Jóvenes

Lᴀ ᴘᴜɴᴋᴇʀɪᴛᴀ ᴀᴅɪᴄᴛᴀ

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Relato por Sebas Demente

𝕯e costumbre ya todas las noches salgo a fumarme un cigarrillo feliz en un parque cerca a mi casa, el cual es muy poco concurrido entre semana, y hay una zona donde muchos van a meter vicio así que rara vez las personas van allí.
Era un miércoles, casi las 11 de la noche y salí a fumar hacia ese lugar, me puse mis audífonos, me prendí el cigarrillo y a disfrutar de la noche.
Ya cuando iba como en medio cigarro veo que llega una chica, 1.65, cabello algo alocado negro con mechones verdes, carita linda ojitos claros, delgada, labios algo carnudos, y vestida muy punki, botas militares, pantalón rojo de esos de cuadros, una camiseta de alguna banda punk colombiana y algunas cadenas, la verdad lo que resaltaba mucho era esa carita.

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—Parce como vas —me ofreció el puño.
—Bien nena.
—Si parce pasaba por aquí y pues sentí el olor ¿de casualidad no tienes otro cigarrito?
—Sí nena, si tengo.
—Ush breve, ¿me lo podrías regalar?
—Uy paila nena, eso no se regala.
—Por favor es que no tengo plata y pues quiero fumar.
—Y a mí que me importa, 5 mil pesos y se lo doy.
—Parce, en serio, no tengo.
—Pues no hay cigarro entonces
—¡Por favor!
Al ver su cara de súplica y yo al ser un hijo de puta, solo quedaba una propuesta.
—Listo nenita te lo regalo, pero tienes que hacer algo.
—¿Qué? —se notaba su cara de incredulidad.
—Venga y me la chupa y de una le doy el cigarro.
—¿Qué putas le pasa? ¡Enfermo!
—Ahhhh entonces no hay cigarro.
—Pirobo hijueputa —se volteó y mientras caminaba me mostraba el dedo, pero de la nada se detuvo.
—¿Qué pasó, nenita?
—¿Solo chupada?
—Sí, solo chupada —ya por instinto me comencé a agarrar el bulto, ella se comenzó a acercar de nuevo.
—Malparido a ver —y se arrodillo frente a mí, yo seguía sentado, pero ya sentía como mi verga se iba parando.
—Dale que se nota que tienes unos labios para eso.
La punkerita no dejo nada, solo se dignó a bajarme el pantalón un poco, luego mi bóxer y comenzó a lamer la cabeza de mi verga mientras agarraba mi tallo con su mano.
—Pero bueno, nada mmmm tímida eres.
Ella me miró a los ojos, y comenzó a meterlo en su boca, estaba tan caliente y húmeda que me hizo erizar, yo volando por el cigarro y esa punkerita chupando estaba siendo el paraíso.
Yo la tomé del cabello, para verle mejor la cara mientras succionaba. Era increíble como mis 18cm se desaparecían en su boca, se notaba que quería mucho ese cigarrillo verde, lo estaba dando todo para ganarlo. Ya cada vez sentía como succionaba más y más, sacaba mi verga de su boca, lamia toda mi verga y seguía mamando, se notaba la práctica que tenía.
—Lo haces muy rico nenita —mientras calaba mi cigarrillo y botaba el humo —estoy a nada de correrme.
—Me avisas entonces.
—Cuál te voy a avisar si ¡te lo tienes que tragar!
—¿Qué ni de loca? —me masturbaba mientras me peleaba.
—Si, así se gana el cigarro así que te lo tragas o no va a haber nada.
Hizo un gesto como de pelear, pero no dijo nada, solo se dignó a escupirme en la verga, agacharse y seguir mamando como la perra que se notaba que era.
