Incesto

Un nuevo encuentro con mi nieta "final" (20)

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Nieta: Abuelito, no se porque siento todas estas cosas en mi estomago, pero si es por hacer el amor, quiero seguir sintiendo esto tan rico, tengo un poquito de miedo porque veo que tu pene esta muy grande y mi vagina es pequeña.

 
Abuelo: Es normal que sientas miedo, voy a penetrar tu vagina con cuidado y despacio para que no te duela mucho, porque después que entre todo mi pene en tu vagina, no te va a doler, solo vas a sentir un placer enorme que no vas a olvidar en tu vida, como le pasó a tu mamá.
 
Le dije que levantara sus piernas y tratara de abrazar mi cintura con ellas, que si lo hacía de esa forma no sentiría tanto dolor y mi pene entraría más fácil, lo único que me dijo es que lo hiciera pasito.
 
Me incline un poco, pero no recostaba todo mi cuerpo sobre ella, mis codos ayudaban a sostener mi cuerpo, mi boca busco sus pequeños senos, uno cabía totalmente en mi boca, lo chupaba suavemente porque ella me decía que sentía dolor, estaba totalmente nublado por el deseo que ella despertaba en mí, no quería sacar su seno de mi boca, entonces acomode mi pene en la entrada de su hermosa y deliciosa vagina y con mi mano lo tome para rozar suavemente sus labios vaginales, no lograba controlar mi deseo, era una locura total los dos en esa cama.
 
Nieta: Abuelo se siente rico tus caricias, ahora entiendo porque a mi mamá le gustaba hacer el amor contigo, todo es muy bonito, me haces rico con tu pene.
 
No podía responder nada en ese momento, estaba tratando de evitar explotar antes de penetrarla totalmente, empecé a empujar suavemente mi pene en su vagina, ella estaba mojada, sus jugos vaginales ayudaban para que no sintiera dolor, en ese momento sentí como colocaba sus manos en mi estomago, como deteniendome, no sabía si sentía dolor en ese momento.
 
Abuelo: Mi nieta adorada, estoy robando tu tesoro precioso, tu virginidad, es maravilloso lo que me haces sentir, también siento cosas en mi estómago y el resto de mi cuerpo, lograste despertar mi deseo después de tantos años, eres una niña maravillosa, gracias por este hermoso regalo, jamás lo voy a olvidar.
 
Nieta: Abuelo me duele un poco, se siente muy duro tu pene cuando entra y es como si me estuviera rompiendo algo y quisiera cerrar mis piernas.
 
Abuelo: Te entiendo mi querida nieta, pero no puedo hablar más, quiero entrar en tu cuerpo y disfrutar plenamente este momento como quiero que tu lo disfrutes igual, solo se que me siento el hombre más feliz.
 
Nieta: Si abuelo yo también quiero, me alegra que te haga feliz como mi mamá.
 
Abuelo: Mi nieta adorada, tu me haces más feliz, eres maravillosa, todo lo haces mejor que tu mamá, por eso te amo más que a ella y quiero hacerte el amor cada vez que nos podamos ver, quiero que nos volvamos amantes hasta que tu lo quieras.
 
Terminaba de decir esas palabras, cuando mi pene entró totalmente en su pequeña y delicada vagina, estaba dentro de ella y tan solo dejó escapar, un, «abuelo me duele, más pacito» sus manos sostenían fuertemente mi estómago, pero no pare, mi pene entraba y salía una y otra vez de su pequeña vagina hasta que explote dentro de ella, su vagina se llenaba de mi semen, por primera vez ella lo probaba, todo era diferente ahora, porque sentía que podía hacerlo un poco más fuerte, era lo que me decía mi deseo, no podía parar, solo quería vivir plenamente ese momento.
 
Me dejé caer sobre ella, quería sentir el calor de su cuerpo, el aroma que de él emanaba, busqué sus labios y en un beso le transmití todo el deseo que sentía en ese momento, se sentía ahogada porque me separo de su boca de una forma brusca, creí que se había molestado por besarla.
 
Nieta: Me haces muy duro abuelo, siento que me rompiste algo por dentro, no quiero que lo hagas tan duro, pero me gusta lo que siento, es muy rico aunque me duele un poco abuelo.
 
Abuelo: Mi linda y hermosa nieta, gracias por ser tan linda, pero me deje llevar por el deseo, ya te dije, tú me enloqueces y perdí el control, perdoname si te hice muy duro, no es fácil controlarme cuando estamos así, es que no pensé que pudiera vivir algo así tan maravilloso contigo mi nieta hermosa, no quisiera que esto terminará, quisiera poder tenerte a mi lado todos los días de mi vida.
 
Nieta: Abuelo, hacer el amor es muy rico, pero duele un poco porque tu pene es grande, ahora si que entiendo porque mi mamá lo hacía contigo tantas veces, además tu pesas mucho y casi me ahogas, abuelo, si quieres le dices a mis papas que me dejen a vivir contigo siempre para que podamos hacer el amor todos los días.
 
