Sigo sin saber por qué me causa tanto entusiasmo el incesto. Sí soy un pervertido. Así le llaman aquí a quienes no tienen apetitos que encajen en un diminuto grupo convencional. Pero, irónicamente llevo una vida muy casta. Pura paja. Paja con el porno, paja acordándome de mis alumnas de grados séptimo y octavo de cuando era profesor (12 y 13 años) y paja imaginándome padres con sus hijitas pre-adolescentes. Pero pura paja y su inseparable compañera soledad.
¿Por qué me excita el incesto si no tengo hijos y mi hermana no me inspira nada? Bueno, cuando éramos niños, por ahí de cinco yo y siete ella, jugábamos a intercambiar flasheos. Yo estaba acostado en la cama y me jalaba la pantaloneta hacia abajo para mostrarle mis pequeñas y arrugadas vergüenzas, y ella correspondía jalándose el entrepierna de su pantaloneta azul claro para un lado. Se le veía su raja un poco estirada por la acción de su mano.
Luego, a mis doce y catorce de ella (¿Qué morra no está rica a esa edad?) me encantaba espiarla agachándome o usando un espejo. Pero, venga, que eso hacemos todos los que tenemos hermana mayor a esa edad. Y algunos con la menor. Y otros hasta con la mamá. Es Normal. N-O-R-M-A-L. Al poco se me pasó la obsesión, y al otro poco ella tuvo una desfavorable trasnformación y se convirtió en lo que quedó siendo para siempre: Una mujer voluminosa y para compensar, narcisista y lesbigorda feminazi. No obstante, sigo teniendo sueños eróticos con hermanas salidas de mi imaginación. Sueños que harían parecer a Tinto Brass como un aficionado a lo erótico, a al satiricón de petronio como un escolapio. En un relato cuento uno de esos sueños. Y en este otro descargo mucho de mi deseo reprimido de haber tenido una hermana espectacular.
Y hace como un año, en un canal que se llama AzClik, en un día del padre, presentaron un show donde padres bailaban con sus hijas. Hubo una pareja compuesta del señor de unos 36, digo yo, y una morra de 13, más o menos. Ella estaba en trusa transparente (velada) de color negro con un corpiño muy revelador. Yo estaba solo, pero en casa ajena, y si bien me resistí a sacármela, no me resistí a pajearme. Ver a papito con su dulce nena pre-adolescente ultra hermosa, agarrándola en brazos y teniendo contacto… pero qué trasero tenía esa muchachita ¡por Dios! Y el señor ahí con todo eso a su disposición. «Si así la agarra en TV ¿Cómo será en privado? ¿Será que sí hacen cositas? ¿Le gustará la leche a la morra?» Me masturbé como hacen los pelaos de primaria: Cruzando fuerte las piernas. Apretando y soltando. Es el segundo mejor orgasmo que he tenido (el primero fue este). Si hasta quedé adormecido por un rato y quedé sintiendo el gusto en todo el cuerpo por horas. Como si hubiera tomado alguna droga. De hecho lo es: es oxitocina. Pero para que haya tanta se necesita una escena que estimule así de fuerte la fantasía de incesto. Y sobre todo incesto padre-hija-menor-consentido.
Después me paré antes que se derramara todo y me limpié en el baño.
Otro día de… adivinen qué… sí eso: Soledad, me fui a un parque a leer y vi en una cancha a un padre jugando baloncesto con su hija de 12 o 13, por mucho. Me impresionó tanto la belleza de ella en particular y de la escena que se me salió un poema entero así, de improviso y espontáneamente. Así como digo cosas sucias, que harían parecer a un mecánico de taller de carros como un niño inocente, también puedo decir cosas literariamente estéticas. El problema es que nunca pasan de la saliva, porque la poesía no es lo mío. Prefiero identificarme como sucio y cochino pervertido. Pero aquella morra se presentó ante mis ojos como una fuente de tanto potencial… ¡va la madre! Ser hombre no es nada. Y me atrevo a decir que ser mujer tampoco debe ser tanto. Al menos no en comparación con lo que debe ser ser una morra. Eso sí es potencial. Tener todo por delante, poder hacer lo que quiera y tener todo con qué conseguirlo. Ahora imaginen (quienes sean solitarios) tener una hija de doce o trece. ¡Uff! Dios hizo las niñas, todo lo demás es derivado.
Actualmente no tengo más tema que este. Y sé que muchos de vosotros también. Cuando veo nenitas lindas, invariablemente me imagino siendo su papá, en casa, que mientras la aburrida visita pasa, ella y yo nos escapamos por ahí al cuarto de ropas.
Hay canales de YouTube dedicados al baile y canto, en países como Moldavia. Perdón por el comentario que puede parecer racista, pero allá la gente sí que es bonita ¡me lleva el putas! En ninguna parte, ni cuando era profesor, vi nenas tan pero tan hermosas. Y eso que yo tuve alumnas de belleza abrumadora. Imagínense, tener una hija o una hermanita así, por ejemplo:
Ahí es donde se revoluciona el significado o la connotación de incesto. En nuestro sistema de valores se entiende como una forma de abuso, pero yo lo concibo como puro amor.
El incesto es (debe ser) delicioso, aunque sigo sin saber por qué me entusiasma tanto si no tengo hermana bonita ni hijas.
Una vez le dije a una puta que me dijera «papi» y le dio mucha risa.
𝙴𝚗 𝚕𝚊 𝚒𝚖𝚊𝚐𝚎𝚗: 𝙰𝚍𝚎𝚕𝚒𝚊 𝙿𝚎𝚛𝚌𝚒𝚞𝚗 – 𝚃𝚒𝙶𝚒 𝙰𝚌𝚊𝚍𝚎𝚖𝚢.
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Addendum:
A quienes no niegan la exorbitante belleza de las preteen, los invito a leer
Tributo a la película Piccole Labbra (1978) «Una niña de 12 años es la última razón para vivir de un hombre abatido.»
y
Homenaje a la película Pretty Baby (1978) «La mayor fantasía que un hombre puede tener es que una nena de 12 años llegue por sorpresa a su casa, con maletas y todo».
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Xubchasgagua decide encarnarse y visitar una de sus tribus más queridas en La Tierra: Los Muiscas. Ellos la conocerán como Huitaca. Su intención es enseñar al pueblo, pero la oposición de otras civilizaciones y sus actos hostiles provocan la ira de Nemqueteba y que desate la gran inundación. Los bondadosos actos de Huitaca serán borrados de la memoria del pueblo sobreviviente y ella misma convertida en un monstruo de la Historia. Esta abominable práctica sería repetida una y otra vez sobre la historia humana. Huitaca y los Muiscas es parte de Huytaka, el despertar de Soracá, No obstante, Huitaca y los Muiscas es una novela por sí sola.
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Muy buenos tus relatos y confesiones, no hay nada más precioso que las preadolescentes. Me gustaría tu opinión acerca de actrices de Disney,, a mi me vuelven loco, te doy algunos nombres de dos que son uffff: Ruby Rose Turner, Ruby Jay. Y como olvidar a Peyton List entre sus 13 y 16 años.
¡Pero claro! Ese es un temota para otro post, aunque yo soy un señor ya y conozco más a actrices más antigüitas. Pero voy a buscar.
Gracias por tu comentario!
Creo que todos en alguna medida sentimos en algún momento deseo incestuoso, yo ayer tuve un encuentro incestuoso con mi sobrinito de 6, ¡¡¡Y me gusto!!! De hecho en este momento estoy desnudo imaginándome muchas cosas, entre ellas ir desnudo ahorita en la noche hasta la recámara de mi sobrino