Bisexual Incesto Jóvenes Orgías Tabú

Rescaté a una joven inmigrante y sus 4 hijos (3)

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Luego de comer todos los chicos se me quedaron mirando, y ahí recordé el manual del tío buena onda, o “papi” como les estaba enseñando que me dijeran. Saqué una consola de videojuegos antigua que tenía en el olvido y les dije que como se habían portado bien, podían jugar unas pocas horas, así podía relajarme un rato mientras ellos se divertían.

 

Todos se emocionaron, instalamos, tomaron los controles y comenzaron a jugar. Por los gritos de los niños mientras jugaban despertó Angelica, se le veía aun un poco entonada por el trago, aun así, me saludo y me pregunto si es que había dormido mucho. Yo le dije que no se preocupara y que le habíamos guardado pizza. Su expresión fue la misma que los niños, solo le faltaba cantar la canción de las pizzas como ellos, yo creo que nomas le falto el apoyo del motón, y se fue contenta a comer. Yo aun me sentía satisfecho y feliz, aunque estábamos todos desnudos después del tremendo polvo que no habíamos mandado hace un rato, ahora estábamos relajados, bueno yo, por mi lado de momento. Y afuera de la casa igual, una tormenta bestial, de echo aún faltaban varios días así de las 2 semanas que habían anunciado.

 

Se sentó junto a mi lado Angelica que se había devorado la pizza en segundos. Prendí el notebook que tenía a un costado en una meza y le dije que me había fijado que sus ropas no estaban en tan buen estado y si se iban a quedar conmigo debían verse bien. Así que invite a Angelica a comprar ropa por internet. Ella al principio no me creía, pero luego de unos segundos se volvió loca, estaba fascinada, totalmente emocionada, le brillaban los ojitos como si estuviera en el mall llevándose todo con mil bolsas, ella no podía creer que yo fuese así, estaba tan agradecida que se sobre ventilaba. Seguimos bebiendo whisky, pero Angelica ahora claramente más moderada.

 

Ella sabía las tallas, así que fuimos a comprarles unos cuantos conjuntos a todos, inclusive a ella unos vestidos y unos leggins muy putos y apretados que tenían, unos petos, tops trasparentes y algo más de abrigo, que desnudos por el aire acondicionado a uno se le olvida que hace frio.

 

A las chicas unos vestidos muy tiernos, le dije a Angelica que quería vestido por razones lógicas, era más cómodo, más accesible, deja sus partes más expuestas, les compramos unos muy bonitos, me di cuenta que en la página web al lado había una categoría fashion, entramos y tenían ropa de mujer adulta, pero en versión kids, tenían mini faldas ajustadas, tacones de tallas muy pequeñas, petos, leggins, etc. Nos volvimos locos con Angelica, les compramos lo que se veía más degenerado, algunas las pedimos en una talla más chica, para que les quedaran apretadito, ella me decía que nunca había comprado así, de hecho, a veces le compraba tallas más grandes para ahorrar por su crecimiento, bueno, le dije que, si iban a estar conmigo, ese nunca iba a ser un problema. Le decía eso mientras ella me miraba con cara de enamorada.

 

Mientras me manoseaba la verga de puro vicio, fue que pensé en Marquitos y Tomasito, tan bonitos que son, con esas minifaldas apretaditas se verían maravillosos, los miré imaginándomelos con esos vestidos mientras me empezaba a pajear nuevamente la verga con lentitud y calma, eso sí en mi visión los vi con maquillaje, se veían unas verdaderas putas con minifaldas ajustadas, tacones, labios rojos, pestañas encrespadas, ojos delineados. Wow en ese momento recordé cuanto me gustan los trans e imaginármelos tan chiquitito así, me calentaba mucho, no porque se vieran como niñas, lo rico era que tuvieran pene, aunque chiquitito, así fue que le dije a Angelica, ella sonrió de oreja a oreja me dijo que bueno y me dijo que a Marquitos una vez lo habían maquillado y se parecía mucho a la Cata, pasaba por una niña linda.