Abuelo: Eres hermosa, pero eso no puede pasar, tienes que irte con tus papas, pero cada vez que me visites o yo te visite, buscamos estar solitos para poder hacer el amor, me haces enloquecer con tu bello cuerpo y tu inocente comportamiento, además te voy a decir un secreto, tu haces el amor mejor que tu mamá y no te quiero decir que otras cosas haces mejor.
 
Nieta: Abuelo, mira que me esta saliendo esto de mi vagina y tiene sangre, que es
 
Abuelo: Espera y te limpio, se me olvidó hacerlo, es mi semen con tus jugos vaginales y sangre porque se rompió tu virginidad, pero no te preocupes, ya no volverás a ver sangre cuando lo volvamos hacer.
 
Limpie su vagina con pañitos y aproveche para volver a sentir, las emociones que esa niña despertaba en mí, eran más fuertes que la que despertó su mama.
 
Aún estábamos recostados en la cama, ella estaba bocarriba y yo de medio lado observando toda su belleza, era algo de no creer, mi bella e inocente nieta, me había regalado un maravilloso momento y lo mejor, ella estaba dispuesta a que volviera a pasar.
 
Nieta: Abuelo porque me dijiste que fuéramos amantes, ¿luego los amantes no deben ser grandes, como mamá y papá? y que son esas otras cosas que hago mejor que mi mamá.
 
Abuelo: Tienes razón, deben ser personas adultas, pero como tu y yo queremos hacer el amor cuando nos veamos, nos vamos a comportar como amantes, porque ellos cuando se ven hacen el amor, nos vamos a comportar como adultos y esas otras cosas que haces mejor, te diré, le diste una mamada a mi pene deliciosa, sabes hacerlo maravillosamente con tu boca y eso me enloquece, además lo coges de una manera tan especial, que cuando lo haces me pones a ver estrellitas, jajajaja y lo mejor, eres atrevida.
 
Abuelo: Voy a preguntarte algo, ¿serías capaz de hacer lo mismo que haces conmigo con tu papá, si él te lo pidiera? 
 
Nieta: ¿Así como tú con mi mamá?
 
Abuelo: Si, lo mismo mi querida nieta.
 
Nieta: No sé abuelo, pero yo sentiría lo mismo con él?
 
Abuelo: No se si puedas sentir lo mismo, pero si te dijera que puedes sentir lo mismo o sentir más cosas con el, tú serías capaz de hacer lo mismo con el?
 
Nieta: Si siento las mismas cosas que siento contigo, yo creo que si abuelo, pero a mi papá no se le ve el pene así de grande como el tuyo cuando yo me bañaba con él y tampoco me acariciaba mi vagina.
 
Abuelo: Jajaja, eres tan inocente, lo que pasa es que el no te desea, es por eso, porque si te deseara, esa vez le hubieras visto el pene grande y te hubiera acariciado tu vagina, pero, si él algún día te lo pide, quiero que le digas que no, yo quiero que solo lo hagas conmigo, porque yo, no lo hago con ninguna otra mujer.
 
Nieta: Está bien abuelo, pero no sé si él me diga eso, ¿puedo hacer una última pregunta?
 
Abuelo: Las que tu quieras.
 
Nieta: Si mi mamá te dice ahora que le hagas el amor, ¿tu lo haría con ella?
 
Abuelo: No, nunca lo haría, porque ahora solo estoy para tí.
 
Nieta: Pero antes si lo hacías con ella y con mi abuela y con quien te gustaba más hacerlo abuelo.
 
Abuelo: Por favor esas cosas no se preguntan, si lo hacía con las dos, pero nunca el mismo día y te diría mentiras si te dijera que con tu abuela, tu mamá me entrego su niñez y eso me enloquecía, como pasa hoy contigo.
 
Demasiadas preguntas para una niña como ella, pero debía complacerla respondiendo porque era nuestro trato.
 
Nieta: Abuelo si mi papá me acaricia como lo haces tú, ¿yo voy a dejar que él me haga el amor?
 
Abuelo: Que pregunta nieta, si eso pasa es posible que si, porque vas a sentir esas cosas en el estómago y terminarás aceptando hacer el amor, porque el deseo te lleva a eso, lo único es, que si él te va a acariciar tu le digas que no.
 
Nieta: No sé abuelo, yo pienso que él no haría lo mismo.
 
Abuelo: Vamos a vestirnos antes que lleguen tu abuela y tu mamá y quiero decirte que me hiciste sentir cosas maravillosas, que me enloqueces, que me enamoraste y que voy a extrañarte mucho cuando te vayas, espero nos dejen solos otra vez antes de irte para que podamos vivir otro momento maravilloso como hoy, ahora, no me dijiste cómo te sentiste y si te gusto lo que te hice.
 
Nieta: Me gusto, ya te lo dije, sentí cosas en mi cuerpo, me gusto mucho como me acaricias, pero los besos no, me gusto cuando entras y sacas tu pene es lo que más me gusto abuelo y también quiero volver hacer el amor otra vez contigo.
 
Era el final de ese hermoso momento, ella estaba tranquila y no confundida, se comportaba como una adulta, así era mi maravillosa e inocente nieta.
 
Fin….
Los calientes senos de mamá - Primera parte.
Diario de una adolescente

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