Incesto Primera Vez Sexo con Maduros Voyeurismo

Concurso "Miss Tanguita"

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Iba celebrarse el famoso concurso “Miss Tanguita” de este año en el que participaban niñas de todos los pueblos de la provincia y mis dos hijas participarían en las categorías establecidas de 6 a 10 años y de 11 a 14, por lo que teníamos que empezar con los preparativos para el concurso.

En esta ocasión, se iba a crear una categoría especial con las “niñas embarazadas”, que al quedar en este estado habían sido excluidas las anteriores veces, por considerar algunos padres que esas niñas tendrían ventaja sobre las demás por haberse desarrollado su cuerpo a causa de ese embarazo con el aumento de sus pechos y las formas más voluptuosas, lo que atraería muchas más miradas libidinosas y por supuesto, los votos del Jurado, también.

En la Comarca eran bastante comunes esos embarazos precoces en muchas niñas, apenas tenida la primera menstruación, por la liberalidad de muchas de sus familias y esas costumbres atávicas de una región que hasta hace poco había permanecido bastante aislada del resto del país.

Cuando se acercaba la fecha del Concurso, todas las madres nos afanábamos en ir a comprar unos modelitos bonitos que llamaran la atención y favorecieran a las niñas.

En mi caso, mi hija mayor ya necesitaría llevar un bikini o conjunto de lencería de dos piezas, al tener ya pecho, como la mayoría de las niñas de su edad, pudiendo elegir unos modelos de bikinis más variados y sugerentes, pero en el caso de la pequeña, todavía sin desarrollar, aunque tenían la opción de ir con las dos piezas también, muchas preferían llevar solo el tanguita, por lo que había que elegir algo muy llamativo para que esa prenda tan pequeña luciera lo mejor posible en sus cuerpos.

La hija de mi hermana, que tenía 14 años, se había quedado preñada y llevaba ya unos meses de embarazo, por lo que pensaba que no podría participar este año en el Concurso, pero se llevó una gran alegría al saber que se había creado esa categoría especial en la que sí podría participar nuevamente desde su primera vez en la que se presentó con 8 años recién cumplidos.

Su embarazo era algo previsible, porque sus padres la metían en la cama con ellos desde siempre y el marido de mi hermana la estaba follando sin las debidas precauciones, con la complacencia de su madre, que siempre fue muy morbosa y yo creo que en el fondo, lo que deseaba era que su hija pariera un nuevo hermanito al que unir en sus juegos.

Así que la llamé para ir juntas al Centro Comercial con las niñas para que se probaran varios modelitos y elegir los más apropiados.

Al llegar vimos a otros padres que también estaban con sus hijas de compras de cara al Concurso, por lo que tuvimos que esperar un poco para entrar a los probadores. Algunas niñas salían fuera para que su mamá viera como les quedaba el que se habían puesto, mientras todas las demás mamás mirábamos y dábamos nuestra opinión, así como algún papá que también estaba por allí, mirando con un poco más de disimulo a las nenas sin perder ojo, sobre todo cuando estaban en el probador y no habían cerrado bien la cortina, por lo que se las podía ver desnudas cuando se quitaban uno para ponerse otro.

Nos llamó la atención ver a varias de las niñas con esa barriguita que demostraba su embarazo y los cambios que iban produciéndose en sus cuerpos, lo que suponía un nuevo atractivo para esas miradas masculinas, que prácticamente las devoraban, relamiéndose los labios, mientras sus madres las lucían orgullosas del deseo que despertaban.

Las mayores preferían elegir alguno que resaltara sus pechos y los hiciera todavía más grandes de lo que los tenían, sobre todo las más pequeñas de esa categoría, de 11 años, que se sentían un poco en desventaja con las mayores al no estar tan desarrolladas, pero alguna sí que tenía ya bastante pecho, lo que en su caso llamaban más la atención por el contraste con su cuerpo más menudo, mientras que en el en caso de la categoría de las pequeñas, solían decantarse por los tanguitas de transparencias, elegidos por sus madres, esperando que se fijasen más en ellas tratando de adivinar sus tiernas vaginas en desarrollo.

