Incesto

El mejor sueño de mi vida "Final" (18)

0
Please log in or register to do it.

Ese juego de palabras me tenía confundido, no sabía en esos momentos como reaccionar, me había dicho que no quería que pasará nada, pero, si que me quedara para verla cambiarse de vestido. 

Me quedé parado a la entrada de la puerta esperando que se cambiara de vestido.

 
Sobre su cama había una falda de color rojo pálido y una blusa de color blanco, me fascinaba verla con esa ropa porque resaltaba su belleza, como su piel era un poco blanca y su cabello castaño claro, relucia maravillosamente.
 
Me dio la espalda y empezó a desabrocharse el vestido, que agilidad para hacerlo, pensé yo, desplazó su mano bajando la cremallera del vestido hasta su cintura, mientras con su otra mano sostenía su vestido a la altura de sus senos, luego, tan solo lo dejo caer, quedó al descubierto su espalda cubierta por su cabello que le llegaba hasta la mitad de su espalda, me dí cuenta que no tenía brasier, esperaba que se diera vuelta de una vez, pero no, tan solo dejó que su vestido cayera hasta sus pies dejando ver su hermoso trasero y sus pantys color blanco, sentí deseos de pedirle que se diera vuelta, pero no me atrevía, tan solo esperaba mirando su siguiente movimiento.
 
Hija: Espero sepas comportarte, me lo prometiste, no lo vayas a olvidar y espero me escuches.
 
Me repetía nuevamente que la escuchara, en ese momento pensé que era el mensaje para que yo me acercará a ella.
 
Padre: No te preocupes Cristina, entiendo perfectamente, voy a comportarme como todo un cabellero.
 
Me acerque apresuradamente y coloque mis manos en sus hombros, una fuerte energía recorrió todo mi cuerpo, pero no me atreví a decirle nada, no podía creer lo cerca que estaba de volver a ver su hermoso cuerpo desnudo.
 
Hija: Estás temblando papi, es la culpa que sientes por no haberme escuchado antes, ¿es eso?
 
Padre: No, es la sensación tan fuerte que sentí al tocar tu piel desnuda y ahora que sé lo que se siente, te voy a voltear muy despacio porque quiero ver tu rostro.
 
Hija: ¿Estás seguro de lo que dices, que quieres ver mi rostro? no te vayas a arrepentir después. 
 
Padre: Tienes razón hija, no solamente quiero ver la expresión de tu rostro, quiero ver los hermosos senos que tienes y si me lo permites, terminar de despojarte de tu ropa para ver de cerca tu hermoso tesorito rodeado de tus vellos.
 
Hija: Me haces dar risa pa, estas muy seguro que te voy a dejar verme desnuda y ¿aún crees que los vellos rodean mi tesorito como tu dices?
 
Padre: Si, estoy seguro de todo lo que te dije, pero voy a hacer algo mejor, no te voy a voltear ahora, mejor me arrodillo y te despojo de tus pantys, luego te volteo suavemente para ver de frente tu hermoso tesorito rodeado de tus vellos y poder contemplar toda su belleza y sentir su aroma embrujador.
 
Mientras le decía esas palabras, mis manos se posaron en sus caderas para despojarle de sus pantys blancos.
 
Hija: Pa por favor, que son esas cosas que dices y porque colocaste tus manos en mis caderas.
 
Padre: Cristina, esta vez sí te escuche y sé lo que estás sintiendo y quieres en estos momentos.
 
Termine de decir estas palabras y la despoje de sus pantys blancos, su lindo traserito quedó frente a mi rostro y sin pensarlo subí mis manos hasta su cintura y empecé a girarla suavemente, estaba temblando y la ansiedad se apoderaba de mí, mi corazón latía a mil, pero ella dejaba que poco a poco su hermoso tesoro quedará frente a mis ojos, quedé perplejo ante tanta belleza, por fin estaba frente a mis ojos totalmente desnuda, pero ahora mis manos estaban sobre su cuerpo y ella complaciendo mi fantasía.
 
Padre: Cristina que hermosa eres y el aroma de tu cuerpo me embriaga en lo más profundo de mi ser, realmente es maravilloso lo que me estas regalando.
 
Hija: Por favor pa, pareces un niño que nunca ha visto una mujer desnuda, tranquilízate, soy tu hija, acaso ya lo olvidaste, no se como te estoy permitiendo lo que haces.
 
Baje mis manos hasta su cola y la empuje hacia mi rostro, no se resistió, tu deliciosa vaginita rodeada de vellos quedo en mi boca, el aroma y calor que emanaba de ella, me enloquecieron, no aguante un segundo más y empecé a besarla como loco, mi lengua buscaba afanosamente su abertura para explorar toda su cueva, mientras mis manos la apretaban fuerte para tenerla firme, la locura llegó cuando por primera vez mi lengua sintió la humedad de su delicada vagina, estaba totalmente mojada, empecé a meterla suavemente sintiendo ese aroma embrujador que emanaba de sus profundidades y sus deliciosos jugos que empezaban a inundar mi boca.
 
