Incesto Lesbianas

mi vida de lesbiana con mamá (3)

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Cuando nos corrimos nuevamente, mi madre se acercó a mi cara, la tomo con sus manos y me comió la boca, yo estaba en el paraíso, solo atinaba a devolver el beso. Abrace a mi madre y ella me empezó a hacer cariño en el pelo, hasta que caí dormida.

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Había pasado una semana desde que empecé mi relación incestuosa con mi madre, estábamos almorzando cuando ella me dice si quería ir al cine.  La idea me pareció estupenda ya que no tenía nada que hacer, así que terminamos de comer, limpiamos los platos y me fui a dar una ducha, estaba en eso cuando una idea morbosa me paso por la mente, quería tener sexo con mi madre a pesar de que lo habíamos hecho en la mañana, pero más que nada quería probar cosas que había visto en internet.

Así que una vez me vestí y espere a mi madre que estuviera lista, la bese antes de salir y ya en el auto le mencione mi plan.

-oye mamá, sabes estaba pensando, siempre nos hacemos sexo oral y nos tocamos o cosas así, pero me gustaría probar más cosas contigo

-ya y ¿qué te gustaría probar por ejemplo?

-la verdad, estaba pensando, tu usaste un strap-on cuando te di mi virginidad ¿recuerdas?

-si claro, quieres que lo use, lo capto

-no solo eso

-ok, dime lo que quieres probar amor (cuando me llama amor en torno a relación hace que me vuelva loca de deseo)

– veras estuve viendo en internet videos de lesbianas y ellas en esos videos usaban varios juguetes

-entiendo, yo los compro, mmm que tal si los compro hoy después del cine, total el sex-shop que fui abre hasta tarde, así podríamos ir las dos y vemos que te gusta

-no sé, me da vergüenza, con suerte me pongo vestidos y quieres que vaya a comprar juguetes contigo

– exacto, no puedo comprar juguetes a mi gusto si no sé qué tienes en mente, además puede que haya alguno que te llame la atención y quieras probar conmigo

 

Cuando me dijo eso caí en la cuenta que siempre me veía a mí como la sumisa, la que recibía, pero nunca se me pasó por la mente ser yo la del rol dominante. No dije nada y seguí en silencio pensando que podría hacerle al cuerpo de mi mamá, ella adivino lo que pasaba por mi cabeza y empezó un monologo como para ayudarme.

          Cuando salía con tu padre, me gustaba que me penetrara en posición de perrito, jugara con mis tetas o que apretara mi clítoris mientras lo montaba de espalda, y él siempre tuvo fijación por el anal, pero nunca me llamo la atención, cuando descubrí que me fue infiel y que tenía un amante que lo complacía en todo, me prometí que nunca me metería con un hombre, pero que si alguna vez volvía a tener relaciones con alguien y esta persona me pidiera tener sexo anal no diría que no, digo, decir que no a algo que no has probado te limita, además cuando compre el strap-on esperando que algún día pudiera usarlo contigo vi una gran variedad de juguetes y demás cosas, además explorar cosas sexuales con la persona que amas es lo mejor del mundo.

 

Con ese monologo que me soltó supe varias cosas, uno mi madre estaba dispuesta a cumplir lo que yo quería, dos por lo menos iba a probar algo nuevo antes de decir que no automáticamente como respuesta y tres y lo más importante MI MADRE ERA VIRGEN ANALMENTE. Con eso en mente y con las tantas veces que le he comido el culo durante la semana, mi deseo fue mayor, hasta el punto de querer decirle que no fuéramos al cine, detuviera el auto y lo hiciéramos ahí mismo.

A pesar de todo, esta semana no solo mi madre me estaba enseñando a invertir, sino que a controlar mis deseos ya que constantemente me toreaba durante el día, y ya en la noche teníamos sexo lésbico hasta caer dormidas, por lo cual pude ganarle a la tentación, mi madre por otro lado me miraba de reojo y mostraba una sonrisa maquiavélica.

