un arrecho de mierda y escribo relatos porno con personajes underage, pero esto no fue simple arrechera. Fue amor. AMOR. ¿Se imaginan el mundo que construiríamos con esa energía?  Esta energía inmensa podría sacarnos de nuestro estado de esclavitud. Con razón está prohibida. Bueno, mucha gente está a años luz de entender esto y por ahora siguen viendo las noticias todos los días y votando en elecciones, babeando como zombis.

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Si a alguien acaso le gusta este tipo de posts, esculque en mi perfil, hay varios. Donde hablo de Dana Taranova, de Sofía Parshikova, de Avarose Dillon, y hay varios donde dedico mis suspiros a estudiantes que tuve.

Si es usted alguien a quien pensar no le duele, léase La Gesta por el Vril.

Recopilación de artículos y comentarios del autor acerca del tabú de la atracción por menores de edad, el carácter religioso que se le ha dado a la polémica y la verdadera intención de quienes persiguen que se legalice el sexo con menores.

Ay, ojalá salga el pinche post.

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