Algunas madres comentaban que untaban de aceite el cuerpo de sus hijas, sobre todo de las embarazadas, para resaltar más sus barrigas con los bikinis puestos y ver mejor el efecto que causaban, ya que para el Concurso se utilizaban todo tipo de trucos para mejorar la apariencia de las niñas, por lo que mi hermana le pidió prestado el bote de crema a otra de las madres, para untárselo a su hija, preguntándole ella:

—¿Quieres que te ayude? Es que me encanta masajear esas barriguitas.

—Puedo hacerlo yo, pero si te apetece, puedes ayudarme a extendérsela bien por todo el cuerpo —le dijo mi hermana.

Esa mujer se puso junto a mi hermana a extender la crema por el cuerpo de mi sobrina, notándose como ella disfrutaba con ello, diciéndole con morbo a mi hermana:

—¡Qué rica está! ¿De cuántos meses está ya?

—De 6 meses y una semana. Fíjate que pechos se le han puesto ya, hasta tienen leche.

—¡Buufff! Su padre estará loco con ella. La mía es más pequeña y delgadita que la tuya, y no sé cómo se pondrá porque todavía no llega a los 5 meses, pero su padre la disfruta cada día.

—No me extraña. La tienes preciosa también. ¿Me dejas echarle crema a la tuya?

—Claro, mujer. Ya tiene bastante, pero échale un poco más y verás la piel tan suave que tiene, y con esas tetitas duras como una piedra. Entra en el probador con ella, porque será mejor que ña dejes desnudita para no manchar las prendas.

Mi hermana se puso a echarle crema a esa cría, disfrutando igualmente de ello, ante la complacencia de la niña, que agradecía el placer que le estaban dando esos masajes.

Viendo a nuestras hijas probándose los modelos, las mamás lo comentábamos entre nosotras hablando de lo lindas que estaban nuestras hijas o las suyas, diciéndome una que ya conocía del año pasado:

—Este año espero que gane mi hija, con 10 años es su último año en esta categoría y como en el anterior quedó segunda, a ver si esta vez tiene más suerte.

—Claro, tiene sus posibilidades. Ha crecido mucho y se ha puesto muy guapa, destacando sobre las demás más pequeñas. Ya veo que le han crecido mucho las tetas, ¿tú se las tocas o estimulas para que se le pongan así? Yo lo hago a menudo con la pequeña, al igual que su padre, y algo le han salido, pero no hay manera de que le crezcan más, jaja.

—¡Chica! No se me había ocurrido eso, pero se lo haré antes de que sea el Concurso, a ver si sirve de algo, pero cada niña es distinta y tiene su genética y su proceso de desarrollo. Ya viste el año pasado, como le quitó el puesto la nena negrita, con esos hermosos y grandes pechos que ya tenía para su edad. Babeaban todos con ella, pero a la tuya se le ha puesto este año un cuerpo muy bonito también, así tan rubita con las tetitas saliéndole ya y ese culito tan tentador.

—Sí, espero que no tenga una competencia como esa. Además como puede ir todavía sin top arriba, la voy a sacar solo con el tanguita para que se le vean bien los pezones en punta que tiene ahora. Eso pone mucho a los hombres y la votarán más.

—Bueno, la mía tiene todavía 9 años y ya empiezan a marcársele también los pezones, así que creo que me voy a llevar el tanguita transparente que tiene puesto ahora, y por detrás se le mete por el culito, mostrándolo bien —dijo otras de las madres, de la suya.

—Pero mujer, si se la ve toda la raja ya casi abierta con ese. Se la van a comer con los ojos.

—Sí, ya lo sé, pero es que me gusta que se le vean bien los labios de la rajita, que los tiene gorditos, sin un solo pelo. Cada una tiene que jugar sus armas. A veces las nenas de menos edad tienen más gracia y saben cómo ganarse al Jurado, ya sabes.