 

Al final para Marcos y Tomas compramos el doble de conjuntos, uno común y corriente cómodo para ellos, para quizá salir, y unos vestidos y minifaldas bien ajustadas de niñita, quería jugar a travestirlos. Los niños no median el acto de lo que estábamos haciendo, pero mi bolsillo y la alegría que tenía Angelica si, las prendas llegarían a domicilio en 3 días, lo que la sorprendió, todo eso sin movernos del sofá. Para mí son normales estas compras, pero se notaba que ella no conocía esto. Me tomaba el brazo y celebraba en cada elección, ponía su cabeza en mi hombro, me contaba que le gustaba y como sus hijos se verían sexys, ella tenía el morbo en la mente, lo que me calentaba y me incitaba.

 

Terminamos de comprar la ropa y ella me agradeció con caricias en mi escroto, cabe recordar que aun estábamos desnudos y nadie se había ido a lavar después de lo de antes. Ósea, si Angelica no tenía mi semen en su ano será porque ya lo habría chorreado por ahí. Cambié de página web y puse un sex-shop ya conocido, ella también se entusiasmó, ahí tenían lencería de tallas pequeñas, colaless, sutienes chiquitos de encaje y otros de algodón para los chicos y unos muy bonitos para mí con forma de elefante, jirafa y marciano, muy tiernos, también compramos portaligas, sostenes que no cubrían nada y medias chiquititas para piernas muy cortitas lo que hacía que mi morbo fuese aumentando. Compramos más vaselina, perfumes y pheromonas, lubricantes saborizados, compramos un set de 10 plugs para dilatar, desde uno muy chiquitito hasta el último que ya es una verga, también un chupete con forma de pene para Tomasito, compramos dildos de distintos tamaños y uno doble, unos pocos vibradores, una bomba de succión, bolas chinas, dos arneses, uno mediano y uno grande, también esposas felpudas, cuerdas, mordazas abre boca de esos que son labios abiertos, plumas, velas y un montón de parafernalia que tenían en oferta. Esos juguetes y lencería llegarían el día de mañana ya que compre en una tienda cercana, lo que me ponía super ansioso y caliente.

 

Me gaste tremendo dineral, pero estaba feliz, de echo ambos estábamos muy emocionábamos con cada una de esas compras, parecía que fuéramos amigos de toda la vida, nos veíamos tan perversos calculando el diámetro de los orificios de los niños mientras ellos jugaban, éramos de la misma onda y eso me encantaba. A todo esto, ya nos habíamos olvidado de la tormenta, la vibración que generaba el fuerte viento en la casa mas el torrencial que estaba cayendo ya no nos importaba en nada, estábamos como en otra dimensión.

 

 

Angelica aun entonada por el trago me pidió permiso para lavarse e ir con los chicos a la tina, y obvio, le dije que sí, ya que estábamos todos con olor a sexo. Antes de pararse me dijo con cara de apenada “creo que moje el sillón”, en realidad no me importaba en nada, aun así, le dije que me dejara ver y claro, ella se levanto y respingo la cola como para intentar verse, no creo que allá visto mucho, pero yo le vi todo, sus delgadas nalgas separadas y al medio su ano con evidentes restos de semen.

 

Ella si vio la galea que dejo en el sillón, y en eso me mira con cara de puta metiéndose un dedo en la boca, y me dice que si yo quiero ella se lo puede comer. En ese momento ya me estaba volviendo pajear con toda la situación. Le dije que lo recogiera con la lengua y lo dejara en su boca pero que no se lo tragara, que quería hacer un juego. Al terminar de decirlo ella se mordió los labios y me miro con cara lasciva y se agacho, despacio sin dejarme de mirar, y sacando su lengua la dirigió hacia el charquito de semen que había dejado mi pene anteriormente en el fondo de sus entrañas y que había escurrido por su ano hasta el sillón, primero lamio despacio y se saboreó, me dijo que tenía un rico semen, no ponía cara de asco ni nada, a ella le gustaba. Jugo un poco con el semen mientras todos mirábamos, yo en primera línea y sus hijos al lado que se habían preparado para ir a bañarse.