Llegados al cine, pedimos para ver una película llamada COCO de Disney, entramos a la sala y nos sentamos al final de la misma ya que mi madre eligió los asientos, al ver que era asientos alejados se me paso por la mente jugar con ella, sin embargo la película era buena así que estuvimos viéndola hasta que no aguantamos más y nos saltaron las lágrimas por el mensaje que transmitía, cuando termino la película y se encendieron las luces, mi madre me dijo que esperáramos a que se fueran todos. Que había algo que me quería mostrar.

Espere pacientemente, y cuando se fue la última pareja mi madre, se pone de pie y se sube el vestido y me dio cuenta que no lleva bragas, además en la posición que estaba me dejaba ver su coño en todo su esplendor. Quise comérmela en ese instante, pero entraron el personal del cine a limpiar la sala y rápidamente su ropa volvió donde debía estar. Ella con esa sonrisa que pone cuando quiere ser mala, me dijo que debía aguantarme hasta la noche.  Dios como me toreaba esa mujer, sabiendo que una no es de fierro.

 

Saliendo del cine, pasamos al sex-shop donde mi madre se sentó a conversar con la dependienta, mientras yo observaba, estaba distraída pero pude escuchar como la chica que nos estaba atendiendo le dice algo sobre la talla y modelo. Supuse que mi madre iba a comprar algún dildo o algo así.

Cuando ya teníamos varios juguetes listos, mi madre le dice a la chica que el que ella le había pedido que lo eche en una bolsa aparte y de preferencia que yo no lo viera. La curiosidad por saber que era me estaba matando y ya en el auto empezó el interrogatorio por mi parte.

-mamá que te compraste, ¿puedo saber?

-por supuesto amor, en la noche lo descubrirás

-¿y por qué no ahora?

-¿y por qué debería decírtelo?

 

Esa pregunta a mi pregunta me enojo, sin embargo debía pensar en cómo vengarme y recordé como ella me provoco en el cine, así que sin mirarla apoye mi mano en su pierna y empecé a conversar sobre los juguetes.

-sabes quiero probar los juguetes hoy por lo que en la noche podríamos aprovechar- decía esto mientras mi mano iba subiendo peligrosamente a su sexo

– si claro, para eso lo compramos- dado que iba conduciendo debía concentrase

-si tengo ganas de ir viendo de que es capaz mi coño, ir jugando con ellos, además quiero que me lo hagas hasta que me corra

Mi mano empezó a acariciar su coño de arriba abajo, sentí la humedad de su sexo y empecé a introducir mi dedo sin mirarla, siempre mirando por la ventana, ella dejo salir un gemido así que procedí con mi charla.

-además, quiero probar algunas poses, besarte y comerte el coño rico que tienes

Los movimientos de mis dedos eran cada vez más rápidos al igual que la respiración de mi madre, sabía que estaba cerca de un orgasmo, así que deje de masturbarla y saque mi mano de ahí.  Ella me miro con cara de extrañeza ya que siempre me preocupaba de hacer que se viniera, esta vez termine antes de que lograra su meta, y seguí mirando por la ventana del auto.

-¿Por qué paraste?

-porque no quise seguir

-¿pero por qué no? ¿Me vas a dejar así?

-por qué hago lo que quiero y para eso eres mi mujer- lo dije sin pensar, automáticamente comprendí que la había cagado con el comentario. Pero decidí seguir por ese lado ya que sabía que mi madre había quedado caliente y se lanzaría en cualquier momento a por mí. Grave error. Mi madre me miro enojada, podía sentir su ira en el ambiente.

-¿crees que puedes meterle mano a tu madre, parar bruscamente y salirte con la tuya? Estas muy equivocada, en la casa vas a ver mocosa- Solo me llamaba mocosa cuando realmente estaba muy enojada conmigo. Su tono de voz fue cortante, molesto y eso activo mis alarmas, voltee a verla para disculparme.