Hija: Pa por favor que haces, soy tu hija, reacciona por favor, me dijiste que te ibas a comportar como todo un caballero, me desnudaste y ¿ahora quieres abusar de mi?
 
Sus palabras me sacaron de la inmersión en que me encontraba, pero solo fueron sus palabras, porque ella seguía inmovil ante mis caricias, sin embargo me levanté enseguida, contradecirla era lo que menos deseaba en ese momento.
 
Padre: Me estoy comportando como un caballero Cristina, como pretendes que no sienta nada ante tanta belleza y después de sentir tu tesorito, me deje llevar por este sentimiento que me embriaga y porque siento que me lo estas pidiendo, es lo que expresa tu cuerpo, pero ahora quiero que me respondas como mujer, ¿desperte ese deseo que tenías dormido dentro de tí ? y también quiero saber hasta donde me dejaras llegar.
 
Hija: Por favor deja eso de mi tesorito, suena muy infantil, no pensé que te atrevieras a tanto, pero por fin me escuchaste, tarde pero lo hiciste, si hubieras sido antes, puedes estar seguro que me hubiera gustado decirte que hasta donde tu quieras llegar las veces que quieras, pero ahora no me atrevo, tengo más conciencia y se que no está bien esto que está pasando ahora, pienso en mi madre, no es justo con ella, no lo merece y no quiero imaginar que después de estar conmigo, estarás con mi madre, pero te digo que eres un loco, sabes lo que haces y lo haces bien, en estos momentos estoy descontrolada y ya lo sabes, pero quiero que tu decidas, si quieres parar o quieres seguir, pero no se volverá a repetir este momento en nuestras vidas, así que tu decides pa.
 
Sus palabras llegaron a lo profundo de mi ser, pensar que si unos años antes hubiera hablado, pero era pasado, ahora me dejaba perplejo, yo decidìa que hacer y ella lo respetaría, era poder vivir el sueño de mi vida o dejarlo pasar por el bien de los dos.
 
Padre: Tus palabras Cristina, tus palabras, tienes un cuerpo hermoso, imposible resistirse ante tanta belleza, quiero probar y sentir cada parte de tu cuerpo, quiero escuchar tus quejidos cuando entre en tu cuerpo y llenar tu vagina con mi leche para que se confunda con tus juguitos y puedas experimentar el verdadero placer que se siente cuando se hace el amor con el hombre que se desea, solo por hoy seré tuyo y tú serás mía Cristina.
 
Hija: Realmente sabes cómo despertar deseo en una mujer, pero no olvides que no puedes venirte dentro de mí y que el tiempo corre, quiero que sea especial hoy, recuerda que es mi primera vez.
 
Ahora entendía porque me repetía que era una niña aun, me despoje de la ropa en segundos, los dos frente a frente desnudos y su cama a nuestro lado, era nuestro momento, me sentía con la energía suficiente para poder satisfacer esa joven mujer que me pedía a gritos placer.
 
Hija: Por Dios como estas, me asustas un poco, te ves maravilloso también, quiero que sepas que me alegra que hayas decidido no parar.
 
No termino de hablar cuando me abrazó, nuestros cuerpos por primera vez sentían la desnudez del otro, el calor de nuestros cuerpos demostraban el deseo que nos embriagaba, mi pene tocaba por vez primera su delicada vagina, ella abrió un poco sus piernas mientras nuestros labios se fundían en solo beso de pasión, nuestras lenguas chocaban en nuestras bocas, el deseo brotaba de nuestros cuerpos y el aroma de su cuerpo penetraba mi ser, finalmente nuestros cuerpos cayeron sobre la cama de mi hermosa Cristina.
 
Hija: No pares por favor, estoy sintiendo tanto deseo por ti, que quiero que entres ya, quiero sentirte dentro de mí ahora por favor.
 
Mientras ella soltaba esas palabras, mi boca estaba en sus senos, delicados y redondos, la suavidad de su piel hacían estremecer mi cuerpo, en ese momento sentí como una de sus manos agarraba mi pene y frotaba su cabeza, ya no soportaba tanta excitación en mi cuerpo, igual que ella, solo deseaba entrar en su cuerpo y fundirnos en uno solo, al menos por un momento.
 
Padre: Que manos mágicas tienes Cristina, que sensación tan maravillosa, pero ya no soporto más, quiero entrar en tu cuerpo y fundirme en él.
 
