Fantasías Eróticas

Mi pequeña Campesinita "final"(17)

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Cuando sus manos lo agarraron, por todo mi cuerpo corrió una corriente de deseo y al sentir su lengua acariciándolo, quería explotar en su boca, pero le había prometido que no lo haría, todo era mágico, pero mientras lo hacía me miraba a los ojos, como desafiandome tal vez, ella veía los gestos que hacía cuando lo lamía con su boca, pero cuando se atrevío a meterlo todo en su boca, di un tremendo gemido, que la asustó.

 
Daniela: Que paso, por que hizo así, ¿lo hice muy duro y le dolió?
 
Yo: Para nada, nunca había sentido esta sensación tan hermosa, lo haces de una manera mágica, como si te gustará, por favor no pares ni hables y sigue así, hasta que el te de toda su lechecita, sigue así por favor.
 
Daniela: Ya le dije que no quiero probar esa cosa con mi boca, no quiero, me lo prometió. Por qué está todo mojado así su pene.
 
Yo: Disculpame, es tan fuerte y maravillosa la sensación que estoy sintiendo que todo lo que te digo me sale del corazón, haces que me enamore de tí y está así de mojado como debes tener ahora tu vagina, porque se prepara para entrar en ella.
 
En ese instante experimente nuevamente lo que había vivido con mis pequeñas, solo que en Daniela había algo diferente, no era mi hija y pareciera que no era la primera vez que lo hacía, me había sorprendido. Sentir y ver como mi pene entraba y salía una y otra vez de su boca, estremecía mi cuerpo y ella lo sabía, porque me había dicho varias veces que no temblara, todo fue explosivo, por eso en un momento debí decirle que parara.
 
Yo: Daniela para por favor, ya no aguanto más, me hiciste ver las estrellas y no quiero venirme en tu boca.
 
Daniela: Y qué es eso de venirme en tu boca, no entiendo.
 
Yo: Eso quiere decir que no quiero que mi lechecita salga en tu boca, te lo prometí, ahora, si quieres probarla, sería un regalo maravilloso poder venirme ahora en tu boca.
 
Daniela: Es que no se, no me gusto cuando la probé y no me dijo que mejor se la daba a mi vagina, además cuantas veces le sale su leche.
 
Yo: Que preguntas mi niña, si quieres prueba de una vez, te gustara, así como te gusto llevar mi pene a tu boca, porque te gusto, ¿verdad?  y no te preocupes, te va a salir lechecita tantas veces tu lo devores con tu boca o tu vaginita.
 
Daniela: No se si me gusto, no sabe a nada, pero se siente raro y está bien que salga su leche en mi boca, pero solo esta vez y no me vuelva a engañar más, porque siempre es lo mismo.
 
Yo: Por favor deja de hablar y sigue comiéndote mi pene.
 
Sus manos tomaron mi pene y lo llevó a su boca nuevamente, al momento de sentir sus labios rozar mi pene, un fuerte chorro de semen salió en su boca y una pequeña exclamación que se escuchó por toda la habitación, era el mejor sexo oral que había recibido hasta ahora.
 
Al recibir mi semen ella lo escupió inmediatamente.
 
Daniela: Se lo dije, es muy feo, no me gustó como sabe su leche es horrible.
 
La tomé por la cintura con mis manos y la acosté sobre la cama, ahí estaba, totalmente desnuda y dispuesta para mí, como si ya no le importara lo que iba a pasar, era como diciéndome, que esperas, hazlo ya, te deseo, pero estaba abrumado viendo lo hermosa que se veía acostada en la cama.
 
Yo: Daniela te ves maravillosa, gracias por permitirme vivir esta experiencia, estoy seguro que después de todo esto que estamos viviendo, te llevaré en mi corazón por siempre.
Solo dejate llevar y si en algún momento no quieres que continúe, por favor me lo dices y yo paro, vamos hacerlo rápido antes que mi pene se duerma y tengas que levantarlo.
 
Daniela: Yo sí quiero hacerlo, pero no entendí lo que me dice que su pene se duerme y tengo que levantarlo.
 
Yo: Como le sacaste su leche con tu boca, él se cansa y se duerme, por eso lo vamos hacer ya, porque aún está despierto y listo para entrar en tu rica vaginita.
 
No espere una respuesta así, pero era el momento nuestro, ella estaba dispuesta a entregarme su virginidad.
 
Me senté al borde la cama, quería que ella se sentará sobre mí, por eso le dije que hacer.
 
Yo: Quiero que te sientes sobre mis piernas de frente, primero te paras sobre mis piernas colocando tus pies a cada lado, pegando tu cuerpo contra mi cara, despacio te acurrucas un poquito colocando tus manos en mi cuello para que te sostengas, te voy a sostener con mis manos por tu colita, dejas que tus pies se vayan deslizando hacia adelante como si te fueras a sentarte sobre mi pene, si lo hacemos así, no vas a sentir tanto dolor y mi pene entrará todo en tu vagina para que sientas tanto placer que me vas a pedir que lo haga otra vez, hazlo antes que se duerma.
 
Daniela: Luego usted no se acuesta sobre mí, así no es que hacen los grandes.
 
Yo: Daniela no me digas que ya lo hiciste con alguien y no me querías decir, ¿es eso?
 
Daniela: Nooooo, es que yo vi una vez a mis papas y no se dieron cuenta.
 
Yo: Ahora entiendo, pero es mejor así como te digo, soy muy grande y si me acuesto sobre tí, te voy a ahogar, por eso es mejor como te digo.
 