—Desde luego, yo sé bien cómo se ganan algunas al Jurado. Me acuerdo del año pasado como una se estaba dejando sobar bien en el vestuario antes de salir, por uno del Jurado, tocándola por todos lados.

—Sí, yo también la vi. Es que era su primer año y no quería salir porque estaba muy nerviosa y estaban tratando de tranquilizarla.

—Ya vi como la tranquilizaban, que le estaban metiendo el dedo hasta el fondo y pellizcándole los pezones para calentarla.

—Bueno, pero así le vino el gustito y se quedó más relajada.

—Ya, ya, pues nada, nosotras hemos acabado. Nos vemos en el concurso —despidiéndose de nosotras.

Nos despedimos deseándonos suerte, mientras mi hija mayor y mi sobrina no acababan de decidirse y salieron a preguntarnos. Mi hija, con sus 14 años, era la última vez que podía participar y estaba muy nerviosa, sin estar embarazada, pero mi sobrina estaba también con muchos nervios, por su estado.

Sus cuerpos atraían todas las miradas de los hombres que estaban por allí, porque tenían sus curvas de mujer de más edad, pero sus caras de niñas llenaban de morbo y de vicio a esos hombres que no les quitaban ojo mientras mi hija me decía:

—Mira, mamá. Este suje me queda pequeño de talla y casi se me salen las tetas.

Quejándose también mi sobrina:

—A mí este me queda tan apretado que se me sale la leche por los pezones y se mancha todo.

Contestándole yo a mi hija:

—Jaja, ya veo que casi se te ven hasta los pezones. Es que tienes ya mucho pecho, hija. Pero llévatelo, que te queda muy sexy y ya verás cómo van a estar más pendientes de ti. Y el tanga también te queda muy bien y te hace el culito muy bonito. Tienes que ponerte en la terraza de casa a tomar el sol desnuda para ponerte bien morenita todo el cuerpo. ¿Verdad, hermana?

—Ya lo creo, si dan ganas de tocártelo y todo. Mi hija debería ponerse morenita también, para estar más guapa. —y dirigiéndose a su hija— Y tú, cariño, quédate con ese sujetador también, aunque se te salga la leche. Ya buscaremos algún remedio, no te preocupes, pero es que  tenemos que resaltarte bien esos pezones tan gordos que se te han puesto, y con este tanguita que llevas, que parece que vas medio desnuda, vas a volver locos a todos los Jurado. Solo falta que te maquilles bien para que se fijen más en ti.

Una vez terminado de decidirnos, yo les dije:

—Ahora, al llegar a casa, os ponéis las tres en la terraza a tomar el sol desnudas, para poneros bien morenitas por todos lados.

—Mama, es que cuando me pongo, siempre está el vecino de al lado mirándome con todo descaro —protestando mi hija.

—Bueno, hija, déjalo, es mayor ya y es la ilusión que tiene. Además, es culpa tuya también, porque ya me fije que un día estabas con las piernas bien abiertas delante de él. Además, hoy podéis poneros las tres igual para que os vea bien el coño y se pase un buen rato pajeándose, jaja.

—¡Jo! Cómo eres…, mamá. No fue culpa mía, es que me quedé dormida y no me di cuenta. Y cuando me desperté ahí estaba él mirándome todo, babeando. Me dio una rabia….

—No se lo tomes en cuenta. Dejarle que se dé el gusto con vosotras, el pobre. Las mujeres tenemos que acostumbrarnos a esas cosas, que los hombres nos miren y se calienten con nosotras. Para eso os estoy enseñando a provocarles bien y excitarles, comportándonos como putitas, enseñándoles todo, para luego hacer lo que queramos con ellos. Ya veis como con tu padre conseguís todo los caprichos que queréis. Ya sabéis cómo son los hombres…..

—Ya, todo eso lo sé, pero es que mira hasta a mi hermana cuando se pone conmigo en la terraza, y yo le digo que cierre las piernas y ella como si nada, me dice que le da igual que mire el vecino, que le gusta que se excite mirándola.