Lamio el semen hasta que lo succiono metiéndoselo en la boca y dejando el sillón sin rastros. Me miro como esperando una orden y le dije que no se lo tragara por nada, que lo aguantara, ella sin asco ni nada, habría la boca para que pudiéramos ver que tenía adentro, los chicos no podían ver bien, y Ana le pidió a su mama que también les mostrara, que ella también la quería ver, y su mama sin preocupación también se lo mostraba a ellos.

 

Tuve una idea y les dije que me esperaran y fui a la cocina por nutela, llegue me senté donde estaba y llame a Marquitos, le dije que se arrodillara frente de mí porque hoy se la iba a chupar a su nuevo papi, pero que él lo hiciera a su manera, que se explayara, quería que sacara un poquito su timidez, saque el frasco, note que ellos no sabían lo que era la nutela, y con los dedos le embetune con un poquito bien esparcido por toda la verguita y sus huevitos, a el le gustaba que lo tocara, lo veía en sus ojos y llame a Ana, los otros 2 chicos ya estaban jugando con cosas de por ahí, pero Ana se veía sin mucho hacer, así que le pregunte.

 

Anita tu mmm… ¿se la has mamado antes a tu hermano?, a ella le sorprendió mucho la pregunta, le dio una rápida mirada a su mama y me volvió a mirar para decirme que sí, Marquitos la interrumpió para decirle que había sido solo una vez, si solo una vez repitió ella.

 

Entonces estando sentado en el sofá y al lado Angelica aun con mi semen en su boca le dije a Marquitos que se me acercara poniéndose en 4 patas mirando mi verga en frente, también me embetune la verga con solo un poquito de nutela, y el ya sabia a lo que iba, me encantaba esa coordinación que estábamos teniendo, como si pensáramos lo mismo, caminando a lo perrito se me acerco y me empezó a mamar la verga, él sí que sabía hacerlo.

 

Le dije a Ana que se acostara sobre la alfombra boca arriba debajo de Marquitos con su cabeza al medio de sus piernas, y que se le mamara, pero lo mas importante para la misión de Ana era que se la mamara con “amor”, con mucho cariño, que era una misión especial para ella, al decirle eso fue como si le digiera que ella era especial, se alegro y se emociono mucho se acomodo y le dije que era importante que no fuera rápido ni brusco, que se la mamara como me la había mamado ayer, yo sabía que lo hacía bien y quería que Marquitos también disfrutara y que no tuvieran esa brusquedad de hermanos que pelean en los videojuegos, sino que este juego fuera de amor.

 

Ella pareció entender y se le acerco, yo note como Marquitos apretó su boquita con un tercio de mi verga adentro y la mantuvo así un momento, ese fue el momento en que la Anita su hermanita, le había empezado a hacer la chupada, una chupada que tenia bien entrenada con una lengua pequeña y exquisita, por otro lado Marquitos también sabia chuparla, como me había contado Angelica ellos 2 eran los que tenían experiencia y se les notaba, era tan rica la mamada que cuando Marquitos volvió a retomar el ritmo recibí una corriente casi como la de un licor destilado puro y tibio, me hacía estremecer este niñito succionando mi pene, el padre habrá sido un maldito, pero era un buen entrenador pensaba, jamás se lo diría, no quería meterme mucho en ese tema ya que era no grato, y yo era su héroe, el que los había rescatado de la muerte, así como a una princesa del dragón, y ellos eran mis 5 princesas.

En eso veo a Angelica que se me había olvidado parada al lado nuestro masturbándose y pellizcándose un pezón y al parecer se le había escapado un poco de saliva y semen de su boca por el costado, al mirarla a los ojos ella me abrió la boca y con su lengua empezó a mover la posa que tenia en la boca, que era entre saliva y semen que había eyaculado yo en su ano, semen que se habían cargado en mis huevos gracias al ano apretadito del que sería el segundo hombre de la casa, el pequeño Marquitos, tan chiquitito, tímido, pero buen mamador de verga, la chupaba como la Anita, masajeándome fuertemente con su lengua en mi frenillo cuando mi glande andaba por ahí, para después encajarse en su estrechita garganta y volvía y repetía, una y otra vez variando los detalles era realmente exquisito.