—Ufffffff piroba ¡que rico!
—Mmhhh mmmm glu nmmmmm ah
Se metía y se sacaba la verga de la boca, mi verga ya palpitaba tanto que no aguante más, la tome de la cabeza y me corrí en su boca, la leche se le alcanzo a salir un poco y callo en su camiseta.
—Uffffffffffff que buena mamada.
Ella solo trago, pero no puedo evitar sonreírme para luego hacer su cara de ruda, de punki, se puso de pie y ya esta vez se sentó en el banco.
—Bueno pues cumplí, pase el cigarro.
—Ush que buena boca tienes.
—Cállese y pasé que ya cumplí.
—Cálmate espera busco —al voltear y buscar mi maleta recordé que no salí con esta, y allí tenía mis cigarrillos, los había dejado en mi casa —jueputa no me lo creo.
—¿Qué?
—Los deje en mi apto.
—Pirobo ¡no me haga eso malparido!
—Marica ¡se me olvidó!
—¡Me lo hizo chupar para no entregar nada!
—¡Cállese, que le gustó! Acompáñeme y le paso esa mierda.
—Pura mierda usted no cumple.
—Sí cumplo, solo se me quedó, no tiene nada que perder, además ya se la tragó.
—Pirobo, lo voy a denunciar.
—¿Denunciar de que me la chupo por el cigarro?, venga más bien, mi apto está a dos cuadras no más y le doy lo que le debo, deje el show.
Hizo cara como de que quería decirme algo, pero decidió pararse, comenzó a caminar.
—Hágale pues, necesito lo mío.
—Está bien nenita —me paré y salimos del parque caminando.
No hablamos casi nada, la nena se notaba algo molesta pero no le di importancia, yo estaba feliz, fumado con la verga recién chupada y la leche en su boca y camiseta.
—¿Si notaste que se te regó algo? 
—¿De qué habla?
—Tu camiseta tiene mi leche ajjajajja —le señalé.
—No me crea tan jueputa, si no me da ese cigarro me voy a enojar.
—Todo bien ya llegamos.
Saludé al portero y ella también. Al menos tenia decencia. Subimos al ascensor, puse el piso 8 y llegamos a mi apto.
—Sigue chupona.
—Respeta.
—Sabes que te gusto.
—Cállate y pásame el cigarro.
—Vale vale, para que cambies esa carita jeje —me dirigí al sofá, saque una funda donde tenía todos mis cigarros, aunque eran pocos la verdad y le entregué uno.
—Toma, sin rencores ¿vale?
—Vale sin rencores —cuando dijo eso fue sacando un encendedor como para prenderlo.
—¿Qué haces?
—Los voy a fumar, no voy a salir sola a fumarlo y en mi casa están mis padres.
—Y a mí ¿qué? Aquí no se fuma —mentí de forma descarada.
—Parce me hizo tragarme su leche, aunque sea déjame fumar aquí.
—Piroba, está bien, pero saca el cenicero, está junto al televisor, y cierra la ventana, no quiero que el humo se vaya a donde los vecinos, me iré a cambiar ¡no se robe nada malparida!
—¿Qué me le voy a robar? ¡Pirobo!
—La leche ajajjaja. Ya regreso —y entré a mi habitación.
Me puse más cómodo me quite el jean y el bóxer el cual se manchó un poco por la sacada de leche de la punkerita, me puse una pantaloneta, y luego un buzo, me lave un poco la cara y hasta los dientes y salí de mi habitación. Ya notaba cómo estaba mi apto algo nublado. Ella apagó la luz y abrió las cortinas para que se viera la ciudad de noche, estaba en el sofá fumando, yo me acerqué a mi mochila y saque otro cigarro para acompañarla.