Empezó a sentarse mientras la sostenía por la cola con mis manos, sentir su respiración tan cerca, aceleraba todo dentro de mí, tomé mi pene y lo coloque en su vaginita, dejó de inclinarse en ese momento y se quedó quieta, tal vez se asustó un poco pensé.
 
Yo: Daniela vas hacer que te sientas sobre mi pene, veo que ya lo sentiste con tu vagina y por eso te detuviste, pero tranquila sigue así, que él va a entrar suave y vas a sentir placer mi niña, no te detengas, tú sigues hasta que entre todo dentro de tu vagina, como cuando te lo devoraste con tu boca y cuando sientas que está todo adentro vas a empezar a levantarte y sentarte sobre mi pene, hazlo despacio para que tu vagina lo saboree como lo hizo tu boca y así experimentarás más placer Daniela.
 
Daniela: Ahora sí tengo miedo y no se porque, es que sentí algo raro en mi cuerpo cuando toco mi vagina.
 
Yo: Eso quiere decir que tu vaginita quiere devorar todo mi pene, no pares, sigue así, deja que te entre todo y haz lo que te digo para que sientas placer y puedas disfrutarlo plenamente.
 
La cabeza de mi pene empezó a entrar en su vaginita, estaba totalmente mojada, igual que mi pene, aun con rastros de mi lechecita y su saliva, sentí como entraba en su pequeña vagina, ella solo soltaba unos pequeños quejidos, se sujetaba fuerte con sus manos de mi cuello, en ese momento le dije que la iba a soltar para que mi pene entrara hasta el fondo de su vagina.
 
Mis manos se fueron directo a sus senos y empecé a acariciarlos suavemente, eran tan pequeños que cabían en mi mano, me enloquecía sentir la suavidad de su piel mientras mi pene penetraba su vaginita, la abrace y empecé a empujar mi pene para penetrarla totalmente, entraba bien apretadito, las paredes de su vaginita lo aprisionaban, sentía como sus pequeños senos eran apretados por mi pecho y sus quejidos eran cada vez más fuertes, ella estaba gozando de su primera vez, no me decia que sentia dolor alguno.
 
Daniela: Señor, su pene es muy grande para mi que soy tan niña, siento cosas raras en mi cuerpo y me duele mucho, pero me gusta lo que siento señor.
 
Yo: Sigue así Daniela, eres toda una mujer, me tienes loco, no pares que ya te voy a llenar de lechecita tu vaginita como querías, lo que sientes es puro placer y cuando lo hagamos la segunda vez, sentiras mas placer, sigue así, sigue devorando mi pene con tu vaginita hasta que le saques la lechecita, hazlo más rápido ahora, ya no te dolerá tanto, cómetelo todo que es tuyo.
 
Yo: Ohoooooo Daniela eres toda una hermosa mujer, me hiciste venir, pero no pares sigues así, hasta que te canses.
 
Estaba emocionada, subía y bajaba una y otra vez, su vagina estaba llena de sus flujos vaginales y mi leche, se escuchaba cuando entraba y salía mi pene de su vaginita y ella emitiendo pequeños gemidos de placer, estaba encantada devorando mi pene, una fantasía total, pero aún entraba apretado en su vaginita, una delicia sentirlo todo dentro de ella.
 
Yo: Daniela que forma de hacer el amor, eres toda una mujer, gracias por darme este maravilloso regalo, la virginidad total de tu cuerpo de niña. Todo me encanto la mamada que me diste y la forma de hacer el amor.
 
Daniela: Usted me dijo como hacerlo, yo no sabía, me gusto mucho  ¿Si es verdad que la segunda vez voy a sentir más placer como usted dice señor?
 
Yo: Si Daniela, vas a sentir más placer que hoy, porque ya sabes que hacer, no tengo que decirte que hacer, ya te puedes bajar, pero antes de vestirte tienes que dejar que salga la lechecita de tu vaginita y limpiarla. Me alegra saber que te haya gustado y digas que vamos hacerlo otra vez, porque yo quiero hacerlo todos los días.
 
Le dí un fuerte abrazo antes que se bajara y le dije al oído que era una buena amante y nunca la dejaría.
 
Daniela: No me diga mentiras, usted se va a ir para su casa después y yo me quedo, digame porque quiere hacerlo todos los días  ¿luego se puede? 
 
Me soltaba esa frase mientras se bajaba y se empezaba a colocar su ropa.
 
Yo: Si yo me voy a ir, pero de ahora en adelante vendré más seguido y de pronto le podemos decir a tu mamá que te deje ir de vacaciones a nuestra casa y quiero hacerlo todos los días porque me encanto como lo haces, no había sentido todas las cosas bonitas que sentí hoy, además quien no quiere estar con una niña hermosa como tu y lo más importante, soy el primer hombre en tu vida, me regalaste toda tu inocencia.
 
Estábamos hablando, cuando se escuchó la voz de la mamá que la llamaba.
 
Yo: Por favor termina de vestirte antes que tu mamá sospeche, te limpias bien ahora en el baño, por favor no te olvides de hacerlo porque si no, tu mamá se da cuenta.
 
Termino de vestirse y salió de mi habitación, espere a que saliera y salí después, aún estaba envuelto en ese bello momento, cuando ví a su mamá, disimule saludandola, pero me despertó de una cuando me dijo:
 
Mamá: No se porque espere a que terminaran, para llamar a mi hija, no lo olvide.
 
Diciendo esto se dio media vuelta y se alejó.
 
Ella se había dado cuenta de todo y no entendía porque tan solo me dijo eso.
 
 
Fin..?.
El inquilino y mi vecino.
Mi pequeña Campesinita "VI"(17)

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