Le dije a Angelica que se parara sobre Marquitos, sin pisarlo obviamente, abriendo sus piernas, que me diera la espalda y que arqueara su columna, que le quería comer el culo y sacar toda la leche que le quedaba dentro, ella se colocó así sin dudarlo, la imagen era para un cuadro.

Acerqué mi cara a su culo, y con mi lengua empecé a lamer los pliegues de su rozado ano, donde aún había semen pegado. Sentí mi sabor de semen, agrio, como salado y dulce, y el inconfundible olor de Angelica, de su culo. Me parecía sabroso, luego de recoger por afuera, le metí de seco mi lengua, y Angelica Gemio con un “Mmmm…”, ya que no podía gemir bien por el semen de su boca.

Le metí la lengua tan adentro como pude, me clavé en sus nalgas, mi nariz estaba aplastada en su raya abierta de nalgas delgadas, ella gemía y se masturbaba, yo estaba en lo máximo, sus sabores anales mesclados con los de mi semen y saliva, más una pizca de vaselina (que en realidad era un lubricante intimo comestible de fresa), era exquisito.

 

Mientras que de mi verga colgaba Marquitos su hijo mayor, se esmeraba mientras se la clavaba, se la sacaba, me masajeaba el frenillo fuerte con su lengua, luego sacaba la mitad de mi glande hacia afuera de su boca, para acomodar su lengua y con ella intentar penetrarme la uretra, la entrada de mi verga, recorría con su lengua desde el orificio, bajando por el frenillo hasta aplastarse en la parte baja del tronco de mi verga cuando ya estaba en su garganta, se la metía y se la sacaba acomodaba la cabeza en otro ángulo y repetía, mientras que con una mano se afirmaba y con la otra me agarraba el escroto, me encantaba, era todo un curioso. Y Anita estaba ahí, aunque yo en realidad no veía lo que hacía, pero si escuchaba el chapoteo, que sabia que era de su saliva de su boca que mamaba el pene de Marquitos. Y los 2 más pequeños en otra, aunque en ese momento no me importaba mucho, yo ya estaba sumergido en los otros 3.

 

Despegue un segundo mi cara del culo de Angelica, le agarre a Marquitos el cuello levantándolo para que se sacara mi verga de la boca y me mirara. Me sorprendió que el cuando mi verga se salió de su boca lo primero que quiso decir fue pedirle a Anita que le metiera sus dedos en su culo, y eso me gusto tanto que lo bese. Si, con todo el semen que le había sacado del culo a su mama, y lo estaba guardando por dentro en mis mejillas, mi idea era hacer un montón junto con lo que tenía Angelica en su boca, pero la carita colorada de pasión y de cierta vergüenza de Marquitos al decirle a su hermanita mayor que le metiera sus dedos en el culo a su tan corta edad, me genero un morbo que me cambio los planes y lo tuve que besar.

 

El me respondió el beso cerrando los ojos, recibiendo mi lengua que venía con el jugoso regalo cuando de repente sintió que me gimió en boca, como un grito silenciado, debió ser por los dedos de Anita imagine, mientras me fundía en el beso. Por su lado Angelica empezó a jugar con el trasero de su hijo junto con Ana. La lengua de marquitos era tan chiquita que me generaba morbos perseguirla dentro de su boca, agarrarla con mi lengua, empujarla y moverla, mientras mi semen daba vuelta y vuelta de boca en boca, mesclado con la saliva de ambos que de a poco íbamos soltando, era un beso con caldo, con un caldo de pasión entremedio de nuestras lenguas.

