Una pequeña fantasia con mi nieta "I" (19)

Quiero contarles lo que me pasó con mi nieta de 10 años, aunque no quise repetir lo sucedido con mis hijas cuando eran pequeñas, no pude evitar vivir una pequeña fantasía con mi nieta de mi hija mayor.

 

Ese momento ocurrió de una forma inesperada, ocasional, diría por puro accidente, porque hasta ese momento no había pasado por mi mente vivir algo así, por eso pienso que fue tan especial.

 

Recuerdo que se encontraban de visita en la casa para esa navidad, mi hija había viajado con su esposo, mi nieto y mi nieta, estábamos felices con mi esposa porque era la primera vez que pasaban navidad con nosotros, unos años atrás habían pasado un fin de año, entendiamos porque ellos vivían en otra ciudad y eso hacía un poco difícil los viajes, por esa razón las veces que habíamos pasado navidad con ellos, eran cuando viajabamos a visitarlos.

 

Esa tarde por cosas del destino pienso yo, nos quedamos con mis nietos, mi esposa estuvo muy pendiente de ellos hasta que decidió tomar un descanso en su habitación y me quedé responsable de ellos, estaban muy entretenidos jugando en la sala de la casa y yo sentado en el sofá viendo tv pero pendiente de ellos, jugando con una pelota de peluche estaban contentos.

 

Al poco rato mi nieta llegó hasta mí y me dijo que porque no jugaba con ellos un poco, le dije que sí pero que iba a permanecer sentado en el sofá porque me encontraba un poco cansado, entonces uno de ellos trataba de quitarnos la pelota y así el que perdía tenía que despues hacer lo mismo, entonces mi nieta me dijo que si yo perdía me debía levantar del sofá, a lo que respondí que sí.

 

Así duramos un buen rato jugando hasta que en la oportunidad que le toco a mi nieta quitarnos la pelota, yo estaba sentado en el sofa y tome alce mis manos para que ella no la alcanzara, entonces se recosto sobre mi colocando sus rodillas sobre el sofa y su cuerpo sobre mi pecho trantando de quitarme la pelota, pero yo la pasaba de mano en mano para evitarlo, sentía su cuerpo apretando mi pecho sintiendo de cerca su delicado aroma, no entiendo porque, pero ya tenía una erepción y queria que ella se diera cuenta para ver que reacción tomaba, en ese momento baje mis manos y la abrace contra mi cuerpo, quedando la pelota detras de su espalda, ella se quedo quieta en ese momento, no dijo nada, tan solo dejaba escapar sus gemidos de cansancio por el juego, desimuladamente le subi su falda por delante y deje resbalar un poco mi cuerpo para que ella sintiera el bulto de mi pene sobre sus pantys, al sentir el contacto colocando mi mano sobre su cola apretandola, ella en medio del juego no decia nada, por el contrario seguía intentando quitarme la pelota con sus manos y yo aprovechaba sus movimientos para frotarme mi pene sobre su pantys, eso desperto un deseo enorme y se me ocurrio decirle que mi nieta que mejor se sentara sobre mis piernas y tomara la pelota en sus manos y que mi nieto intentara quitarsela, que asi me cansaba menos, ella dijo que si y ni nieto igual.

 

La tomé en mis brazos y le dí la vuelta, teniendo cuidado que al momento de sentarse su falda no quedará por debajo, porque al quedar solo en sus pantys ella sentiría mi pene y también evitaría que mi nieto se diera cuenta de lo que pasaba, para quedar cómodo abri un poco mis piernas y ella quedo sentada prácticamente sobre el bulto de mi pene, entonces la tomé con mis manos por su cintura sujetándola contra mi cuerpo y les dije, ya podemos empezar a jugar.

 

Empezó a tratar de levantarse para evitar que mi nieto le quitara la pelota, eso hacía que hiciera fuerza y al caer se rosaba con mi pene, acción que se repetía cada vez que ella trataba de levantarse para luego sentarse, ya no aguantaba tanta adrenalina sobre mí, entonces metí mis manos por debajo de su falda y las coloque en su estómago, se encendió la chispa de placer en ese momento, al sentir la suavidad y tibieza de su piel, aprovechaba que ella trataba de levantarse para rosar su vagina por encima de su pantys, que al hacerlo también tocaba el bulto de mi pene, estaba descontrolado en ese momento dispuesto a correr el riesgo con mi nieta, metí mi mano por debajo de su panty a la altura de su pubis y en ese momento se levantó, me llene de pánico y rápidamente saqué mi mano, porque sentí que ella se quedó quieta.

 

Abuelo: Que paso, porque te quedas quieta.

 

Nieta: No es nada abuelo, es que sentí como cosquillas.

 

Abuelo: Si quieres mejor dejamos de jugar y te bajas de mis piernas, de pronto ya están muy cansados y por eso sientes esas cosquillas.

 

Nieta: Yo quiero seguir jugando así abuelo y tu?

 

Abuelo: También, podemos jugar otro poquito.

 

En ese momento mi nieto dijo que no quería jugar más, que se iba a jugar videojuegos y salió disparado.

 

Me sorprendió que mi nieta dijera que deseaba seguir jugando, estaba seguro que ella sintió cuando mi mano toco su pubis y eso la había alertado, pero aun asi, deseaba quedarse, por eso aproveché que mi nieto había salido al baño para arriesgarme un poco más, igual estaba a punto de explotar, no entendía tampoco porque no decía nada del bulto de mi pene, estaba seguro que lo sentía porque yo sentía como rozaba su vagina por encima de su pantys.

