Hola, mi nombre es Mariana, tengo 20 años, y soy ciega de nacimiento. Es la primera vez que escribo en esta página, así que aquí voy.
Antes, una pequeña explicación; las personas ciegas somos perfectamente capaces de escribir en una computadora o celular, gracias a unos programas llamados lectores de pantalla. Dichos lectores permiten navegar por la computadora gracias a la síntesis de voz, incluyendo esta página. Si se llega a publicar este relato, significa que es lo suficientemente accesible para poder publicar.
Fui iniciada sexualmente a los 8 años por dos de mis primos; desgraciadamente cuando se tiene una discapacidad los padres piensan que somos angelitos o algo así… eso significa que de alguna manera somos asexuales, y no es necesario hablar de sexualidad. Nada más lejos de la realidad.
Recuerdo haber terminado de bañarme; en ese entonces me bañaba sola, pero me ayudaban a cambiarme. Estaba enredada en la toalla secándome y esperando, cuando mis dos primos de 14 y 16 años entran a mi cuarto y me empiezan a hacer cosquillas. Por supuesto la toalla se me terminó cayendo, y como no tenía información de sexualidad, quedé desnuda ante ellos sin ningún pudor.
Después de un rato, me dicen en plan super secreto que me van a enseñar otro tipo de cosquillas, pero que solo lo hacen los adultos, y que no debo decir a nadie; naturalmente acepto, vendita ingenuidad. Entonces me acuestan en la cama, se colocan uno en cada lado, y primero comienzan a jugar con mis pezones, por supuesto que aún eran unas pequeñas semillitas de arroz. Al principio era incómodo, pero se sintió rico. Entre risas y risas, bajaron a mi vagina, donde comenzaron a frotarla y masturbarme.
Recuerdo moverme un poco en la cama por el placer, pero desde ese momento me volví adicta a los manoseos. Esa vez no duró mucho, pues mi familia había llegado al completo. Pero sin duda me convertí en una obsesa del placer.
Como no hubo ninguna reacción negativa por mi parte, empezaron a tocarme casi a diario, aprovechando cualquier momento; eso sí, con ropa, por si alguien llegaba. } recuerdo estar escuchando Bob esponja, y ellos estarse turnando para meter mis dedos en mi vagina bajo las cobijas. Recuerdo que mi mamá me preguntó por qué tenía la cara roja, que si me sentía enferma. Supongo que eso sucede cuando tienes placer.
A los meses comencé a ir a su cuarto a escondidas, ya que le perdí el miedo a todas las sensaciones. Ahí empezó el verdadero conocimiento: el sexo oral, el conocer un pene y el semen, a conocer mi cuerpo y dónde me gustaba más. Supongo que para ellos fue el paraíso, que una niña se entregara de forma voluntaria al sexo y sin que lo tuvieran que pedir. No se atrevieron a penetrarme hasta los once, antes de terminar mi escuela primaria.
No me tocó más gente hasta la secundaria, pero esta es otra historia.
Si tienen alguna pregunta, me pueden escribir a mi correo: [email protected]
Nota 1. No sabría cómo describirme, no me he visto al espejo. Pero mido 1.65, mis tetas son más bien medianas.
Nota 2. No tengo la habilidad literaria de STREGOIKA, hice lo que pude.
Nota 3. Todo es real.
Vaya, no esperaba que me mencionaras. He quedado de una pieza. De cualquier modo venía a decir que este es el tipo de relatos que suben de categoría al relato erótico como género. El tuyo es un testimonio de la realidad, lo que lo hace una pieza literaria. Tienes un discurso ahí implícito, algo qué decir que nadie había dicho.
Por desgracia, el relato erótico se ha degenerado a contar polvos y sin belleza ni intención, lo que les deja fuera del arte. Pero el tuyo es un alivio. Espero nos cuentes más. Con humildad: Felicidades.
Felicidades por ese relato Mariana aún que no tuvo mucha temática de sexo y cosas explícitas si fue muy bueno lleno de morbo de como empezaste a sentir curiosidad por el sexo ojalá sigas escribiendo más historia de ti vida un fuerte abrazo y beso 😘