 

Me fui entusiasmando besando Marquitos en su boca con la mía llena de semen, cuando noté que Angelica camino hacia los mas chicos los tomo y los trajo sentándose con ellos al lado mío. En eso le succione a Marquitos todo el semen de culo ensalivado que tenia en su boca para guardarlo en la mía nuevamente, él estaba contento, se le notaba que apreciaba el cariño, la delicadeza con la que lo trataba, saque nuevamente la nutela, y Marquitos dijo “que rico”, claramente le había gustado, le dije que se echara un poco en su pene, tuvo que correr un poquito a Anita que cedió de inmediato al ver que venía la crema a servirse en el mini pene de su hermanito con esa tan rica dulzura. Mientras yo también me embetunaba la mía, lo tome con la mano en la nunca llevándolo nuevamente a mamar mi verga, y siguió chupando y chupando, y también a él se la chupaba Anita que se reanimo en cuanto volvió el sabor dulce de la nutela.

 

En eso Angelica ya estaba metiéndole los dedos a los chicos, manoseándolos depravadamente a lo que ellos reían y le seguían el juego, era su madre y los trataba con muy amorosamente, así se divertían.

 

Le pedí a la Catita y me la paso, entre tanto no había tenido ocasión con ella, era tan chiquitita y media panzona, su carita tímida bonita con sus ojos gigantes y curiosos, le gustaba meterse los dedos en la boca lo que me empezó a generar morbo con ella. Le hice señas a Angelica para que me copiara con Tomasito, y entendió rápido, ambos nos pusimos a besarnos con los menores.

 

La Catita acostada desnuda en mi pecho se sentía tan suavecita, blandita y cálida, sus ojitos tan grandes y su cabecita tan chiquitita me tenia en el cielo, sus labios tan chiquititos y su boquita tan dulce, con una lengua tan pequeñita y esquiva. De esa forma era imposible evitar que le entrara a su pequeña boquita el semen que le había sacado del culo de su madre, era realmente exquisito y morboso. La afirmaba con una mano en su nalga chiquitita como un limón mientras que con el dedo del medio le acariciaba su anito, tan chiquitito y calentito, era muy rico, y con la otra mano le manoseaba su vaginita, gordita y suavecita. Intruseaba cada milímetro de esa pequeña vagina, y de ese culito mientras disfrutaba de la mamada profesional de Marquitos que se esmeraba en meterse hasta casi la mitad de mi polla en su boquita, mientras recibía la feroz mamada con amor de su hermanita mayor. Al lado nuestro su madre agarrando a besos a su bebe igual que yo, mientras le amasaba su pene y su escroto con una mano, y le masajeaba la entrada el culo mientras lo afirmaba con la otra.

 

En eso note que la cantidad de semen que estaba en nuestra boca con la Catita había empezado a reducirse, o sea la niña estaba tragándolo, ella no entendía que no se lo debía comer, ella simplemente entremedio de su primer beso con lengua se tragaba lo que había en medio, el semen, en eso pensé que los bebes se terminarían comiendo todo el semen y terminarían acabando con este juego depravado, y entonces le succione su boquita el semen que aun tenia y su dulce salvia que abundaba en esa boquita tierna.

 

La levanté agarrándola del torso colocando su vulvita a la altura de mis besos, era mágico, su suavidad, su olor, su calidez. Le clave mi boca en esa pequeña vaginita y comencé a comerme sus gorditos y diminutos labios, mientras a ella al parecer le daba cosquilla y reía mientras le pasaba la lengua. Con mis labios bien pegados a su entrada intente escupirle un poquito de semen en su vaginita, un poco caía adentro y un poco afuera y casi de inmediato lo pujaba la cosita linda hacia afuera para entrar nuevamente en mi boca. Angelica que me miraba atenta mientras manoseaba a su hijo, cuando entendió comenzó a hacer lo mismo, pero dio vuelta a Tomasito y empezó a jugar con su culito. Fue ahí que pensé que ella era más depravada que yo, mucho más, sabia lo que quería, no le daba asco, lo disfrutaba, disfrutaba tener sexo con sus hijos, para no ser menos di vuelta a la Catita y me abalancé a comerle el culo, tan pequeño y tan exquisito que me ponía al máximo, debía aguantar para no correrme en la boquita de Marquitos que chupaba y chupaba, lamia y comía la verga de su nuevo papi.

