Tabú

Artículo: EL tabú de atracción por nenas menores

1
Please log in or register to do it.

©Stregoika 2021

He producido un sin número de relatos, casi todos ficticios, inspirados en las fantasías con que me satisfago solo; pero hoy he querido echar un poco de filosofía.
He estado preguntándome porqué atraen tanto las menores, a mí y a otros tantos varones. El tema es una zarza espinosa. La palabra que usan para nosotros es ‘pedo’, pero yo no la uso porque no soy oveja de rebaño y pienso por mí mismo. El concepto de pedo, sin lugar a dudas, es un mecanismo de control de masas, similar a un espantapájaros. Es algo que da miedo y provoca un comportamiento en respuesta, deseado por quien instaló el espantapájaros, que es, que los pájaros no se acerquen al maíz. El ‘pedófilo’, es un enemigo público que la prensa y el entretenimiento han nutrido hasta enloquecer de miedo al público, para generar adhesión social y recurrir a ella cuando se necesite. No es diferente al miedo al terrorismo, al clima, al racismo, a los virus, en fin. Cuando haya necesidad, ponen una agenda para que la promueva un político, echan mano de la adhesión social lograda con el miedo, ponen al sujeto en el poder y ya está. Así funciona todo. Para esto, específicamente, supongan que un político propone pena de muerte por tortura a ‘pedófilos’. Todos van y votan por él. La población es como un perro que responde al silbatazo de un entrenador. Pero, en realidad, ni a los políticos ni a las instituciones ni a autoridad alguna le importa un carajo la gente, ni los niños ni nadie en específico. Quien crea que así es, deberá apagar la TV y encender su cerebro.

La primera verdad a decir aquí, es, que una cosa son quienes tienen preferencia sexual por menores, y otra muy diferente, son los psicópatas. La psicopatía y la preferencia sexual por menores no son condiciones co-dependientes ni mutuamente excluyentes, lo que significa, que pueden coexistir o no, y si coexisten, es por casualidad. O sea que los casos que celebra tanto la prensa y de los que disfruta tanto el público, donde menores son abusados y descuartizados, son de psicópatas, no de personas atraídas por menores. Una persona atraída por menores tiene fantasías sexuales y románticas con menores, pero difícilmente las hace realidad, y no haría daño alguno a un o una menor, o a nadie, a menos que casualmente sea al mismo tiempo un psicópata.
La propaganda hace parecer a toda persona atraída por menores como psicópatas. Obviamente, esto es algo que la prensa nunca admitirá. A ellos no les importa la verdad, sino lo que sirva para obtener un efecto del público.
Por ejemplo, el activismo en contra de la ‘pedofilia’, se desgarra las vestiduras ante la mención de Alice. Alice se refiere a Alicia en el país de las maravillas, personaje creado por Lewis Carroll en honor a (dicen) una pequeña niña de la que estaba enamorado. Entonces Alice es algo así como un ícono ‘pedófilo’ que pone a los activistas a arrancarse los cabellos.
En contraste, hay que recordar el caso de ‘Daisy Destruction’, el mítico video de gore. Para quienes no sepan, solo diré que fue el caso de una niña de cuatro años horriblemente torturada. La autora material fue una mujer llamada Liesel Margallo.
Entonces, para la prensa y tristemente, en consecuencia también para el conocimiento popular, Liesel Margallo (psicópata) y Lewis Carroll (un hombre atraído por una menor) caben en el mismo saco. Si la refutación que hago a este teorema provoca náuseas o necesidad de persignarse a alguien, ese alguien de seguro tiene instalados en su mente todos lo filtros que la TV ha puesto para que piense como esta quiere. Se llama disonancia cognitiva, es una reacción defensiva a una idea. Es como decirle a un religioso que su religión solo es una institución para controlar a la gente. Se enfadará y su enfado le evitará necesitar argumentos.