—Claro, porque tu hermana es pequeña todavía y ya le gusta que se fijen en ella. Hace bien en enseñarle toda la rajita, con lo rica que la tiene ya. Seguro que se le pone bien mojadita y el vecino se hace una buena paja deseando comérsela.

Continuando mi hija mayor, diciéndome:

—Una vez nos dijo el vecino que vaya coñitos más bonitos que teníamos y mi hermana empezó a reírse abriendo las piernas más todavía para enseñándoselo bien.

—Jajaja, que pilla es tu hermana. Pues ahora, cuando os vea a las tres, y con tu prima embarazada, se va a volver loco corriéndose de gusto con la paja que se va a hacer. Además, podéis provocarle más todavía si empezáis a tocaros entre vosotras….

—¡Jo, mamá! Como te gusta que seamos tan putas con los hombres…. —me dijo mi hija, resignada.

Cuando llegamos a casa, las niñas se pusieron los modelitos que se habían comprado para enseñárselo a sus padres, que se quedaron con la boca abierta, diciéndoles que había acertado con la compra y que estaban preciosas las tres, aunque ellas se rieron por el bulto que se les había formado en el pantalón a ellos.

Pero yo les dije:

—Venga, aprovechar a poneros ahora en la terraza, que hace sol y a ver si cogéis un buen color.

Las tres se quedaron desnudas y se tumbaron en unas toallas en la terraza al sol. Al poco rato, al escuchar a las niñas hablar, nos fijamos en que ya se asomó el vecino a mirarlas, empezando a decirles:

—Hoy os habéis traído a vuestra prima también. Menuda, como está de preñada. ¡Dios!, que gozo debe ser follarte, hija mía. Qué putas sois las niñas ahora, voy a hacerme una paja mirándoos, jaja.

Nosotras nos echamos a reír desde dentro del salón, viendo el efecto que causaban nuestras hijas en el vecino, diciéndome mi hermana:

—Si éste fuera miembro del jurado de “Miss Tanguita”, ya teníamos el concurso ganado, jaja.

Al menos, las niñas se pusieron un poco morenitas, lo que las hacía estar más guapa con los bikinis y cuando llegó el esperado día del concurso, allí estábamos todas, madres e hijas, ansiosas porque empezara, haciendo los últimos preparativos con nuestras hijas.

Cada una tenía sus trucos para realzar la belleza de sus hijas. Alguna estaba lamiendo los pezones de las suyas, para que estuvieran más estimulados y relucientes, fijándome en otra que estaba como masturbando a la suya. Era una cría de las que participaban en la categoría de las más pequeñas y me quedé mirándola preguntándole:

—¡Qué ricura! ¿Por qué le haces eso?

—Porque haciéndoselo la queda la vulva más abultadita y la luce más en el tanguita. Me fijé que le pasaba eso cuando se lo hacíamos en casa que le quedaban las braguitas más ajustaditas.

—Sí, ya veo que la tiene como hinchadita. ¿Me dejas hacérselo un poco a mí para ver como se le pone de hinchada? Puede que se lo haga a la mía también.

—Claro, mira como le queda el tanguita, que se le marca toda la rajita. Con lo abultaditos que se le ponen los labios, atraerá todas las miradas….

—Es verdad, le queda muy sexy así. Además, tiene el chochito muy suave y se le moja muchísimo al sobarlo. Se lo van a mirar bien porque a esta edad casi todas lo tienen cerradito, pero la tuya parece que ya se le abre mucho, como a las mayores. Se nota que la estáis estimulando ¿ya le vienen los orgasmos tan pequeña?

—Sí, ya sabes. Estando con nosotros en la cama, siempre nos veía cuando follamos su padre y yo y con la calentura empezó a participar, y claro, se excitaba y tenía sus pequeños orgasmos.

—Yo conozco a otras que se lo abren también. Se las dejan al marido para que les meta un poco la polla y que se les vayan abriendo los labios y luego aquí en el concurso llaman mucho más la atención.