Le metía un poquito de semen en ese apretado ano y lo sacaba ella apretando su rajita, y le metía mi lengua en su culito lubricándolo con saliva y semen, era un acto hermoso, tenía mil sabores en mi boca, nuestros fluidos sexuales, entraban una y otra vez por el culito de Anita y de Tomasito que estaba a mi lado disfrutando de un cariñoso beso negro de su madre.

Era maravilloso, tomaba a la Catita como una muñequita, solo que con mucho cuidado y delicadeza, le chupaba el anito, le metía la lengua, le mascaba las nalguitas, la daba vuelta y me comía su vaginita, tan gordita, sus labios gorditos los succionaba como si me los quisiera tragan, metiendo lo que más podía de ellos en mi boca, y luego la volvía a poner en mi pecho para seguir besándola en su tan pequeña boquita. Hacia eso una y otra vez, hasta que la intercambie por Tomasito que también había estado disfrutando de esa rutina con su mamita.

 

Yo siempre fui hetero, jamás pensé en un hombre o una verga, pero al tener a Tomasito agarrado desnudo frente mío y con sus genitales viscosos, no lo dude y me metí su verguita en mi boca.

 

Magnifico, exquisita, lo máximo, esa mini verguita me tenía en el cielo, aunque era chica, de echo había visto clítoris más grandes, quizá era eso lo que la volvía exquisita. Ahí fui que entendí a Angelica, ya que al hacerle un poquito de succión fueron con su cuerito levantándose sus mini bolitas, metiéndose de un chupetón su escroto a mi boca. Jugué con mi lengua y sus genitales como quise, igual que con Anita no dude el lamerle el culo, que por razón obvias entenderán que era muy chiquito, igual trataba de meter mi lengua, sentía que entraba solo un poquito y si hacia más fuerza le terminaba empujando el cuerpo entero, por eso tampoco abusaba, pensaba que quizá un día estaría mejor preparado y lo haría mío. Y eso de proyectarme me calentaba mucho más.

 

Nuevamente le levante la cabeza a Marquitos para sacarle mi verga toda viscosa y pegajosa de su boca, para llevarme a Marquitos directamente a mi verga, lo di vuelta para que mirara a Marquitos y empecé a masajear mi verga en su culito, hacia círculos en su anito, golpeaba con palmaditas de mi pene en sus redonditas y pequeñas nalgas. Le dije a Marcos que le chupara la verga a Tomas, pero con sumo cuidado que es un bebe, el pareció entenderlo y no dudo en comerse la verguita de su hermano.

 

Mi verga a estas alturas era una galea de mucha saliva, liquido preseminal y semen sacado del culo de Angelica que recorrió la boca de su hijo mayor, la boca de su hija menor, su vulvita, su anito y se fue perdiendo en el cuerpo de Tomasito, entre besos el algo tragaba y también le chorreaba lo que le escupía a presión por su anito, este terminaba cayendo en mi verga.  Para mi era hermoso, nunca había disfrutado tanto la viscosidad y mi propio semen.

 

Todo eso ya iba siendo demasiado, el corazón me latía con fuerza, necesitaba penetrar, penetrar con fuerza, meter toda mi verga, que el cuero de mi pene se presionara lo máximo para atrás en una embestida mortal. Me levante y deje a Tomasito sentado mientras Marcos le chupaba y Ana le chupaba a él. Sali de ese tren para acercarme a Angelica, ella se veía poseída, media ebria, toda transpirada, metiéndose dedos, mojando el sillón mientras tenía sentada a la Catita en su cara para así encajarle la lengua en el recto de su hijita menor.

 

Me puse encima de Angelica y se la metí, se la metí frenéticamente, ella estaba toda empapada y dilatada, me abrazo por dentro, con una calidez y una fuerza como si no quisiera soltarme jamás. Continue el mete saca mientras besaba la boquita de la Cata, sus pechitos totalmente planos, su barriguita, su ombligo, ella reía y saltaba jugando sobre la cara de su mama mientras mi lengua recorría su cuerpo.