Hija: Pero tu tienes una boca que me enloquece arriba y abajo y la delicadeza en que tocas mi cuerpo me mata, me estoy arrepintiendo de lo que te dije, que sólo pasaría una vez.
 
Le abrí suavemente sus piernas y por un momento observe lo hermosa que se veía, me deslice sobre su cuerpo y me dejé caer sobre ella, nuestras bocas se fundieron un solo beso, mientras mi pene buscaba la entrada de su vagina, lo tome con mi mano y lo coloque justo en sus labios vaginales, maravilloso sentir el calor y la humedad que salìa de su vagina, empecé a empujar suavemente mi pene en su vagina, sentí su primer quejido y eso me excito aún más, nuestros cuerpos estaban cubiertos de sudor y la ansiedad se apoderaba de los dos, nuestra primera vez y también nuestra última noche.
 
Hija: No pares por favor papi, quiero sentirte todo dentro de mí, esta noche eres sólo para mí, no lo olvides, hazme sentir la mujer más amada del mundo esta noche papi.
 
Padre: Cristina eres maravillosa, estoy totalmente entregado a tí, disfruta esta maravillosa noche y guárdala por siempre en tu corazón.
 
Empuje mi pene fuerte dentro de su vagina, estaba estrecha y sentía sus paredes vaginales apretando mi pene y como el sonido de sus quejidos eran más frecuentes y fuertes.
 
Hija: Papi me enloqueces, no sabía que se pudiera sentir tanto placer haciendo el amor, quiero que no pares, siento todo tu pene dentro de mí, no lo saques por favor, quiero sentirlo más, hazme feliz, soy toda tuya, siiiiiii es ricoooooo lo que siento, no pares papi.
 
Mi pequeña Cristina tenía su orgasmo, yo estaba a punto de estallar, no podía aguantar un poco más, mi pene entraba y salía una y otra vez, sentir sus paredes vaginales apretando mi pene aumentaba mi excitación, hasta que estalle dentro de ella.
 
Padre: Cristinaaaaaaa me vengo dentro de tí, es maravilloso lo que haces sentir, come toda mi leche esta noche porque quiero metértelo hasta que salga la última gota.
 
Hija: Siiiiiii papi, te sentí, no pares por favor, no importa, sentí tu leche en mi vagina y ella quiere más, si metemelo toda la noche porque quiero seguir sintiendo esto tan maravilloso papi, te amooooooo te acabo de entregar mi virginidad.
 
Lo entraba con fuerza que sentía tocar su vientre, pero sus quejidos me enloquecían, no sabía si la lastimaba o no, pero la sensación de entrar y salir de su cuerpo me sumergía en un deseo que no sabía como explicar, lo único, los dos habíamos logrado el orgasmo en el mismo momento, los dos nos encontramos en ese mar de deseo que cubría nuestros cuerpos.
 
Hija: Papi que noche mas hermosa me hiciste pasar, eres un super amante, no pensé que fueras tan bueno en esto, me hiciste una mujer feliz esta noche quiero que lo sepas y no me da remordimiento, lo merecíamos los dos.
 
Padre: Te escucho y no lo creo, pero me hiciste feliz esta noche y de qué manera, me regalaste tu virginidad eso es aún mejor, quiero que sepas que eres fantástica en la cama, lástima que nuestra noche se termina ahora, me hubiera gustado que te lo comieras con tu boca y hacerte comer mi lechecita, pero no importa, porque al fin logramos cumplir nuestro deseo.
Quiero que te bañes bien y dejes salir mi leche de tu vagina, porque si te acompaño no salimos de ese baño y seguramente sube tu mamá y puede pillarnos.
 
Hija: Es triste que tengamos que terminar así porque me hubiera gustado complacerte probándolo con mi boca al menos un poquito porque se veía rico, jejeje, pero fue mi decisión y tienes razón, debemos apurarnos porque sube mamá y me puede ver con tu pene en mi boca, sería la muerte para ella.
 
Ella salió para su baño, mientras salí de su cuarto con mi ropa, me dirigí a mi cuarto para vestirme, solo que no me bañe, quería mantener impregnado su aroma en mi cuerpo toda la noche.
 
Al salir de mi cuarto ella estaba esperándome, una sonrisa dejó escapar de sus labios y con su voz delicada me dijo:
 
Hija: Te amo papi, gracias por haberme dado el mejor regalo de grado.
 
Padre: El mejor regalo fue el que tu me diste Cristina, tu virginidad.
 
Le sonreí y la tomé de la mano y nos dirigimos nuevamente al salón social, donde nos esperaba la familia y los invitados.
 
Fin…
 
Club de INtercambio Familiar IV
Roberta - III.

Nadie le ha dado "Me Gusta". ¡Sé el primero!