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—¿Tienes fuego?
—¿No que no fumabas aquí?
—Para no dejarte sola.
—Tan caballero…
—Siempre.
Ella sonrió.
—Y por cierto ¿cuál es tu nombre?
—Sebastián.
—Daniela, mucho gusto —extendió su mano y yo la saludé.
—Wow me la chupaste y ni el nombre nos sabíamos.
—Yo solo quería un cigarro.
—Pues ahora lo tienes.
—Jajaja eso sí, aún me sabe un poco la boca a tu semen jajaja.
—Ajjajajja pero ufff lo chupas tan bien.
—¿Tú crees?
—Total, aunque viendo esa boquita se me para de nuevo.
—Cállate.
—Te lo juro, toca —ella agarro de la pantaloneta.
—Ush todo caliente.
—¿Cómo no? Contigo aquí…
Ella se acercó y comenzó a besarme, con intensidad, yo le seguí el beso.
Nos besamos por un rato, pero no mucho, ya que nos pusimos a fumar, molestar un poco y terminar los cigarros.
—Oye vente, te manche la camiseta, ven la pongo en agua o quieres tener mi leche en tu camiseta ajjaja.
—Se me había olvidado —se sentó mejor para quitarse la camiseta, su bra rojo resaltaba aunque no había tantas tetas se le marcaban muy bien, un abdomen plano y una cinturita de infarto, se volvió a acomodar como si no pasara nada y siguió fumando. Yo tomé su camiseta, la metí en la lavadora y la prendí, exacto, con solo una prenda, volví a la sala, ya estaba flotando se le notaba en los ojos.
—Dejaste mi apto lleno de humo.
—Eso te pasa por no llevar los cigarros al parque.
—Pero tu feliz allá tragando mi verga.
—Mmmmm ¿me la dejas chupar otra vez?
—Ush ¿quieres?
—Acércate —me hizo con el dedo para que me acercara al sofá.
Ya de pie al lado del sofá ella gateo un poco, se arrodillo en el sofá, agarro mi pantaloneta y lo bajó de un tirón, mi verga por inercia golpeo su carita.
—Auch eso mmmm duele —agarro mi verga con una mano y comenzó a lamer mi verga.
—¿Te quedó gustando? mmm Dani…
—Mmmm es que me diste un buen cigarro de pura calidad.
—Pues ahora vendrá leche de calidad —la tome del pelo, ella chupaba.
Comenzó de nuevo a succionar, mi verga desaparecía en su boca, su lengua se movía mientras me consentía los huevos con su mano, sentía que me iba a volver a correr, no podía permitir eso, le saque la verga de su boca, le di dos cachetaditas con mi verga, la agarré del brazo, la levanté y la llevé a mi habitación.
—¿Que haces?
—Te voy a comer Dani —mientras la lanzaba en la cama y ella caía boca arriba.
Me abalancé sobre ella, la comencé a besar, los besos de lengua mientras mi pene estaba al 100, comencé a besarle el cuello, ella comenzó a soltar quejidos. Bajé hasta donde estaba su brasiér, se lo quite como pude y ahí estaban sus limoncitos rosaditos, comencé a chupar, darle mordiscos y hasta medio cachetearlos, su mirada de putita me daba placer. Luego comencé a besar su abdomen, plano, sexy y volví a subir solo para mirarle su cara de calentura, tanto así que mi mano empezó a bajar, a quitarle esa correa de taches que tenía, abrir el botón de pantalón y ver sus lindos cacheteros blanquitos, los cuales mis dedos ya estaban deslizando y metiéndose dentro de los cacheteros, su humedad era intensa.
—Ufff que mojadita estás.
—Mmmm ¡dios santo!
Comencé a penetrar con mis dedos, dos se movían dentro de ella, su carita de gozo me daba placer, luego tres, sus quejidos ya eran gemidos, no podía creer que la acabara de conocer y fumar con ella.
Bajé de nuevo, tenía que ver el paraíso con mis propios ojos, con un poco de prisa saqué su pantalón, y con una delicadeza mientras besaba su abdomen baje su cachetero, su humedad era rosadita y unos labios divinos, mi lengua comenzó a disfrutar.
—Ahhhhhhhhhhh dios santo uffffffff
Le metí de nuevo un dedo, mientras gozaba de su clítoris, su pelvis se movía, su mano agarraba mi cabeza, y sus gemidos aumentaban, pero comenzó a agitarse más y más, le palpitaba todo… su clímax llegó en ese momento con un gemido tan sexy que hizo palpitar mi verga.
—Jueeeemmmmmputa uffff dios
—¡Ufffff que rica Dani!
—Ahhhhh sebas ufff ¿dios!
Me puse de nuevo sobre ella, sus piernas temblaban un poco, mi verga palpitaba, la abrí de piernas y sin medir, se la enterré toda.
—¡Jueputaaaaaaaaaaaa!
—¡Cállate!
—Si papi…
No esperaba esa respuesta, me la puso más dura que en ningún momento de la noche, así que la empecé a penetrar, sin compasión mi verga salía entraba, mi mano estaba en su cuello mientras ella gemía, la verga estaba al 100.
—¡Que rica la tieneeeeeeeeeeeees!
—¡Entra genial mi verga!
—Mmmmmmmmm no pares mmmmmmmmmm…

