Fetichismo

Artículo: El Upskirt y la Ley Trasero

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Artículo | La Ley Trasero | Upskirt | Fetichismo | Bajo Falda

©Stregoika 2022

Una vez, por contestar una pregunta en un foro en una página por ahí, me explayé y terminé con un artículo completo sobre el upskirt. Pero los administradores lo eliminaron, como siempre sin dar explicaciones. Como contenía información que no está disponible en ninguna parte, trataré de volver a escribirlo aquí.
Up-skirt, o upskirt, “falda arriba” literalmente pero mejor adaptado a nuestro idioma como ‘bajo falda’, es como la cultura de internet de los 2000’s denominó a toda muestra, intencional o no, consentida o no, de lo que lleva una mujer bajo su falda. Si bien el término es un neologismo de la era digital, el upskirt, sin tener dicho nombre, ha sido una pasión durante toda la historia. Es hijo del Voyeurismo y primo del Groping.


Sharon Stone en el Upskirt más famoso del mundo: Basic Instinct (1992).

Un profesor de universidad, que tenía mi respeto y admiración, me contó que en la antigüedad, cuando un ejército tomaba una ciudad amurallada, en medio de la batalla, las mujeres se subían a las torres y saeteras y se levantaban las batas. Gritaban ¡Esto es para el que gane!. Eh ahí el origen de las porristas.
Para todo hombre promedio, el ver bajo una falda siempre ha tenido un valor casi místico, y siempre las víctimas de los primeros mironeos de un joven barón, es su hermana mayor. Todos tenemos en la cabeza el recuerdo de cómo se veía el culo de nuestra hermana allá bajo su falda, provocativo, joven, con calzas ceñidas o pantymedias. Para otros es con la propia madre. En segundo lugar, están las compañeras de colegio y en tercero las profesoras.
Quienes rondamos hoy por hoy los 40 años, vivimos una juventud que tuvo los últimos vestigios de una sexualidad sana. Después de eso, la juventud cambió demasiado, pero ese es tema de otro artículo. En esa sexualidad sana, todavía era un milagro delicioso verle la ropa interior a una dama al cruzar sus piernas o verla bajo una escalera escueta. Muchos trajimos ese fetiche a nuestra madurez —y lo llevaremos a nuestra vejez, ja ja—. Y lo mejor de todo, es que en esa época no había nada de esa mierda que llaman ‘políticamente correcto’, y varias cosas eran mucho mejores que hoy en día. Hablando específicamente del upskirt:
Las colegialas: Las colegialas no usaban shorts bajo la falda. Si mirabas bajo diez faldas, veías 9 calzones y una sin nada. No es exageración.
Los bailes: El joropo, el Tango y otros bailes eran de infarto. ¡A ver culos! Qué arrechera tan verrionda.
El Cheerleader: El mundo de las porristas era otro espectáculo. Animo a los nacidos en los 80s que estén presentes, a que lo ratifiquen en los comentarios. Todos queríamos ir a ver porrsitas porque mostraban todo. Si querías ver culos jóvenes y bellos, debías asistir a una presentación de porristas.
La TV: El upskirt era algo natural. Podías ver programas donde las presentadoras mostraban mucho calzón o las actrices de los dramatizados. Incluso las puro jovencitas. Niñas, si quieres.
Los deportes femeninos: EL tenis, principalmente. Ver un partido de tenis era como pararse bajo una escalera destapada por donde pasan todas la niñas de un colegio. Podría decirse, en esa época ¿Quieres ver culos gratis? Ve un partido de tenis femenino.


Martina Hingis, 1996. En la actualidad las tenistas ya no muestran el culo así.

Todo tuvo un cambio lento hasta desaparecer entre 1996 y 2006. En estados unidos, cuna de todas las tendencias de control mental (inclúyase feminismo, lo políticamente correcto, la TCR, etc), un grupo de activistas impulsó una ley para regular la vestimenta de las menores que aparecieran en escenarios. ¿DE VERDAD? ¡Qué aburrimiento, alguien pégueme un tiro! Pero sí, es cierto. Los internautas la apodaron como “La Ley Trasero”. Insisto, no encontrarán nada de esto online porque uno de los mecanismos de control que ejerce el sistema sobre la población, es que nadie ‘mire para atrás’ y así nadie cuestione de dónde viene lo que acepta como ‘realidad’. Yo supe de la Ley Trasero en un documental de History, antes de que esta cadena (y todas las demás) se volviera una simple idiotizadora. Los mayores sabrán de qué hablo.

Ejemplo: ¿Alguien sabe de dónde viene la imagen estereotípica de Jesucristo, el hombre caucásico, zarco y de hermoso cabello largo y sedoso y barba poblada? Nunca nadie hizo un retrato de él, pero toda la civilización acepta esta imagen como la suya. Pero hacer popular la respuesta a esta pregunta, haría que la gente cuestione, y para el sistema es mejor la gente obediente, no pensante. Investiguen y verán.