-mamá lo siento, no quise…

-solo cállate, no quiero que hables

 

El trayecto a casa fue un silencio incomodo, no solo la había enojado, sino que cuando trate de decirle que lo sentía y que había sido una broma, ella me hizo callar. Una vez llegada a la casa, guardo el auto, sin mirarme me dio una orden.

-¡¡a tu pieza ahora!!

-si mamá (conteste como siempre lo hacía cuando me regañaba, con poca voz y la cabeza baja).

 

Estuve en mi pieza toda la tarde, cuando salí y fui a la cocina para cenar vi a mi madre, la encontré sentada en la mesa, con el plato de la cena servido esperando pacientemente que llegara. Trague saliva y me senté a comer en silencio, siempre que peleábamos hacíamos lo mismo. Quise disculparme pero cuando fui a abrir la boca ella me dio una orden nueva.

-comerás, te bañaras e iras a mi pieza, no te quiero vestida, ni siquiera que levantes la vista

– si mamá- fue todo lo que pude decir pero estaba al borde del llanto

 

Así que termine de comer, me duche y me fui a su pieza, cuando entre ella estaba ahí, me tendió un antifaz, fui a verla a los ojos para ver si estaba enojada, pero recordé su orden así que volví a bajar la vista. Ella me dijo

-te pondrás con las piernas abiertas, las manos a la pared y tendrás el antifaz puesto, si vuelvo y veo que te lo has quitado, o que no estás en esa posición  me enojare de verdad contigo, ¿está claro mocosa?

-si mamá, perdón no quise…

-¿vas a seguir? No te he dado permiso para hablar, tampoco quiero oírte- me interrumpió, mi madre puede ser muy paciente y amorosa si quiere, pero cuando se enoja es mejor hacer lo que diga, ya que de lo contrario la tormenta solo aumenta en fuerza y destrucción

 

Hice lo que me pidió, me puse en la posición que adoptan los delincuentes cuando la policía los registra por drogas. Sentí la puerta de la habitación abrirse y cerrarse, cuando mis oídos se aseguraron que estaba sola, empecé a llorar. Por hacerle una broma a mamá la había enojado, tal vez ya no me permitiría tener sexo con ella o poder besarla, al pensar en eso las lágrimas salían con más fuerza.

 

Cuando me calme un poco y pude controlar mi respiración, me puse a esperar que mi madre volviera, hasta que su voz me dio a entender que siempre estuvo ahí.

-¿ya terminaste de llorar?-No conteste, solo asentí con mi cabeza.

-bien no te quites el antifaz, date la vuelta y extiende tu mano.

 

Obedecí a las órdenes que me estaba dando mi madre, ella tomo mi mano y me condujo a la cama, me acostó en ella y pronto sentí una presión en mi muñeca, luego en la otra y en los tobillos. Mi madre me estaba amarrando a la cama, saberlo me puso cachonda por saber que me haría. De pronto sentí el olor de su sexo en mi cara, ella me quito el antifaz y vi su coño a centímetros de mi boca, iba a comerlo cuando su mano se puso en frente.

-no te he dado permiso para comerme

Trague saliva, tenerla tan cerca pero tan lejos era una tortura, pero de pronto sentí que mamá introducía como una especia de huevo en mi vagina, no sabía que era hasta que prendió la vibración. Fue aumentando de a poco la potencia hasta que ya no aguantaba las pulsaciones que el aparato enviaba, los gemidos salían de mi boca y estuve así hasta casi llegar a un orgasmo, de pronto la vibración paro.   Entendí que ella iba a ser lo mismo que le hice en el auto, pero me equivocaba, ella volvió a ponerme el antifaz y me pidió que abriera la boca, fue cuando me puso una mordaza, supuse que eso era lo que había comprado y que no quería que viera, me equivocaba ya que después sabría lo que eligió.