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Seguimos así por unos 10 minutos o no sé, estaba muy fumado, aunque su boquita se llevó una escupida que ella trago sin hacer caras. Yo ahora me acosté, ella se puso arriba mientras me miraba, se ubicó y comenzó a ser la vaquerita punki, se movía con una sexualidad que me volvió loco.
—Mmmmmmmmmmm ¡Dios mío!
—Que rico lo haces.
—¡Vendré mas definitivamente!
—Cuando quieras perrita —solté otra cachetada, ella sonrió.
Me re incorporé casi sentado en mi cama, mi boca quedó a la altura de sus tetas, las cuales comencé a chupar mientras la comencé a penetrar de nuevo como un enfermo, escucharla gemir me daba ganas de darle con ganas
—Hijo de perra ¡que rico!
—Estás muy calientita.
—Ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
Mojo mi verga, mientras se retorcía de nuevo y gemía como putita. Se bajó de la cama, yo de pie, ella empezó a chuparla como si su vida dependiera de eso, su carita sudadita y sus tetas al aire me daba la vida… no aguante más, saque mi verga y me corrí en su cara.
—¡Uffffff dios!
—¿Porque en mi caraaaaaaaa?
—Quería ver cómo te quedaba mi leche en tu cara…
—Idiota.
Se levantó y entro al baño, me imagino a limpiarse, pero en ese momento y por lo fumado que estaba solo tuve tiempo en ponerme un bóxer que encontrar y quedarme dormido en mi cama. Al despertar la mañana siguiente y al recordar que literal había metido a una total desconocida a mi casa me levante algo alterado, ella no estaba en la cama, aunque se notaba que se había acostado en ella porque su lado estaba algo destendido. Al levantarme me percaté del pantalón y el bra de ella, así que no se habría ido.
Salí de la habitación y de nuevo el humo se notaba en mi sala, me iba a enojar, ella fumaba de nuevo en mi sofá, pero verla en ese cachetero blanco, que le hacía ver súper sexy su colita y una de mis camisas me relajó.
—Buenos días dormilón.
—Hola Dani.
—Que ¿se le olvido los pantalones?
Me percaté, Salí en bóxer, se me olvidó.
—Como si no me hubiera visto anoche así.
—Ajjaja y aquí no se desayuna.
—Pero si ya está fumando, ¿pudiste preparar algo?
—No es mi casa.
—Pero ya tomaste confianza.
Me dirigí a la cocina, para preparar un par de café o algo, tenía que despertarme.
Al buscar el café, la cafetera y todo lo que necesitaba, vi como Dani estaba en la puerta de la cocina, mi camiseta le cubría esos cacheteros de infarto, ella fumaba, se veía muy sexy.
—¿Quien te dio permiso de coger otro cigarro?
—Solo quería uno.
—Pues sabes que lo tienes que pagar, ¿verdad?
—Ya te lo pagué anoche, te corriste en mi cara idiota.
—No señorita, para pagar tienes que tragar así que, me lo debes —ya sentía como mi bulto aumentaba
Ya esta vez ella no se enojó como en el parque, ya esta vez sonrió, esa sonrisa de adicta, que sabe que tragando tiene sus cigarros gratis.
Prepare el café, ella estaba en la sala, llevé dos tazas, la deje en una mesita en la sala y le acerque la taza de café a ella, ella estaba de pie, viendo mis discos de música y la muy desgraciada se había subido un poco mi camiseta, lo cual dejaba asomar su linda colita, yo decidí irme al sofá y tomar mi café, esa vista era espectacular.
—Gracias —sorbió la taza—. Buena música, aunque falta un poco de variedad.
—¿Cómo qué? ¿La música que escuchas?
—Sí, totalmente.
—No bebe, a mi si me gusta la música de gente que se baña.
—Tan imbécil.
—¿Cómo dormiste?
—Genial, aunque no me esperaste.
—Yo me corrí en tu cara y quedé agotado jajajja.
—Eso noté.