—¿Que se las follan quieres decir?

—Sí, hija, al final muchas veces acaba pasando, porque si tu marido empieza a metérsela un poco a la tuya, acabará metiéndosela entera.  

—Ya me lo imagino…. Mi marido me pedía a la mayor y ahora con la pequeña igual.  ¿Tú marido te pide a las tuyas también?

—Bueno, si, a la mayor sobre todo. A mí me da mucho vicio también verla con él y como lo disfruta ella. Con la pequeña todavía no lo ha hecho, pero la llevamos los fines de semana para que vaya cogiendo el vicio, porque no veas como le gusta ya.

—Será porque tu marido ya tiene a la mayor, porque algunos no esperan tanto. Hay algunas que son tan viciosas las hijas como las madres, así que ya te puedes imaginar, los padres empiezan a montarlas en cuanto pueden y así siguen sin parar hasta que algunas acaban quedando preñadas. Ya ves cuantas hay por aquí…..

—Como mi sobrina… Mírala, allí está, fíjate lo tremenda que está con esas tetazas rebosando la leche ya.

—Ya la veo…. Mi marido está deseando preñar a la nuestra también, pero a mí me gustaría que esperara un poco, aunque el morbo le puede, sobre todo, cuando ve a alguna así, como tu sobrina.

—Mira a aquella nena que se está poniendo el tanga, como tiene el coño. Yo creo que se lo han hecho antes de venir para que lo tuviera bien abierto para el desfile.

—Puede ser, sí. Hay algunas que ya no saben qué hacer para ganar el concurso.

—Si yo te contara….. Hay de todo. Algunas hasta se las llevan a casa a los del Jurado, porque hay alguno muy vicioso, que les hacen de todo, a la madre incluida, pero claro, eso no lo cuentan…..

En esos momentos pasó a nuestro lado uno de los miembros del Jurado, para ver si ya estaban preparadas las niñas y supervisar que todo estuviera bien. Era uno de los maestros del Colegio de las niñas y se paró a hablar con nosotras:

—¿Cómo estáis de ánimos?

—Nosotras bien, pero las niñas muy nerviosas.

—Es normal, pero ellas lo disfrutan mucho. Ya vi a alguna en el Concurso que hicimos en el colegio y les veo muchas posibilidades. Sobre todo, las que tienen hermanas mayores con experiencia en participar, porque les enseñan cómo ponerse la tanguita y como moverse para impresionarnos más y que las puntuemos más alto.

—Sí, eso siempre pasa, las pequeñas aprenden de las mayores….

Enseguida dio comienzo el desfile empezando por las más pequeñas, que salieron primero todas juntas de la mano para un vistazo general, siendo presentadas una a una diciendo de dónde venían y edad, para después salir solas a bailar con la música para que todos vieran bien a la nena y su tanguita.

Alguna salía con la parte de arriba puesta, a pesar de no ser obligatorio, para darle más gracia al conjunto, pero la mayoría salían sólo con el tanguita, mostrando sus incipientes pechos al aire, pero la atención se centraba sobre todo en el modelo de tanga que tenía, optando casi todas por las transparencias y luego por detrás más variados desde los de hilo fino a otros tipo brasileño, luciendo todas ellas preciosas arrancando los aplausos del público y las más atrevidas, al pasar frente al jurado, se bajaban el tanga enseñando más claramente la rajita de forma provocativa, aumentando los gritos y piropos del público.

Para resaltar más su belleza, sus madres las había maquillado y puesto calzado de tacón, para estilizar su figura, con esos cuerpos bronceados y turgentes, empezando la adolescencia.

Nosotras sabíamos que ese desfile era muy seguido por gente poderosa e influyente y esos hombres, si se encaprichaban de alguna de las nenas, podían cambiar sus vidas y la de sus familias, aunque eso supusiera, vender prácticamente a sus hijas para el disfrute de esos potentados.