-hoy me molesto tu actitud, si te toreo es para que vengas a por mí, para que no puedas resistir la lujuria y me tomes, me molesto que me metieras mano y que después pararas tan bruscamente, y sobre todo me molesto el comentario que lanzaste. Soy tu pareja, y tu madre, pero no soy tu juguete

 

Ella se bajó de mí y fue por mi culo, uso sus dedos para estimular un poco la zona haciendo movimientos circulares y presionando un poco, mientras su otra mano se encontraba en mi sexo atormentando mis labios y mi clítoris. Cuando encontró que era suficiente introdujo el vibrador en mi ano, la sensación era rara ya que nunca había metido ni un dedo en él, cuando pensé que iba a torturarme analmente, sentí un dildo en mi coño, pasado unos minutos me quito el antifaz y me di cuenta que ella también tenía un vibrador en el culo, no sabía que iba a hacer hasta que ambas vibraciones se pusieron en marcha, ella dio un gemido muy alto debido a la vibración, mientras que los míos se ahogaban en la pelota que tenía en la boca. Mi madre se subió arriba de mí poniendo su sexo nuevamente cerca de mi cara y empezó a masturbarse.  Nunca la había visto hacerlo, fue lo más excitante que pasaba en ese momento, ver entrar y salir sus dedos de su agujero por donde nací hacia que mi mirada quedara posada en lo que ella me estaba mostrando. Su olor inundaba todo el aire que podía respirar, sus jugos caían  en mi cara y se filtraban a través de la mordaza,  los vibradores estaban de sincronizados por lo cual me estaba volviendo loca.  Quería comerme ese coño que tenía enfrente, pero ella lo mantenía lo suficientemente alejado como para que no pudiera alcanzarlo aun si lo intentara, podía ver sus movimientos a gran velocidad y el típico sonido de chop chop que su mano estaba haciendo debido a la lubricación, mientras que la cara de mi madre reflejaba el éxtasis que ella se estaba dando.

 

Cuando logre un orgasmo doble, ella siguió masturbándose sin parar, dado lo sensible que estaban mis orificios me empezó a doler y a molestar que los vibradores siguieran en su sitio, ella no bajo las vibraciones en ningún momento, ya cuando finalmente tuvo un orgasmo cayo rendida, apago los vibradores, me los saco y me quito la mordaza de la cara, cosa que agradecí ya que me dolía la mandíbula.

Lo que dijo luego de eso aun esta en mi memoria.

-no lo vuelvas a hacer, si quieres tomarme donde sea te recibiré, pero si me vuelves a tratar como tu juguete, te sodomizare aun peor, ¿queda claro?

-si mamá

Desato mis extremidades y me pidió amablemente que saliera de su habitación, no quería hacerlo pero tampoco quería enojarla más, así que en silencio deje aquel cuarto, cuando estuve fuera la puerta se cerró detrás de mí. Me sentí horrible ya que mamá aún estaba molesta conmigo, no me había disculpado como yo quería y no sabía que iba a pasar, cabizbaja me fui a mi pieza y me tendí en la cama boca abajo, busque mi almohada y enterré mi cara en ella. Volví a llorar hasta caer dormida. A la mañana siguiente cuando desperté me di una ducha rápida, me vestí con unos jeans y una blusa y baje a desayunar, mi sorpresa fue el no ver a mi madre en la cocina y encontrarme solo una nota.

“vuelvo en la noche, no me esperes”

No había nada para comer, tampoco tenía hambre por lo que hice las cosas de la casa. No sabía de mamá por lo que tome el móvil y me puse a marcarle, solo entraba las llamadas al buzón, así que le escribí un wsp para ver donde estaba. Tampoco lo leyó. Me sentía abandonada y muy sola, sabía que aún estaba enojada conmigo y eso me provocaba dolor en el pecho.

El día paso muy lento y ya llegada la noche la estuve esperando cerca de las 3 de la mañana pero aun no aparecía estuve a punto de dormirme cuando de pronto sentí su auto y supe que había vuelto. Estaba tan contenta como un cachorro, me vestí para ir a recibirla y cuando abrió la puerta me iba a lanzar a sus brazos pero note su mirada fría y su expresión seria, lo que hizo que me detuviera en seco y solo atine a decirle algunas cosas.