Cuando YouTube todavía no era una máquina de control mental ante la que el público babea y obedece, hubo una oleada de tendencias que los amantes de la innegable belleza de las menores seguían con fervor. Era la época del Moe Ytpo, de los retos de baile, de gimnasia y de la piscina, menina dançando, niña bailando, los grupos de 7 chicas (bailarinas o gimnastas como Rachel Marie), todas a bailar como Beyoncé o Anitta, unpacking de compras, y un interminable etcétera. La plataforma estaba inundada de videos de morritas sensuales en videos en ruso, portugués, español, inglés y hasta recuerdo algunos en italiano. Yo, llegué a tener una colección de más de cuatrocientos videos descargados de YouTube. Videos de niñas. Solo aparecían bailando de forma sensual, mal sentadas o en un ajustado traje de baño. Era algo de ensueño. Disfruté de ellos por más de una año y luego los eliminé. No por razones morales ni legales (eso me importa un bledo), sino porque estaba demasiado adicto y la colección estaba pasando de ser controlada por mí a controlarme. Hasta cinco pajazos diarios… eso es ya no tener autocontrol.
Recuerdo particularmente a Sofía Felix AKA MC Bionica, pequeña bailarina brasilera de entonces unos siete u ocho años. La encarnación del deseo de cualquier atraído por menores. De ella ya no se encuentra nada en la ‘superficie’, ni de ninguna de los ±400 videos que yo guardaba. Pero el caso de Sofía Félix es otro ejemplo de la histeria que hay al rededor de la atracción por niñas. En internet se generaron bulos que, como consumidor estándar de medios de comunicación —que ha pasado la vida oyendo música comercial, viendo fútbol y noticieros y, nunca ha leído un libro— el público dio por ciertos. Los rumores fueron, primero, que su madre la vendía y luego, que la niña había sido encontrada muerta. La propia Bionica tuvo que subir un video diciendo que estaba bien, que nada de lo que decían era cierto y que no se preocuparan. La verdad, el caso solo era el de otra nena apasionada por el baile y que pertenecía a una sociedad (Brasil) libre de tapujos. En otros países (el resto de ellos) de Latinoamérica, ver una nena bailando en micro-falda es como para enviarla a exorcizar. Es cultural. Si unas colegialas hacen un video bailando y muestran las piernas y baten el trasero, y el video se hace popular, en países que no sean Brasil, hay un terremoto noticioso, investigación al plantel, despido y hasta encarcelamiento de profesores y campañas por la virtud de los jóvenes. Por un video en el que imitan lo que ven en TV nacional. Prrr.