Por eso, se esmeraban tanto en la preparación de sus hijas para este desfile, haciéndoles comportarse de forma obscena en muchas ocasiones, como cuando las más atrevidas se bajaban el tanga y se metían los deditos, que luego mostraban mojados al público y al Jurado, provocando que alguno de ellos metiera su mano debajo de la mesa para masturbarse, siendo incapaces de aguantarse mientras las veían en esos sensuales bailes y posturas provocativas, como hacía mi hija, tal como la habíamos enseñado.

De todas formas, la hija de la madre con la que había estado hablando en el vestuario, se llevó las mejores puntuaciones, porque la verdad es que era una nena preciosa, rubia, de ojos azules y piel blanca, con unos pequeños pechos en punta con sus pezones rosados, y unas piernas muy largas que culminaban en un tanga muy parecido al color de su piel, que daba la impresión de estar desnuda, adornada con un liguero y medias a medio muslo, resaltando de todo ello una vulva muy abultada y bien marcada que hizo las delicias de los presentes y del Jurado que no dudó en darle la máxima puntuación.

Y efectivamente, al dar los resultados resultó ser la ganadora, quedando mi hija pequeña en tercer lugar; siendo la segunda, una nena de 8 años, muy guapa y morenita, de rasgos indios que le daban un aspecto exótico, que salió con un tanga de color naranja, prácticamente de hilo por detrás y por delante que prácticamente se le metía por dentro de la vagina, separándole los labios, haciendo que se hincharan y se le marcaran mucho más, lo que a ella le quedaba perfecto, realmente sexy.

En el desfile de las mayores, las nenas ya más desarrolladas calentaron el ambiente y el ruido de la sala aumentaba por los gritos de excitación, haciendo su primer pase en lencería, sin que aquí se permitiera solo el uso del tanguita, aunque sus conjuntos resaltaban más la belleza de sus cuerpos.

Éstas iban ya mucho más maquilladas, con sus labios rojos, tacones finos, medias con su liguero correspondiente a medio muslo y unos sujetadores que tapaban apenas sus pezones.

Algunas niñas, al verse en esa edad, de repente en cuerpos de mujer, se mostraban más tímidas de mostrar sus encantos, pero no faltaban tampoco las más descaradas que sabían perfectamente como provocar a un hombre, notándose que experiencia no les faltaba con ellos, bien aleccionadas por sus madres.

Mi hija cuando salió a bailar, con sus movimientos provocó que se le saliera un pecho de su ajustado sujetador, bamboleándose ante la atenta mirada de todos aplaudiéndola, sin que ella en un primer momento se diera cuenta de ello, y no siendo capaz, después de volvérselo a poner bien, se lo quito totalmente dejando sus tetas al aire ante la miradas de deseo de los presentes que también alababan su culito prominente que sabía mover muy bien, aventurando como sería tenerla en la cama con esos movimientos de cadera.

Todo esto provocaba la excitación del público, sentando los hombres en sus piernas a sus hijas pequeñas para empezar a sobarlas bien mientras miraban, haciendo las madres lo mismo con sus hijos, aunque con más disimulo metían sus manos dentro de sus pantalones para manosear suavemente sus genitales, lo que ellos agradecían con sus muestras de complacencia.

La actuación de mi hija hizo que las niñas que desfilaron después acabaran quedándose todas en top-less, para alegría de los ojos masculinos que pudieron deleitarse con toda clase de tetas adolescentes, más grandes o más pequeñas, pero todas firmes y preciosas, no faltando tampoco las que se ponían a masturbarse ante la expectante mirada del público, que aplaudía animosamente, sobre todo, las madres de las chicas que en ese momento estaban sobre el escenario.

Al final de las votaciones, la rotundidad del cuerpo de mi hija, unido a su desparpajo para ser la primera en quitarse el sujetador, hizo que se llevara el primer premio, quedando segunda la negrita que el año pasado había ganado la categoría de las pequeñas, y que esta ocasión, con sólo 11 años, había conseguido quedar segunda gracias a unos pechos que la habían crecido mucho más contrastando morbosamente con su delgado pero sinuoso cuerpo.