-mamá al fin vuelve, ¿quiere comer algo?

-no gracias-

-me tenías preocupada, ¿Dónde andabas?

-lejos

-mamá ¿aun estas enojada?

-déjalo así quieres, ve a dormir yo haré lo mismo, estoy cansada

-está bien mamá

 

Sus respuestas frías confirmaban mis sospechas, paso de mí y se fue a su habitación, yo me puse a llorar en silencio, siempre que peleábamos la que cometía el error se disculpaba y hacíamos que no había pasado nada. Esta vez no me había disculpado y la actitud de mi madre hacia mí se notaba. No quería estar así con ella, limpie mis ojos me di media vuelta y fui a su habitación. Al llegar golpee la puerta y espere pacientemente, al cabo de un rato mi madre me contesto del otro lado.

-¿qué quieres?

Sin abrir la puerta empecé mi disculpa.

-mamá siento lo que hice, te hice sentir mal ya que dije e hice cosas que no estuvieron bien, como tú dices eres mi pareja y lo más importante eres mi madre, pase por alto esos dos detalles y te hice una broma de mal gusto, sé que estas enojada y dolida conmigo pero por favor quiero que me perdones, no quiero que estemos así, me duele el no poder acercarme a ti, te prometo que no volverá a suceder y sé que no puedo pedirte que se te quite el enojo conmigo de un día para otro, yo la estaré esperando lo que haga falta mamá hasta que me perdone y nuevamente lo siento mucho de verdad. Te amo mamá

 

Decía todo eso mientras las lágrimas corrían por mis mejillas, cuando termine di media vuelta y me fui a mi habitación, cerré la puerta y me senté en la cama, el dolor era incontrolable y no podía para de llorar, cuando ya me calme un poco golpearon en mi puerta, entro mi madre se sentó a mi lado y me abrazo. Era un abrazo de perdón no de pareja sino de una madre perdonando una estupidez de su hija, me apoye en su pecho y la abrace con fuerza, el olor de su cuerpo sudado invadió mis fosas nasales, sin embargo más que excitarme en ese momento solo sentía el cariño materno.

-no quiero que lo vuelvas a hacer cariño, me sentí mal y me sentí aun peor cuando te castigue, eres mía y yo soy tuya y siempre podrás tenerme, pero en vez de enojarte por algo y tomar venganza quiero que me digas lo que sientes

-lo mismo digo mamá y no lo volveré a hacer.

Acto seguido le di un beso en la mejilla y me abrace a ella, ahí comprendí lo que era nuestra relación, no solo somos amantes sino que somos madre e hija y debíamos encontrar el punto de equilibrio entre las dos relaciones para no descuidar ni sobrepasar ninguna de las dos. Mamá se notaba cansada y como su hija le pedí que se acostara conmigo en mi cama, íbamos a estar apretados ya que es de una plaza y media, pero quería a mi madre esta noche ahí conmigo. Ya una vez acostadas y tapadas imite el gesto que ella hizo conmigo y la acurruque en mi pecho haciéndole cariño en su cabeza y dándole besos en la frente. Ella se abrazó con fuerza a mí y se dejó estar, cuando su respiración fue más lenta y relajada me di cuenta que ella estuvo llorando en silencio en mis brazos hasta quedarse dormida. Ver a mi madre en esa posición lleno mi pecho de un amor y de una ternura que no había sentido, me acomode para también poder dormir algo, y desde que le di mi primera vez a mi madre no había tenido un sueño tan tranquilo junto a ella.

 

A la mañana siguiente cuando desperté la vi a ella abrazada a mí con su cabeza en mi pecho, estaba despierta pero no se movía, solo escuchaba como latía mi corazón, al darse cuenta que había despertado, me dio los buenos días seguido de un beso que iba cargado de tonos románticos más que sexuales, cuando se separó de mi volvió a la misma posición que estaba cuando abrí los ojos y sin mirarme me dijo un comentario que hizo que me enamorara de ella.