Otros casos más, vistos desde una perspectiva totalmente des-adoctrinada: Kylie Freeman AKA Vicky, aparece con papi Keneth en los videos grabados por él. Son varios videos separados, y son los únicos. No hay dos versiones del set de videos, no obstante, si parece haber dos versiones en la percepción del público: La pública, la de indignación, y la oculta, la de los cientos de miles o millones de personas que tienen los videos y los disfrutan pero nunca lo admitirán porque su percepción sería rechazada. Como, repito, no hay dos versiones del conjunto de videos, entonces la diferencia está en la cabeza de la gente. Hay quienes nunca han visto ninguno de los videos pero adoptan automáticamente la posición exigida por el mainstream, de rechazo y repudio. Hay quienes habrán visto los videos con disonancia cognitiva. Y hay millones que saben (aunque muy pocos lo han admitido) que en ellos, Kylie está dichosa. Tabú en toda la profundidad y amplitud de la palabra. De la misma manera que funciona todo, la percepción del público en cuanto muchas cosas no es propia, aunque crean que lo es. Lo que ven en una situación no es lo que ellos ven sino lo que les dicen que vean. Lo que la inmensa mayoría de la población mundial cree que es la realidad, no lo es.
¿Cómo manipulan la percepción? Obviamente en la superficie no están los videos ni caps de ellos. Bueno, excepto un cap: Uno buscado por alguien frame a frame, donde Kylie pareciera estresada o sufrida y no feliz. Alguien que lea un artículo al respecto, ve esa foto y, como en el colegio le enseñaron a obedecer y no a pensar, da por hecho que Kylie es torturada en los dichosos videos que, por supuesto, nunca verá. Eureka, su percepción ha sido manipulada y su visión de la realidad es administrada por alguien más.
Algo similar ocurrió en mi país cuando un auxiliar de policía sostuvo relaciones sexuales con una menor de 14 mientras un grupo de sus compañeros tocaba tambores al rededor. Uno de ellos grabó el video y este se volvió viral en Facebook. Recuerdo haberlo visto, hace muchos años —la plataforma todavía era joven—. La noticia circulaba como un caso de violación, pero la gente, todavía no bajo el control mental de la red social, comentaba libremente que la joven se veía contenta. Hoy en día, un comentario que no se apegue a la doctrina estándar, no dura un minuto y es censurado o el autor bloqueado. Así se monopoliza la percepción y se logra controlar a la población. A partir de ese caso se instituyó el meme “si es menor, es abuso”. Así esté contenta, como es menor, es abuso. Es un principio no lógico y un sesgo cognitivo, como todo lo políticamente correcto.
Otro caso es el de las chicas Babko, (siberian mouse). Casi igual. Sexo entre un sujeto y sus vecinas adolescentes. ¿No es el sueño de muchos aquí? Las adolescentes son la perfección de la perfección. El tipo hizo los videos, los vendió y les dio su parte de dinero a las chicas (hecho narrado por Masha). Las inició en el sexo, sin violencia, sin uso alguno de fuerza. Ellas aparecen dichosas. Pero el caso es célebre en el mundo estándar de los medios como una de las peores atrocidades jamás cometidas. Tanto fue sagrada esta posición para la asustadiza gente de rebaño, que una vez ‘rescataron’ a las chicas, tuvieron que convencerlas de que habían sido víctimas de la más perversa vejación y, para adherirlas a la realidad que era lógica para ellos, lograron deprimirlas hasta casi el suicidio. En resumen, les dijeron “Ustedes fueron víctimas de un espantoso abuso, así que compórtense como tal”. Masha apareció luego en Talk Shows de Europa Oriental, convenientemente destrozada, llorando a mares, encorvada y con la cara oculta en una mano, con la conductora del programa poniendo una mano en su hombro. Masha cuenta que fue víctima de matoneo en su entorno, que no paraban de llamarla ‘puta’, que tuvo que cambiarse de ciudad y que tuvo intentos de suicidio. Obra del abuso de propaganda.
Hablando de testimonios de primera mano de menores ‘abusadas’, está el de Dasha, también de Europa Oriental. Cualquier coleccionista recuerda (o tiene) los sets de LS Magazine. Puro arte. Dasha cuenta que su familia accedió a ponerla a trabajar de modelo por su situación económica, que los de la agencia eran muy serios (demasiado, inclusive, que a las pequeñas modelos no las dejaban hacerse amigas entre ellas) y lo más notorio: Que nunca nadie la tocó. Dice además, que nunca vio fotos de la agencia hasta que, ya adulta, un usuario la contactó y se las envió todas.