Estaba claro que era una niña que llamaba mucho la atención por su escultural figura llena de curvas, con esos firmes pechos en crecimiento, que tuvo el atrevimiento, a pesar de ser su primera participación en la categoría de las mayores, de ser la primera que abriéndose de piernas, se puso a masturbarse ante la estupefacta mirada de los miembros del Jurado que vieron cómo se corría en tan poco tiempo, provocando la exclamación de uno de sus integrantes:

—¡Dios! Esta cría es puro fuego. Menudo coño que tiene ya la condenada.

Contestándole otro:

—Con la polla que tienen estos negros, si ya se la está metiendo el padre, no me extraña que ya lo tenga así.

Y seguidamente vino la novedad de este años, el desfile de las niñas embarazadas, que había despertado mucha expectación, variando los modelitos que llevaban, entre los que abundaban los baby-dolls, para las más tímidas que no se atrevían a mostrar la completa rotundidad de su transformado cuerpo, resaltando el color blanco en todas ellas, sobre todo en las que eran mulatas, que por su naturaleza, les venía la menstruación antes y solían quedarse más pronto embarazadas, llamando más la atención de los hombres más perversos.

Las formas que daban a sus cuerpos sus embarazos más o menos avanzados hacían que los instintos más primarios se desataran con estas crías, a las que imaginaban siendo jodidas todas las noches buscando su preñez, con el vicio añadido que todo eso suponía para ellas a su corta edad, siendo todos más permisivos a la hora de que los miembros del Jurado pudieran sobarlas a su gusto, totalmente desnudas, antes de dar el veredicto final.

Aquí las madres, también trataban de jugar su papel, intentando influenciar al Jurado, proponiéndoles que podrían llevarse a sus hijas a su casa para divertirse con ellas, incluidas ellas mismas también, si lo deseaban.

Con todas esas presiones, era difícil ofrecer un resultado justo, por lo que intentando ser objetivos, concedieron el 3ª premio a una de esas niñas mulatas, que debía ser de las más jovencitas en participar, pareciendo su pequeño cuerpo el de una auténtica muñequita, con unas formas que invitaban a cualquiera a disfrutar de ella sin descanso, en su precoz desarrollo.

En segundo lugar quedó una chica alta y rubia, con unas tetas espectaculares que casi se le salían del sujetador, y una pequeña barriguita que indicaba el poco tiempo de embarazo que llevaba, aunque lo que más llamó la atención fue cuando mostro su coño sonrosado abultado y abierto que destacaba en su blanca piel, pero lo que más morbo dio a todos, fue cuando dijeron que este era ya su segundo embarazo, después de tener una niña de apenas un año de edad.

Y para nuestra satisfacción, el 1º premio se lo llevó mi sobrina, lo que hizo saltar de alegría a su madre, que había preparado a su hija a conciencia, con unos altísimos tacones, un micro tanga transparente que no dejaba nada a la imaginación, llevando una ligera tela de seda transparente sobre sus pechos, libres de sujetador, por los que rebosaba libremente la leche que salía de sus pezones rodeados de las grandes aureolas oscuras de sus pechos bamboleantes al moverse sobre el escenario, siendo manoseada por múltiples manos, incapaces de contenerse cuando se acercaba al borde del escenario.

Al terminar el concurso, estábamos todos invitados a la fiesta para celebrar los premios, y allí pudimos hablar más relajadamente todas las madres y padres olvidando un poco nuestra competencia.

Allí se aprovechaba para que las familias charlaran con el Jurado y otros hombres de negocios, asistentes al desfile, interesados en contratar los servicios de las niñas que más habían destacado, siendo uno de los más conocidos, el Sr. Durán, que siempre buscaba lo mejor para las fiestas que organizaba en su mansión.