-siempre he querido estar así con mi pareja, tu eres la primera con quien he podido hacerlo, ni cuando salía con novios antes de tu padre, ni cuando estaba con él, nunca pude hacerlo. Estar así sin hacer nada, solo descansando  escuchando como late tu corazón, me encanta no quiero que el tiempo pase, quiero estar así para siempre.

 

Sin decir palabras a ese comentario, empecé a acariciar su cabeza, no sé cuánto tiempo estuvimos así, pero el rugido que lanzo mi estómago dio a entender que tenía hambre, mi madre se iba a levantar pero hoy quería redimirme y demostrarle que la amaba de las dos formas, como madre y como mujer, así que le dije que se quedara en mi cama que hoy la iba a consentir en todo, poniendo énfasis en ese todo. Ella sonrió y se dejó querer, se quedó en mi cama yo por mi parte baje solo con el pijama puesto y me puse a preparar el desayuno, cuando volví le pedí que se acomodara y puse la bandeja en sus piernas, acto seguido me acosté a su lado. Empecé a subirle el ánimo y el ego diciéndole que estaba radiante esa mañana, que la quería mucho y que era afortunada de tenerla, que como mujer sé que cuando nos dicen esas cosas viniendo de la persona que nos gusta nos hacen sentir de maravilla, y sé que estaba funcionando ya que sonría alegremente.

 

Una vez que terminábamos iba a entra a ducharme cuando ella me pidió que nos bañáramos juntas, la idea obviamente me fascinaba y me excitaba por partes iguales, así que acepte solo para verla desnuda, no sería la primera vez que la vería pero debo admitir que estaba nerviosa y tal vez un poco ansiosa. Cuando entramos las dos y empezó a caer el agua sobre nuestros cuerpos mi mente estaba dividida, por un lado quería ser tierna y buena hija enjabonándola, por otro lado quería tomarla ahí mismo y besar su cuerpo sin dejarla ir, sospecho que mi madre estaba igual ya que su mirada era de deseo pero tampoco quería abusar de mí. Así que deje que las cosas fluyeran de manera natural, me puse a enjabonar su cuerpo, lo iba limpiando con mis manos centrándome especialmente en sus pechos, caderas, trasero y su entrepierna, debo decir que resistí lo que más pude, sin embargo me gano la tentación y me deje llevar besándola y llevando mi mano directamente a su sexo.

Decir que la manoseaba como un pulpo es quedarse corto, no había lugar donde mis manos no pasaran y jugaran con cada centímetro de mi madre, mi boca besaba la suya y mi lengua estaba con vida propia tratando de aprisionar la suya. Hoy quería ser yo la que dominara, quería demostrarle que la deseaba, que la quería, que iba a luchar por hacerla feliz de alguna manera. Empecé a jugar con sus labios mayores con mis dedos, sin apartarme en ningún momento de su boca, sentía sus gemidos morir en nuestro beso, sentía agua en mis dedos y no era producto de la ducha, sentía el calor de su cuerpo, ella solo se aferraba a mí, rasguñaba mi espalda y levantaba una pierna para facilitarme el trabajo de tocar su zona erógena, nuestros pechos estaban tan juntos que podía sentir nuestros pezones bailando. Cuando mi madre logro un orgasmo comencé a acariciarla más lento, a recorrer su cuerpo lentamente hasta mis manos la abrazaron y sin darle tiempo a que pudiera respirar debido al beso nos fundimos en un abrazo tierno y lleno de cariño.

Me separe de ella y termine de bañarla, luego la tome de la mano y la hice salir de la ducha, tome una toalla para secarla cuidadosamente, mi madre me miraba sin decir nada, solo se dejaba estar siguiendo mis instrucciones. La lleve a su pieza, la senté en la cama y la vestí, era mi muñeca (mi sexydoll por así decirlo) la peine y me la lleve al living, la deje ahí y seguí vistiéndome yo, al volver me puse a realizar las tareas de la casa, mi madre me miraba de vez en cuando ya que se había puesto a trabajar. Prepare un almuerzo rápido cuando entro a al comedor vio que había puesto la mesa como si se tratara de una cita romántica, comimos normal mientras iba diciéndole cosas lindas sobre ella, su cuerpo o su manera de ser. Mi madre simplemente me sonría o me decía gracias a los cumplidos.

