Fantasías Eróticas

Mi pequeña Campesinita "VI"(17)

0
Please log in or register to do it.
La tomé con mi mano por detrás de su cabeza y la acerque hacia mí, sentir su pequeño cuerpo en mis brazos despertaba una sensación fenomenal, todo el calor que emanaba de su cuerpo y su aroma de niña, encendía mi placer, empecé a besar suavemente su boca entrando mi lengua, ella respondió abriendo la suya, con mi otra mano abrí un poco sus piernas y empecé a acariciar su vagina, estaba totalmente mojada, no podía creerlo, estaba excitada, todo sería mejor, me gustaba la sensación que me producían sus vellos al rozarlos, era mía, ella se estaba entregándose a mi fantasía.
 
Mis dedos empezaron a entrar suavemente en su vagina acariciándola mientras nuestras bocas se fundían en solo beso, no la soltaba, mi pene pegaba sobre su pubis y encendia mi pasión por ella, deje de besar su boca y empecé a besar sus pequeños senos mientras ella miraba como lo  hacía, era fantástico, mi Daniela me seguía, estaba dispuesta a entregarme su inocencia de niña, bese sus pequeños senos y vi como su rostro se estremecía por el deseo que le producían mis caricias, luego baje hasta su hermoso tesoro y coloque mi lengua en su puvis y empece a bajarla hasta llegar a su hermosa vaginita, sus vellos me hacian pequeñas cosquillas, era una locura ese momento, mi lengua entró en su vagina por primera vez y ella inmediatamente soltó un pequeño quejido, pero la tome por su cola y apreté contra mi boca, no la solte, quería que sintiera como mi lengua se deslizaba por en medio de su vaginita, mientras saboreaba los juguitos y el aroma que de ella emanaban, una fantasía total, me olvide del mundo exterior, solo pensaba en arrebatarle su virginidad, en ese momento recorde la primera vez que probe la vaginita mi hija, era como si me devolviera en el tiempo.
Daniela: Hágame más pasito porque me está doliendo.
Fue lo único que dijo en ese momento, ella estaba encantada, por fin estaba decidida, íbamos hacer el amor.
Yo: Recuerdas que me dijiste que no entendías que era devorarte mi pene con tu boca, es lo que estoy haciendo con tu vagina, me la devoro con mi boca y mi lengua, quiero saber si te gusto lo que estás sintiendo, ¿te atreverías hacerlo con mi pene antes de que lo pruebe tu rica vaginita?
Daniela: Pero su pene es muy grande y se ve muy feo y mi boca es muy pequeña.
Probaría también mi pene, no me había dicho que no.
Yo: No te preocupes, como lo quieres hacer te voy a enseñar a devorarlo con tu pequeña boca.

Eso aumentó mi deseo, quería sentir mi pene en su boca y luego probaría su rica vaginita.

Mi lengua recorría su vagina de arriba hacia abajo, ella seguía de pie, no quería que se acostara, sus manos las había colocado en mi cabeza, tal vez en señal de aceptación, escuchar sus pequeños gemidos me consumía en mi loco deseo, pensaba que estaba lista para que me recibiera, sentía su vaginita llena de ricos juguitos que ayudarían que mi pene entrara sin lastimarla, decidí que debía sentarse y probar mi pene.
 
Yo: Daniela, quiero que te sientes en la cama porque voy a enseñarte a que te devores mi pene, quiero que lo disfrutes y pienses que es un helado o un plátano de la finca que te estás comiendo y no te vayas a asustar.
 
Daniela: Tengo mucho miedo, usted me hace sentir cosas raras y me da miedo, quiero que me entienda.
 
Yo: Que bueno escucharte decir eso, quiere decir que estas sintiendo deseo por mi y es normal que te de miedo, te entiendo. Yo también tengo miedo porque tu me tienes totalmente loco, solo quiero estar siempre contigo como estamos ahora, quiero hacerte mía Daniela, quiero hacerte el amor y hacerte sentir como una verdadera mujer. Voy a enseñarte a comerte mi pene con tu rica boca y luego quiero que te lo devores con tu vaginita y que ella pruebe toda su lechecita como hace un rato.
 
Daniela: Señor, yo no quiero probarlo con mi boca, es que su pene es grande y feo, no quiero hacer eso, mejor otro día lo hago.
 
Yo: Dime de qué tienes miedo, quiero saberlo, no dices casi nada, dime si te gusta como acaricio tus senos, tu vagina y mis besos, yo necesito saber porque no quieres hacerlo hoy y si otro día, ¿pero entonces, quieres que hagamos solo el amor hoy?
 
Daniela: Es que no se a que sabe su pene y no es como un plátano o un helado, no quiero que me salga en la boca esa cosa que le salió cuando yo lo cogí cuando tenía la ruana, sabe a feo. Es que estoy confundida por todo lo que me dice y lo que siento, si me gusto un poquito las caricias, pero no que me bese en la boca   ¿si quiere hacerme el amor, no le da miedo que lo sepa su mujer? y además soy muy niña.
 
Yo: Mi inocente niña, no sabía que habías probado mi lechecita hace rato, pero sabe diferente cuando sale directo a tu boca de mi pene, lo vas a ver y no te digo mentiras, pero si quieres no dejo que te salga mi lechecita en tu boca.
 
Me alegra que te gusten mis caricias, te las hago con mucho amor y no te preocupes que no te volveré a besar en la boca. Si quiero hacerte el amor ahora mismo, se que eres una niña pero cuando probé tu vagina con mi boca me di cuenta que ya estas preparada para que mi pene entre dentro de tí y no eres pequeña, ya eres una mujercita y lo sabes, creo que tienes miedo y pena, pero no te preocupes es algo normal la primera vez, después se te pasará y te darás cuenta que valió la pena y vas a pedirme que lo volvamos a hacer, qué dices Daniela y no me interesa que mi mujer se entere, ¿acaso tu le vas a contar?
 
Daniela: Si tengo miedo y me da pena, yo no le voy a contar nada a su mujer, entonces me voy a sentar en la cama y voy hacer lo que me dice pero solo un poquito.
 
Yo: Pero luego que te comas un poquito mi pene con tu boca, te lo comes con tu vagina y a ella si le damos a probar la lechecita que el bota, empecemos ya.
 
Daniela: si ve lo que dice, mi vagina no tiene boca para comerse su pene, no me diga mentiras.
 
Yo: Por favor Daniela, es una forma de decir, cuando digo que te lo comas con tu vagina, es porque mi pene va a entrar en tu vagina, es eso.
 
Daniela: no sabía eso.
 
Habíamos pasado más de media hora en mi cuarto y la mamá no la había llamado, pero sabía que en cualquier momento podía pasar y los demás iban a llegar en menos de dos horas.
Se sentó en la cama, ese gesto me motivó más, por fin mi sueño se hacía realidad.
 
Yo: Quiero que tomes mi pene con tus dos manos y lo empieces a lamer como cuando te comes el helado y con las manos lo masajeas hacia adentro y hacia afuera (le señalé cómo hacerlo), luego lo saboreas con tu lengua y después te lo comes como cuando te comes un plátano, dejas que entre todo en tu boca hasta donde aguantes y no lo vayas a morder duro.
 
Sigue «Final»
 
Mi pequeña Campesinita "final"(17)
Mi pequeña Campesinita "V"(17)

Nadie le ha dado "Me Gusta". ¡Sé el primero!