 

Era un sueño, un sueño perfecto toda la escena, afuera llovía y lo que parecían sonidos de relámpagos o truenos eran callados por las risa, gemidos y chapoteo del mete saca que estábamos viviendo en familia.

 

Mi calentura ya estaba subiendo a niveles peligrosos, pero no quería correrme aun, me separe de Angelica de un tirón lo que le llevo a gemir con fuerza y retorcerse de excitación, ya era el momento el premio que había prometido.

 

Anita estaba ahí recostada en el piso boca arriba chupando y amándole la verga a su hermano que estaba en 4 patas chupándole los genitales al bebe sentado en el sofá. Anita también le metía con cariño sus deditos en el culo de Marquitos como él se lo había pedido, se veía tan bonita. Le dije que venia su premio por su buena tarea a lo que gimió como festejo, sabia que a ella le había prestado poca atención y no quería que se sintiera y se apenara.

 

Le dije a Angelica que me iba a correr en Anita, y que quería que ella lo intentara también con su hija, que tomara la vaselina de al lado y se intentara meter el pie de la Catita en su vagina que yo estaba seguro que le caería, y que de esa forma se masturbara mientras le metía los dedos en la boca a la Catita con nutela, que ella también la debía probar, ella se mordió los labios gimiendo con “Mmmm” y prosiguió a hacerlo en una posición donde yo podía ver todo el espectáculo.

 

Me fui a comerle la vagina a Anita, la tenía mojada, se había metido sus deditos, así que acerque mi lengua y empecé a lamerle los gorditos labios carnosos, era una suavidad, una dulzura con salades, exquisito, no aguante y le empecé a pasar mi lengua por toda su vagina, ella se estremeció, su cadera se retorcía con mis lamidas, me metía toda la carne de su vulva en mi boca, para con la lengua intentar penetrar la carne que me estaba tratando de tragar, ella gemía con la verga de Marquitos en su boca, no la sacaba por nada, era muy obediente. De esa misma manera gemía Marquitos y en la punta Tomasito que reía y reía, de distintas formas, en distintos tono. Y al lado Angelica ya gritando con el Pie de su hija la Cata ensartado en su vagina mientras la Cata balbuceaba y trataba de hablar y decir cosas teniendo los dedos de su mama en la boca.

 

Ya le estaba metiendo mi lengua en la vagina de la Anita, ella la tenia ahora abierta, empapada, con hilos de saliva hacia mi boca mientras la contemplaba y volvía a meterle mi lengua, hasta donde mas podía y ella volvía a retorcerse y gemir.

 

Me levanté, me tire un escupo al pene y no le achunte, cayó al lado, en el muslo de la Anita lo tome y lo puse en mi glande, acerqué mi verga a la vaginita de la Anita y se le empecé a meter con mucha delicadeza y muy despacio, mientras le frotaba con suavidad su mini clítoris. Le entro mi glande, sentí su abrazo interior, su calidez, su intimidad femenina, tan cálida, tan apretada, sentía que mi pene en cualquier momento saldría hacia afuera por un lado haciendo un sonido de chapoteo, pero no fue así, lo mantuve , lo deje ahí, hasta que ella empezó a moverse, hasta que ella me empezó con sus movimientos a pedirme el vaivén, el mete saca, y así fue, ella lo disfrutaba, se movía con ritmo y hacia gemir a sus hermanos, cada vez que se la metía a la Anita sentía que hasta Tomasito lo sentía en su chupada, estábamos tan conectados y al lado la mama en su propia fiesta con su hija menor.

 

Mi vaivén empezó a aumentar su ritmo, tampoco le metía toda mi verga, le caía creo que mas o menos hasta donde le caía en el culo a Marcos, tampoco es que midiera muy bien en ese momento, solo la sensación era hasta como la mitad de mi pene. Se la metía y se la sacaba y ella movía sus caderas entonces le tome sus manitos, que estaban aún jugando con el anito dilatado de su hermano y se las puse en las la nalgas de él, le dije que me ayudara abriéndoselas, el se saco la verga de su hermano y me dijo “que me vas a hacer papi”, me calentó y tras decirle que le iba a comer su ano, me abalance y le metí la lengua haciéndolo gemir casi como estaba en esos momentos gritando su madre. En eso ella me llamo vuelta loca babeando, para mostrarme que se había metido el otro pie de la Anita, pero en su ano.