Estuvimos así todo el día yo mimándola y ella dejándose querer, cuando llego la noche la lleve a su cama, empecé a comerle nuevamente la boca e ir desnudándola, ella hacia lo mismo conmigo, cuando ya estábamos al fin como Dios nos trajo al mundo, la acosté con ternura en la cama y empecé a recorrer su cuerpo con mi boca, iba bajando cada vez más, cuando ataque su vagina y calculando que estuviera cerca del orgasmo pare. Automáticamente me miro desconfiada pensando que iba a hacer lo mismo que ayer, sin embargo mis planes eran otros, la mire y le dije:

-¿amor donde guardo el strap on?

-en el closet segundo cajón de abajo hacia arriba, están todos ahí

Sin decir palabras fui donde me indico, en el cajón había una gran cantidad de juguetes que habíamos comprados, la mayoría los había elegido yo, unos dos había escogido mi madre, saque lo que estaba buscando, me lo coloque trabajosamente ya que me confundía como iba, mi madre solo observaba, cuando ya estuve lista volví donde ella, sin decirle palabras retome a los besos y caricias, cuando sentí que era el momento abrí sus piernas, apunte mi pene de plástico y la penetre lentamente, espere un poco a que se acostumbrara y empecé el vaivén correspondiente, jugué con sus pechos así como tiraba de sus erectos pezones como si quisiera arrancárselos, besaba su cuello para aumentar el placer.  Luego de eso me incorpore un poco, la puse de lado y lleve una pierna a mi pecho formando un ángulo de 90°, mis embestidas eran cada vez más rápidas, lleve dos dedos a su boca lo que ella lamio apenas los sintió en sus labios. Una vez lubricados los lleve a su clítoris y empecé a masajearlo en círculos.

Mi madre estaba ida con lo que estaba haciendo ya que se le notaba en la cara, cuando su orgasmo llego, baje la velocidad hasta que me detuve por completo, espere un poco y volví a embestirla.  Cuando me canse un poco hice que se abriera de piernas y se lo hice en la posición del misionero, le comía la boca con pasión metiendo la lengua, mordiendo sus labios, cargaba mi pecho para que sintiera el mío y cuando tuvo el siguiente clímax, la tome su cabeza y la lleve a mi corazón y fue cuando me declare oficialmente a ella.

-te amo mamá, eres mi pareja, mi amante, mi compañera, tal vez no sea la mejor hija, pero me asegurare de hacer que te sientas bien, de demostrarte que solo quiero estar contigo, de amarte cada día y poner una sonrisa en esos labios que me encantan, soy muy feliz de tenerte como mi madre, quiero seguir amándote hasta el final de los días, complementándote y queriéndote así como eres.  Te amo mucho y siempre lo voy a hacer.

 

Ella por más gestos solo enterró su cabeza más en mi pecho, me abrazo con fuerza y me dijo también:

 

-gracias hija, también te amo, hoy me hiciste recordar lo que en su momento muchos me dijeron pero por cosas del destino no cumplieron, sé que tú eres diferentes y que cumplirás lo que me estás diciendo, también te amo amor y gracias por este día, me hiciste sentir querida, amada, mimada y deseada, gracias.

 

Al escuchar eso, sentí un orgullo en mi pecho que era difícil de describir, volví a tomar a mi madre asumiendo el papel de hombre, dado que no me corría pude hacérselo varias veces esa noche, había logrado que ella me perdonara, le demostré cuanto significaba para mí, y que es lo que sentía por ella. Caímos rendidas después de todo ese ejercicio físico que habíamos realizado, esta vez dormimos como una pareja que se amaba de todo corazón.

 

 

tentando a mi suegra (resubido)
tentando a mi suegra

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