Incesto

El mejor sueño de mi vida "II" (18)

0
Please log in or register to do it.

Estaba totalmente acabado, eso pensaba cuando me dirigía a la mesa y después de escuchar lo último que me dijo, se notaba su enojo, aunque aparentaba estar bien, sabía disimular ese momento tan dramático, después de lo que le había confesado.

 
No alcanzamos a sentarnos en la mesa, cuando sonó la segunda canción para salir a bailar.
 
Hija: Papá, ahora es mi turno de sacarte a bailar, vamos.
 
Nos dirigimos a la pista de baile y de una me soltó la primera pregunta.
 
Hija: Papá, te voy a responder lo que me preguntaste, pero antes quiero que me respondas unas preguntas, pero piensa bien antes de hacerlo porque no quiero que te arrepientas y solo quiero la verdad, solo la verdad, y aprovecho para decirte que nuestro baile va a durar varios minutos porque es un mosaico. 
¿Acaso tú buscabas que entre nosotros hubiera algo, mejor dicho, ¿tu querías que yo fuera tu novia, era eso? y la segunda
¿Aun me deseas con la misma intensidad?
 
No sabía que responder, por unos segundos pensé que nunca debí decir nada, que ella le contaría a su Mamá y jamás me volvería a hablar, fueron los segundos más largos de mi vida hasta ese día.
 
Padre: Te voy a responder con la verdad como me lo pìdes, pero antes te pido perdón por todo esto que te dije. Si buscaba que pasará algo entre los dos porque te veía como una mujer, no como mi hija, además tu cuerpo quedó grabado en mi mente y te digo más, aún lo está, porque es difícil olvidar lo hermosa que te veías así.
Y también te sigo deseando, pero no con la misma intensidad, ahora es más fuerte, es la verdad, porque cada vez aproveche para alimentar ese deseo, sobre todo cuando podía abrazarte y te sentabas en mis piernas cuando yo estaba en pantaloneta y tu con tus faldas, podía sentir la suavidad de tu piel y la frescura de tu cuerpo, perdoname, pero no quiero decirte más.
 
Hija: Recuerda que me prometiste la verdad, si hay más dímelo ya y luego te respondo.
 
Padre: Es que no se como no te acuerdas de esos años, pero no puedo creer que no te acuerdes que fueron seis veces que te ví desnuda y tu me viste dos veces, sobre todo que la última vez pasó hace como un año y medio.
 
Hija: Papá, no puedo creer todo lo que me dices, no se como se te olvido que soy tu hija, que dices  amar con toda tu alma, me tienes triste, pero voy a responder tu pregunta.
Si recuerdo cada una de esas veces que paso, porque tampoco las he olvidado, no llevo las cuentas como tú, pero si recuerdo perfectamente lo que pasó.
 
No entendía nada, si se acordaba porque me hablaba como si no, estaba muy preocupado, estaba seguro que todo acabaría mal esa noche.
 
Padre: Si te acordabas de todo, porque haces que no, esperabas que yo te lo dijera y te pidiera perdón hija, por eso te lo estoy diciendo y te pido perdón mil veces, ¿Eso era lo que esperabas de mí?
 
Hija: Es que pensé que nunca me lo dirías, siempre me hice muchas preguntas, llegué a pensar que fue pura coincidencia y no a propósito, pero ahora me lo confirmas, después de la primera vez, si fue a propósito y también que siempre me has deseado como mujer y que desde ese día deje de ser tu hija, deseabas hacer no se que cosas conmigo y además, me deseas aún más que cuando era una niña, bueno aún sigo siendo una niña, porque lo soy Papá.
 
Padre: sí, lo sé hija, es muy grave todo lo que te dije, por eso te pido perdón una vez más y no quiero que me dejes de querer y te alejes de mí, aunque tienes todo el derecho.
 
Hija: Te veo muy angustiado, pero no te preocupes, no le contaré nada a mi Madre, no quiero que te vaya a odiar y a abandonar, queda entre los dos, pero antes si quiero decirte unas cosas, porque no quiero callarme, me gane el derecho a decirlas de una vez.
 
En ese momento me prepare para lo peor, estaba seguro que lo que me iba a decir me dejaría muy triste y dolido por lo que le había dicho a ella, pensaba que era mi castigo, su desprecio.
 