 

Aproveche y coloque otra vez mis manos por debajo de su falda y empecé a acariciar suavemente su estómago.

 

Nieta: Abuelo me haces muchas cosquillas, jejeje.

 

Abuelo: Lo se mi adoraba nietecita, pero no te preocupes, solo lo haré mientras estas sentada en mis piernas.

 

Baje mis manos hasta colocarlas sobre sus muslos deslizándolas hasta sus piernas, luego empecé a subirlas hasta llegar hasta su estómago nuevamente, no me atreví a tocar su vagina, no sabía cómo iba a reaccionar.

 

Nieta: Me vas hacer reír abuelo con tus cosquillas, jejeje

 

Abuelo: Es lo que quiero, que te rías un poco, me encanta verte reir, me llena de felicidad mi adorada nieta.

 

Volví a deslizar mis manos pero lo hice más lentamente, solo que esta vez le dije que se recostara sobre mi pecho, su espalda quedo sobre mi pecho y fue en ese momento que decidí dar el siguiente paso, era un riesgo, pero no aguantaba más, mi deseo por ella se había encendido y había que apagarlo, con mis dedos masajeaba sus muslos hasta llegar a sus rodillas y luego los deslice buscando llegar hasta su vagina, en ese momento abrí un poco mis piernas y sentí como quedaba encima de mi pene, ella solo trato de acomodarse sobre el, seguro sentía su dureza.

 

Abuelo: Te molesta si me bajo un poco mi pantalón de sudadera, me siento un poco incómodo y también te vas a sentir cómoda cuando lo haga, solo tienes que levantar un poco tu cola y yo me acomodo, te voy a decir algo que debe quedar entre los dos, mi pene se creció y presiona mucho mi pantalón, por eso debo hacerlo.

 

Si ella estaba de acuerdo podría continuar, de lo contrario debía quedarme quieto.

 

Nieta: No entiendo lo que me dices de tu pene abuelo, pero esta bien ya levanto mi cola.

 

Abuelo: Ya sabes, lo que te voy a decir queda entre los dos nada más, no lo puedes contar a nadie, al estar sentada sobre mis piernas mi pene te siente y le da alegría, por eso se pone grande.

 

Nieta: Abuelo si quieres me bajo para que no siga creciendo tu pene.

 

Abuelo: Yo quiero que sigas sentada como estas porque me gusta, pero si tu quieres te puedes bajar, no te preocupes.

Nieta: Si quiero seguir sentada en tus piernas abuelo, me gusta hacerlo.

 

Coloque mi mano por debajo de su cola y la ayude a levantar, luego con mi otra mano me baje mis pantalones y mis pantaloncillos un poco para poder sacar mi pene, lo acomode con mi mano para que al sentarse, su vagina quedara sobre él.

 

Abuelo: Ya te puedes sentar, hazlo suave y me dices si te gusta lo que sientes, recuerda que solo es un poquito antes que llegue tu hermano.

 

Mientras ella se sentaba, la sostenía por la cintura para que lo pudiera sentir totalmente en su vagina por encima de su pantys y tuve cuidado que su falda cubriera todo para que no se dieran cuenta ni nieto en caso que llegara.

 

Nieta: Abuelo que es lo que se siente tan duro, es tu pene?

 

Abuelo: Mete tu mano por debajo de tu falda y te das cuenta, o, si quieres puedes hacer lo mismo que yo hice, bajarte un poco tu pantys para que lo puedas sentir en tu piel, qué dices.

 

 Nieta: Abuelo es que yo no puedo estar sin pantys porque me da pena que me veas así y mi mamá dice que nadie puede verme desnuda.

 

Abuelo: No te preocupes que no te voy a mirar y estamos solitos, mi pene te verá y se pondrá feliz.

 

Nieta: Abuelo entonces tu pene tiene ojos?

 

Abuelo: Jajajaja, no tiene ojos, solo es una forma de decir, así que él tampoco te verá sin pantys, pero si te va a sentir y tu también los sentirás a él con tu vaginita, además cuando mi pene te sienta crecerá un poco más.

 

Nieta: Está bien abuelo, espera entonces me bajo mis pantys pero no le dices a mi mamá porque seguro me regaña.

 

Ella se quitó los pantys, al ver lo que hacía le dije que me los diera y yo los guardaba, para dárselos después para que nos los viera su hermanito y ella me los pasó, en ese momento un escalofrío recorrió todo mi cuerpo, se iba a sentar sin pantys sobre mi pene, ahora no sabía qué hacer, no podía penetrarla porque tenía mucho temor de hacerlo.

 

Abuelo: Ya sabes, te vas sentado despacio que yo te sostengo con mis manos, es para que puedas sentir todo mi pene, recuerda que esto que está pasando queda entre los dos.

 

Colocó sus manos sobre el sofá y se fue sentado dándome la espalda, la sostenía de la cintura, pero no me atreví a tocar su vaginita, deseaba hacerlo, la tentación era enorme, de solo imaginarme, mi cuerpo se estremecía y mi pene la deseaba más.

 

Su vagina tocó la cabeza de mi pene, una maravillosa sensación sintió mi cuerpo, ella reaccionó quedándose quieta, imagino la sensación que sentía en ese momento, estaba seguro que era la primera vez que sentía un pene en su vagina, aproveche y le dije que hiciera un movimiento de atrás hacia adelante, quería rozar los labios de su vaginita y enceder mi placer, la suavidad de su piel me enloquecía, sentía la humedad de su vaginita, algo que no imagine y me ilusionaba porque estaba despertando un poco de deseo en ella a pesar de su corta edad.