 


El Club de Nubeluz – Atuendo de las presentadoras considerado inapropiado en los 90’s

Mientras, volvamos a lo pervertido: Una anécdota de esto es: ¿Se acuerdan de El Club de Nubeluz? Yo lo veía con la pita en la mano. Qué dalinas tan bellas y demencialmente sensuales. No me avergüenza decirlo. También me pajeaba viendo Sailor Moon ¿y qué? Ahora: El Club de Nubeluz tuvo gran un éxito internacional y fue emitido en varios países. Pero en USA (La cuna de la estupidez), lo rechazaron porque no les pareció ‘apropiado’ un programa para niños donde las presentadoras usaban falditas brillantes a ras de pubis y botas altas. Sí, eran excitantes las muchachas ¿cómo negarlo? Pero la ley trasero nació, creció (a nivel casi mundial) y todas empezaron a usar shorts, bicicleteros y lycras bajo sus faldas.
Desde entonces, los espectáculos de porristas son aburridos. Todas ellas usan calzoneta negra. 9 de cada 10 colegialas usan uniforme de ciclista bajo el uniforme de escolar. En los bailes, como el joropo y el tango, las menores usan una lycra que las cubre hasta unos cm bajo la nalga. Las tenistas no volvieron a salir en tanguita ni panty tipo bikini, sino con pura ropa de gimnasio. Igual es lindo mirarlas, pero no infartante, como era antes. Y en TV, puedo apostar a que los operadores de cámara, tanto en dramatizados como en páneles, tienen una reglamentación que les obliga a cerrar el plano cuando a alguna se le ve todo, es decir, cuando sufre un upskirt. A menos que el guión (y así, el director) indique explícitamente que se trata de mostrar.


Carmen Villalobos, actriz colombiana en «Sin Tetas no hay Paraíso».

¿Conocen a Carmen Villalobos? Acrtiz colombiana, la prepago. Sí, ella. ¿me creerían que ella apareció por primera vez en TV a los 13 años, en un programa con títeres, y que, en un especial sobre cheerleader, ella usó un trajecito ultra-corto de animadora y se la pasó mostrando las nalgas —¡tenía TANGA!— durante todo el programa? Yo, me pajeé tanto que casi me deshidrato. Ahora ¿creen posible algo así hoy en día? Agradézcanselo a la Ley Trasero. En la cadena de TV competencia de a donde aparecía Villalobos, quizá por espionaje industrial, el programa respectivo para niños era también sobre porristas. Carolina Ramírez es otro bombón colombiano aunque un poquitín menos famosa que Villalobos. El caso es que las nalgas de Carmen llenaban la pantalla en el canal 5 y las de Ramírez (de unos 14 años) en el canal 4. Yo tenía VHS y grabé el espectáculo, igual que varias presentaciones de porristas de mi ciudad donde las mocosas de entre 13 y 15 lucían sus portentosos culos adolescentes sin ninguna premura. Pero la Ley Trasero permeó hasta los confines del continente y lo arruinó todo. Pasaron muchos años y mis cintas terminaron por dañarse, mucho antes que existiera la opción de digitalizar un video. ¡Eso fue hace 25 o 28 años, entiendan!

Ya en algún artículo por ahí mencioné que YouTube era un paraíso hasta circa 2005. El último bastión de las artes pervertidas. Bajo faldas a colegialas a millones, entre otras cosas. Pero los usuarios idiotas no midieron las consecuencias de sus actos y se pusieron a compartir, hacer listas de reproducción y lo peor, a comentar pervertidamente los videos. Más activismo surgió y la plataforma cambió sus algoritmos. Hoy YouTube no le sirve para nada a un pervertido. Cosa irónica, si te enteras de que la sexualización de los niños es parte primordial de la agenda para la humanidad y que YouTube era su principal herramienta. Si buscas ‘upskirt’ o ‘bajo falda’ en YouTube, lo primero que encuentras es una noticia donde un profesor u otro fue encarcelado por tomar fotitos ‘bajo falda’ de sus estudiantes de bachillerato o a tipas en la calle. Hubo masters, como Crameto o el autor de Upskirt Times.


Video de «Upskirt Times», épico.

 


Protesta en contra del upskirt. Lindo culito.

El sujeto se hacía detrás de bellas damas en la escalera automática de algún lugar de Europa Oriental y era un maldito experto en subirles la falda y tomar imágenes de sus preciosos culos. Pero su trabajo fue perseguido y ya casi no se encuentra nada de él ni de sus lindas y sexies ‘víctimas’. Eran cientos y cientos de videos. De su trabajo derivó una protesta que los medios hicieron viral, en la que una joven mujer permaneció un rato subiéndose la falda en medio del subway rodeada de todos los transeúntes. No, pues, qué protesta. Show your boobs, bitch!.
También había canales dedicados exclusivamente a coleccionar upskirts accidentales de actrices en TV y películas, pero todos fueron dados de baja.

El upskirt es un arte. Un arte raro. El artista no es el que produce la belleza sino que la ‘caza’ y la comparte.  
Los dejo, ya que saben qué fue la Ley Trasero y cómo afectó nuestras vidas.

Lea el relato La mejor paja que me he hehco en la vida. (Viendo un upskirt)

Lea la parodia: Greta Thunberg vs el Negro de Whatsapp

 

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Amor multigenital
Me casé con mi hijo.

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