Hija: La primera vez que paso, no dije nada porque me dio pena, todo fue tan rápido y verte en la puerta mirando de esa forma, me atemorizó, nadie me había visto desnuda y como eras mi papá, pensé que no debía preocuparme, era una accidente y tu me lo confirmaste.
La segunda vez en el baño, tampoco le ví maldad, pero no estaba segura que todo fuera casualidad, empecé a sospechar, ese día me di cuenta la forma en que me mirabas, solo desde mis senos hacia abajo y poco a la cara, pero no vi maldad en como me mirabas, también es cierto, era solo una niña inocente.
Pero la vez de la toalla, ese día sospeche que no era un accidente, que lo hacias a proposito y cuando te la lleve y vi que la puerta estaba medio abierta, lo confirme, tu querías que yo te viera desnudo, lo que no entendía era porque querías que te viera así.
Antes de seguir, puedo hacerte otra pregunta, pero me respondes solo con la verdad, necesito saberlo.
 
Padre: Todas las preguntas que quieres te voy a responder y siempre con la verdad, con tal de ganarme tu perdón.
 
Hija: Cuando me veías desnuda, que era, o, qué es lo que más te gusta de mi.
 
Padre: Por favor hija, como me preguntas eso, si te respondo, será peor y tal vez no me perdones.
 
Hija: Quiero saberlo todo esta noche, recuerda que es tu último baile.
 
Padre: Me gusta de tí, cada parte de tu cuerpo, tu cuerpo de mujercita, con tus hermosos senos floreciendo, fuertes y redondos, los vellos que protegían tu hermoso tesoro, tu cola redondita, tu abdomen con pequeños vellos, tu cabello largo y frondoso y esos labios tan deliciosos y provocativos que deseaba tanto, perdóname hija por favor, pero me pediste la verdad.
 
Hija: Te escucho y no lo puedo creer, no parece que hablara mi Papá, escuchó a un hombre que se obsesionó por una niña, que no le importaba su edad, que solo deseaba satisfacer sus propias necesidades sin importar lo que ella estuviera pensando en ese momento y muchos menos preguntarle, hola Cristina cómo te sientes. Te comportaste como un egoísta, ahora que te escucho, no entiendo porque no pensaste en preguntarme que sentía o pensaba, era una niña en ese momento.
 
Padre: Lo se hija, me porte como el peor de los papas, pero te pido que me perdones por favor.
 
Estaba angustiado, habían pasado algunos minutos, pero para mí, eran una eternidad.
 
Hija: Te equivocas si pensaste en que no recordaba esos momentos, como los puedo olvidar, siempre me pregunte porque mi padre me haría esas cosas, aunque creí estar segura que no había nada de maldad, que era algo natural, que lo hacías por curiosidad nada más, siempre estuve equivocada, ahora te vuelvo a preguntar y quiero la verdad, ¿Alguna vez sentiste que ya no podías aguantar y deseaste decirmelo?
 
Padre: No había maldad hija, porque era un sentimiento limpio, como de un hombre que se enamora de una mujer, si eres mi hija, pero no había maldad. Si, no una, sino varias veces, la segunda vez que entre al baño y tu terminabas de bañarte, ese día quise decirte lo que sentía por ti y cuando te sentabas en mis piernas y no metías tu falda por debajo de tus pantys, entonces sentía tus muslos calienticos y la humedad de tu panty sobre mis piernas, perdoname por decirlo, pero me pediste la verdad. 
 
Hija: Te escucho y no lo puedo creer, tenías fantasias conmigo y yo sin saberlo, de verdad papá, no es justo, ¿porque nunca me preguntaste cómo me sentía en esos momentos?, era tu hija, entiendo que me veías como una mujer, pero además era tan solo una niña de 14 años.
 
En esos momentos terminó el disco, lo que indicaba que nuestro baile también, quedaba en un limbo esa noche, era mi castigo.
 
Hija: Deja que pasen dos discos más y luego me sacas a bailar porque quiero terminar esto hoy mismo papá.
 
Me dijo esas palabras y salió hacia la mesa. 
 
Sigue (III)….
El mejor sueño de mi vida "III" (18)
El mejor sueño de mi vida "I" (18)

Nadie le ha dado "Me Gusta". ¡Sé el primero!