 

Suelo tener resistencia, pero todo esto ya me estaba superando. Le metía la lengua hasta el fondo del culo de Marquitos y el gemía con su gemido callado por los genitales de su hermano, le metía la verga a la Antia casi levantándola y haciéndola colgar de mi pene, Angelica poseída y los bebes riendo como si les estuvieran haciendo cosquillas.

 

Me corrí, me corrí dentro de Anita, ella se saco la verga de la boca de su hermano para gemir de placer mientras su hermanito gimiendo se disculpaba con ella mientras la orinaba en la cara. Palpite dentro de ella y sentía sus contracciones, sus apretones, sus palpitaciones, su latir, era fantástico, realmente hermoso, perdí el aliento, quede agotado. Y el trencito cayo de lado, se salió de las vías y descarrilados nos recostamos en la alfombra salvo Tomasito que se quedó en el sofá chupando el control remoto.

 

Dejé mi pene pegado en la vagina de Anita, hasta que abrí los ojos y pude ver su mirada tierna y amorosa mientras me abrasaba. Nos pusimos a besarnos a besarnos con amor, no con sexo y morbo, sino con amor, con delicadeza y ternura.

 

Angelica se habrá corrido 2 veces mas con la doble penetración de los pies de su hija al lado nuestro, pero yo ya estaba agotado, me había corrido en el fondo de la vagina de su hijita, y ahora yo ya estaba más tranquilo, disfrutando mi beso de amor con la Anita.

 

Angelica se corrió por ultima vez y quedo tendida en el sofá, y se saco los pies de su hija cuando esta se mostró inquieta, que quería ir hacia otro lado, gimió con un “Oooo…” cuando salieron los pies de su cuerpo.

 

Los niños se repusieron rápidamente y empezaron a jugar con la consola de videojuegos, note que Antia también quería jugar con sus hermanos así que la solté, me levante sacándole la verga despacito cuando al final ella escupió pujando mi glande afuera  y brotando de su interior mi semen, yo la mire y ella me dijo que había sido la única que no había probado mi semen, me pregunto si se lo podía comer, le dije que claro, y así lo hiso, se lo sacaba de su vaginita enrojecida con su mano como si fuera una cuchara y se lo llevaba a la boca para lamerlo antes que se le escurriera por los dedos, metiéndose el semen que recogía en su boca para terminar tragándoselo de poquito en poquito. Me dijo que le gusto, que era mucho mas rico que el de su antiguo papi, yo la miré con sonrisa tierna y le dije que era una buena niña, me abrazo y fue a jugar con sus hermanos.

 

Yo me levante y me acomode al lado de Angelica en el sofá, ella me pidió disculpa, me dijo que se había terminado tragando mi semen con la Cata, le dije que eso me dejaba contento, ella me miro y me dijo que nunca había tenido sexo tan rico, donde ella pudiese hacer cosas, disfrutar, explorar y conocerse, me decía que su vida anterior siempre fue obligada a todo, muchas veces innecesariamente a golpes. Me dijo que estaba feliz conmigo y me pregunto como estaba yo con ellos que pensaba al respecto. Le dije que estaba pensando en hacer una familia con ellos, a ella le brillaron los ojitos y me abrazo, me dijo que ella quería estar por siempre conmigo y con sus hijos, obvio, luego se vio tímida como si se arrepintiera de ser tan entregada, yo reí, y le dije que se relajara, que me gustaría quedarme con ellos, por siempre, ella me dijo que haría todo lo posible para eso, yo le dije que lo sabia y por eso es que los consideraba para tanto, tanto como para convertirnos en una familia.

 

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Si les gusto y quieren que escriba mas, les agraderia me lo pusieran en los comentarios.

 

Saludos

La calle parte 1
tengo enormes fantasias con mi hija de 10 y 12 años que hago?

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