La manipulación de la percepción ha llegado a extremos ridículos en que, lo que se había aprendido de la así llamada ‘pedofilia’, se oculta del público para reemplazarlo por información castrada o falsa que sí encaje con el discurso oficial. Por ejemplo, en wikipedia ya no está más disponible lo que los investigadores habían establecido sobre esta condición. Que los ‘pedófilos’ presentaban un alto índice de coincidencia con síndrome de superioridad era uno de los hechos. Pero hoy, el ‘pedófilo’ se entiende como un adulto que fue abusado de chiquito, que tiene una insuficiente autoestima (eso dicen de todos los trastornos), y que tiene un coeficiente intelectual muy bajo. Es un perfil armado intencionalmente para provocar aversión en el público, ya que contiene todo lo que la gente teme ser.
Para poner ejemplos de cómo cambia la percepción, puedo mencionar la película Pretty Baby (1978), de Louis Mallé. Es una una reverencial obra de arte. En su época así se reconoció. Pero con el paso de las décadas y el ascenso de lo políticamente correcto y el feminismo como formas de control mental, Brooke Shields pasó de ser una actriz de trayectoria a una “la niña más abusada de Hollywood”. En 1978, arte. En el sigo XXI, abuso. Es como lo que pasó con los gays: En los 50s, inmoral e ilegal. Hoy, es celebrado y aplaudido. No es lo correcto o lo incorrecto, eso no existe, es la percepción que indique la época, y esta a su vez es manipulada por el sistema para moldear a la población.
Y ya que estoy hablando de películas: La película Piccole Labbra (1978), de Mimo Cattarinich, es una soberbia alusión a lo atractiva que puede resultar una menor, no solo sexual sino amorosamente, a los ojos de un hombre adulto.
Lolita es una novela de Vladimir Navokov de 1955 sobre el enamoramiento y obsesión de un escritor por una niña llamada Dolores, de 12 años. Pero en las adaptaciones para cine, el personaje de Dolores se puso de 14 porque 12 les pareció demasiado niña. La percepción ‘oficial’ de esta obra para el público adoctrinado de hoy en día, es que la novela es el retrato de un sucio y enfermo ‘pedófilo’; lo cual es un mentira autocomplaciente, porque el libro es una novela romántica.
The Professional (1994), de Luc Besson: El personaje de Matilda tenía algo más cercano a un romance con León, pero el guión fue modificado para recibir la aprobación de la MPAA. León no era medio retardado, pero así lo volvieron para des-sexualizar la relación entre él y la niña.
Existe todo un universo oculto en el que la belleza de las pre-adolescentes es celebrada. Agencias que son perseguidas. Agencias que se dedican a enaltecer la extraordinaria, aplastante y exorbitante belleza de las pre-adolescentes. Star Sessions, Brima d’Espoina, The People Image, Webe Web, CandyDoll, Belankazar eeeen fin. Ninguna parece existir porque Google y otros buscadores filtran los resultados (¿Ves cómo tu cosmovisión es administrada por otros?)
He hecho justa apología a un puñado de casos célebres y a la producción de contenido visual estético con pre-adolescentes. Me alejo, no obstante, de la pretensión de que todo material sea absuelto. Existe en contraste a lo que he mencionado hasta ahora, un millar de videos donde niños son efectivamente abusados. Quienes los hacen y quienes los ven y disfrutan de ellos, no son personas atraídas por menores, son psicópatas. Valga mencionar que los ricos, famosos y poderosos, frecuentemente llamados ‘pedófilos’, son más bien psicópatas. Esos que consumen adreno-cromo, ya saben ustedes cómo se obtiene. Esos son seres sin ninguna capacidad de sentir culpa, sintonizar los sentimientos de otro y mucho menos de amar. He ahí, justamente una de las inconsistencias del término ‘pedófilo’, cuya etimología indica “amante de los niños”, pero que no obstante ha sido promovido como etiqueta de un enemigo público espantoso, para psicópatas y no psicópatas por igual. Por eso no lo uso.

Como lo he dicho en mis cuentos, yo fui profesor de bachillerato por varios años y sí, me la llevaba suspirando por muchas de mis alumnas de entre 12 y 16 años. Más de una una vez me llegué a enamorar profundamente. Una vez, para un halloween, dos alumnas de sexto grado de ±12 años, se ofrecieron a pintarme el pelo y la cara. Yo acepté. Yo estaba ahí sentado en la butaca con las manos unidas en mi regazo y ellas estaban recargadas sobre mí tocándome la cabeza y el rostro. Además, estaban disfrazadas de ángeles con batas muy delgadas y yo podía sentir la forma de V de sus partes delanteras en mi costado. Es de las experiencias más celestiales que he tenido. Yo, en el extremo opuesto a los psicópatas, soy empático. No soportaría la sensación de miedo de una niña —ni de nadie— si yo intentara tocarla. Por eso he elegido la masturbación como derrotero de vida y el escribir relatos.

Hay hombres a quienes les gustan más chiquitas. Mi perversión no llega hasta allá (con contadas excepciones), pero no puedo juzgar a quienes no sean como yo, por principio. Así mismo habrá quienes crean que yo, por suspirar por y desear a morras de 12, soy el peor monstruo imaginable y merezco morir de forma lenta y horrible. Es solo lo que la TV y otros medios les ha ordenado pensar. Simplemente se apegan inconscientemente al programa de adhesión social.