Seguimos hablando y tomando nuestro café, ella muy coqueta de vez en cuando se subía mi camiseta. Creo que mi bóxer ya se notaba demasiado la excitación, acabo su café y se fue a la cocina, yo esperé un poco y la seguí, ella lavaba la taza que acababa de utilizar. Al pegarse tanto para lavar la taza, ella se inclinaba un poco hacia el frente, y ese culo espectacular salía genial a la luz, un culito firme y pareciera que trabajado. Me llamaba y yo no iba a ser imbécil. Me acerqué sin hacer ruido y ya estando casi encima de ella me pegue muy bien, mi paquete se pegó a ese culito, mis manos fueron directamente a su cuello y otro a sus tetas mientras las manoseaba.
—Que rica te ves.
—¿Que haceeeeeeeeeees?
—Tengo que cobrarme mi cigarro.
—Mmmm… aprovechado.
—Así te encanta ¿verdad perrita? Jejej.
Mientras decía todo eso mi mano que estaba en sus tetas bajo rápidamente a ese cachetero y por encima comencé con mis dedos a jugar con su calor.
—Te mojas tan fácil.
—Mmmm no lo puedo evitar.
Hice que chupara mis dedos con los cuales la había consentido, mientras lo hacia ella hizo la mirada más sexy que le había visto y sin decir nada metí mi mano entre sus cacheteros y comencé a masturbarla.
Ella comenzó a gemir y hasta a maldecir mientras mis dedos la penetraban y le besaba el cuello, su culito masajeaba por encima mi paquete que ya estaba en su máximo esplendor. De la nada la solté, me arrodillé, le di un par de nalgadas mientras le bajaba ese cachetero, su culito estaba justo en mi cara, el hambre me invadió, comencé a besar primero las nalgas, y sus buenas nalgadas comenzó a recibir de nuevo y mi lengua comenzó a jugar.
Primero comencé con su humedad, ella gemía, pero mi nariz casi estaba en su ano, jugué un poco con su clítoris y ella ya temblaba, pero el banquete lo tenía que probar, rodee su ano con mi lengua un buen rato, ella se retorcía y al ver como se dilataba de a poco la penetré con mi lengua. Su sabor era delicioso, chupar un culo así es el paraíso.
—DAMEEEEEEEEEEEE —Me comenzó a gritar.
—Mmmmmmmmm ahhh ¿Qué?
—¡Quiero tu verga!
Al escuchar eso y verle la cara de placer, tocaba complacer, me puse de pie, me puse detrás de ella, ella muy bien recargada en el mesón y mi verga entrando lentamente en ese culo.
—Que apretadito.
—Mmmmmmmmmmm HPTAAAAAA MMMMMMMM.
Le tapé la boca con mi mano y se la metí con fuerza. Ella gimió hasta me maldijo y todo, pero sus quejidos me la ponían más dura, la tome por el pelo, por la cadera y le daba cada vez más duro, ella gemía y se quejaba, pero no pedía que se la sacara.
—Mmmmmmmmmm papiiiiiiiii
—Me lo aprietas muy rico.
—Ahhhhhhhhhhhh —chorreó mi cocina, se vino de una manera que expulso mi verga de su culo.
Ella se notaba feliz. La alcé para llevarla al sofá de mi sala, me senté y me acomodé, ella se sentó encima mío, pero esta vez se la metí en su humedad.
—Wooooooooow mmmmm.
—Cabalga que ¡se nota que te gusta!
Ella apoyó sus manos en la pared y comenzó solo a mover la cadera, su pelvis era mortal, ahora sus gemidos se sincronizaban con los míos, ella me miraba a los ojos, su cara lo decía todo.
—¡Meeeeeee ahhhhh voy a correr Dani!
—¡Yo también!
—HPTAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA…
Ella me mojaba mientras le dejaba mi leche por dentro, nos empezamos a besar, el clímax fue el final más épico que no tenía en mucho tiempo. Ella se sentó un rato a mi lado, los dos totalmente agotados y sonó su teléfono. Ella se levantó, fue al baño y luego salió vestida, seguía con mi camiseta, pero ahora con su pantalón rojo y sus botas.
—¿Y si mejor te pones tu camiseta?
—Debe estar mojada. Vengo luego, me voy.
—Bueno adiós, pero oye me debes aún la pagada del cigarro.
—Imbécil.
Y cerró la puerta…

Agarraré mi celular. Ella me siguió por Instagram. 

Fin

Estilo corregido por Stregoika. 

 

La colegiala solitaria 

Secuestro Alien XXX 4
Me volví incestuoso con mi hermana y ahora hacemos contenido

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