Enseguida la fiesta se fue animando, formándose pequeños grupitos, congeniando unas familias con otras, intercambiando confidencias y experiencias mientras nosotros fuimos a felicitar a la madre cuya hija había obtenido el segundo premio en la categoría de las pequeñas, preguntándole donde había conseguido el modelo de tanga que usó su hija y que tanto había llamado la atención:

—Pues lo compré en un viaje que hicimos a Brasil. Allí es bastante habitual en las playas más atrevidas, pero lo suelen llevar chicas más mayores. Lo tuve que adaptar al cuerpo de mi hija viendo que le quedaba precioso marcándosele toda la vagina, así que ya sabíamos que iba a gustar mucho.

—Sí que gustó. No había más que ver la cara de mi marido, que se quedó con la boca abierta, jajaja, y enseguida sentó a nuestra hija en sus piernas de lo excitado que estaba —nos dijo otra que escuchaba la conversación.

—Pues creo que también le gustó a ese que está sentado a su lado. No sé qué le está preguntando a mi hija, pero la mano la tiene bien puesta en sus muslos acariciándola toda.

—Ella parece contenta también con él. Déjala que lo celebre un poco el premio, jaja. Seguro que luego te la pide para llevársela a casa a pasar un buen rato.

—Sí, a ésta le gustan mucho las celebraciones. Cualquier excusa la vale para dejarse sobar por el primero que se pone a su lado.

—Eso como a todas, mira la mía, sentada ahí con el Sr. Durán, que ya tiene la mano metida por dentro del tanga y besándola.

—Ya veo como abre bien las piernas para dejarse.

Diciendo otra de las madres:

—Pues yo a la que no veo por aquí es a la mía. ¿Dónde estará?

—Alguno que se la habrá llevado ya para adentro o la tendrá en el baño ayudándola a mear, jaja.

—Si, jaja, ya me sé yo bien como son esas ayudas. Al final son ellas las que acaban bien “meadas” por dentro.

—¡Cómo lo sabes! Todas van pasando por eso.

—Bueno, mujer, son crías, déjalas disfrutar. A esta edad es cuando mejor se lo pasan. Luego ya a nuestra edad, los maridos no nos hacen caso como tengan a una así en casa.

—Eso es verdad. Y si no las tienen, se las buscan, como mi cuñado, que está más tiempo en mi casa que en la suya, jaja.

—Ya me imagino lo que hace tu cuñado en tu casa.

—Figúrate, tiene a mis tres hijas para elegir y muchas veces se lleva a alguna para su casa a dormir. Pero mi hermana lo lleva bien. Me dice que es cuando más animado está y así ella se aprovecha también.

—Claro, como tantas. Hasta nosotras, si no fuera por eso, nuestros maridos tendrían que estar a base de pastillas, y una nena de estas es la mejor pastilla para ellos.

—Y qué lo digas. Ahora después de este Concurso, ya lo tengo “empinado” al mío en casa para tres días, jaja.

Una de las hijas del grupo de madres con las que estábamos hablando, se acercó y dijo a su madre:

—Mamá. ¿Puedo irme con este señor? Me va a llevar a su casa para que juegue con su hija,  que es pequeña.

Diciendo él:

—No se preocupe, señora. Estará bien y mañana se la llevo a casa.

—Bueno, hija, pórtate bien y haz todo lo que te diga el señor.

—Vale, mamá, ya sé lo que tengo que hacer.

Se nos fue haciendo tarde y tuvimos que marcharnos, felicitándome el maestro de las niñas que había sido miembro del Jurado:

—Ya le dije que alguna tendría posibilidades. Sus hijas han quedado muy bien.

—Usted lo sabía y no me quiso decir nada.

—Bueno, no podemos decirlo, pero sus hijas también hacen sus méritos en el Colegio y sabía que iban a quedar bien.

—Pues muchas gracias. La pequeña todavía puede participar el año próximo en esta categoría de las pequeñas. Espero que gane.

—Seguro —Y se fue guiñándome un ojo.

Y así nos despedimos todas hasta el año próximo en el que habría otro nuevo Concurso.

 

Continúa en Fiesta de Colegio (Cont.»Miss Tanguita»)

Fiesta de Colegio (Cont. "Miss Tanguita")
Sor Carolina.

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