Para responder a la pregunta que inspiró este artículo, qué tienen las menores que atraen tanto; debo decir que es la pura y entera belleza. Para hacerlo entender, hay que derribar otro paradigma: La belleza no está en el ojo del observador, eso es carreta. Es un eslogan, algo que todo mundo repite y creen que por eso es cierto. Se lo inventaron para que hasta el más feo pueda decirse bello. Pero la estética tiene principios y medidas, y en las menores estos principios y medidas son, a falta de otra palabra, perfectos. Hay niñas que se parecen en efecto al estereotipo de una niña. Con su cabello desordenado, no necesariamente inmaculada y con ropa de niña. A ellas, uno las ve como lo que son: niñas. Pero a muchísimas otras que por el cuidado de sus padres, por tendencia o simple genética, tienen el cabello hermoso, su piel es como debe ser la piel de dios, y para remate no las visten como niñas sino como a mujercitas… Ahí es donde es inevitable la atracción.
Si es un trastorno o no, en mi caso he sabido que mi ADN está infectado con ese karma y es mi misión purgarlo. Toda una vida de resistir semejante tentación (que, si han leído mis relatos, sabrán que no es un tentación pequeña) para lograrlo. Si, por el contrario, cedo; habré fracasado.

A quienes les gusten las pre-adolescentes, les envío un saludo. Yo, no puedo imaginar ni concebir que exista algo más hermoso en el mundo que una morra de 12, justamente como Brooke Shields interpretando a Violet o a Katya Berger haciendo de Eva. Como софия паршикова en el estudio de Амир Гумеров, o como decenas y decenas de las alumnas que tuve.

Las morras son para amarlas. No les voy a recomendar que no las toquen, pero sí los conmino a amarlas.

 

Cometarios del autor:

He publicado versiones de este artículo en otros sitios pero siempre es primero, objeto de críticas con argumentos pre-fabricados, falacias y hasta amenazas; y luego ghost-baneado. Eso solo confirma lo que digo en él. Espero que aquí sobreviva.

 

Recomiendo un episodio de Caso Cerrado en el que una mujer demanda a su esposo porque él se obsesiona con la muñequita de su difunta hija. Se ve clarísimo el modelo de casería de brujas: Se le achaca a alguna que es «bruja», o alguno que es «pedófilo», y en adelante, todo lo que diga o haga o haya dicho o hecho, parte según los jueces, de su supuesta condición de bruja o pedófilo y pierde valor ante la «ley». Y ni siquiera se estaba metiendo con una niña, sino que lo hacía con una muñeca, pero a los demás les pareció un comportamiento aberrante ¿Por qué? Porque es algo que ellos no harían, y usan al sujeto como en un espejo y le tiran a su propio reflejo. El hombre no le hacía daño a nadie pero fue puesto en tratamiento por «pedófilo». O sea que lo que hace a alguien «pedófilo» no es que ame a o ni siquiera que abuse de una menor, sino que basta con que los demás lo señalen a partir de sus propios miedos. Ratifica todo lo que digo en este artículo. Sugiero lean «Yudy, mi niña inolvidable».

 

Jenny 1995
Nota autobiográfica de Stregoika

Le ha gustado a:

  1. He publicado versiones de este artículo en otros sitios pero siempre es primero, objeto de críticas con argumentos pre-fabricados, falacias y hasta amenazas; y luego ghost-baneado. Eso solo confirma lo que digo en él. Espero que aquí sobreviva.

  2. Recomiendo un episodio de Caso Cerrado en el que una mujer demanda a su esposo porque él se obsesiona con la muñequita de su difunta hija. Se ve clarísimo el modelo de casería de brujas: Se le achaca a alguna que es «bruja», o alguno que es «pedófilo», y en adelante, todo lo que diga o haga o haya dicho o hecho, parte según los jueces, de su supuesta condición de bruja o pedófilo y pierde valor ante la «ley». Y ni siquiera se estaba metiendo con una niña, sino que lo hacía con una muñeca, pero a los demás les pareció un comportamiento aberrante ¿Por qué? Porque es algo que ellos no harían, y usan al sujeto como en un espejo y le tiran a su propio reflejo. El hombre no le hacía daño a nadie pero fue puesto en tratamiento por «pedófilo». O sea que lo que hace a alguien «pedófilo» no es que ame a o ni siquiera que abuse de una menor, sino que basta con que los demás lo señalen a partir de sus propios miedos. Ratifica todo lo que digo en este artículo.
    Sugiero lean «Yudy, mi niña inolvidable».

Comments are closed.