Seguí con mi masaje, le dije que levantara un poco sus piernas para poder masajearlas, las levanto un poco dejando al descubierto su panti, podía ver su colita, deslizaba mis manos de arriba hacia abajo, de sus rodillas hasta sus pies apretando suavemente y dejando caer más aceite en sus piernas; baje sus piernas e hice algo con mucho temor, subí su camisón hasta la altura de su estomaguito quedando descubiertos plenamente sus pantis.
Me quedé mirándola fijamente a sus ojos y ella hizo lo mismo.
Yo: Voy a seguir con el masaje sobre tus muslos para que te sientas mejor.
Me miró y volvió hacer un gesto con su cara de está bien, no me hablaba, deseaba que lo hiciera porque quería saber lo que sentía.
Deje caer aceite en sus muslos, al sentirlo encogió un poco su cuerpo, no se si fue por placer o por lo frío del aceite, coloque mis manos sobre sus muslos y empecé a masajearlos suavemente, deslizando mis manos hasta sus rodillas y luego las subía lentamente hasta el borde de sus pantis.
Empecé a temblar, y ella se dio cuenta.
NH: ¿Papi, porque estás temblando tanto?
Yo: Mi niña hermosa, ¿se siente mucho? ya sabes lo que siento cuando veo tu hermoso cuerpo, aunque quiera no puedo evitarlo, eres muy hermosa.
NH: Papi, ¿luego qué estás sintiendo ahora?
Yo: Cuando veo el cuerpo maravilloso que tienes, despiertas en mí un deseo loco por estar contigo.
NH: Papi, mi hermana puede llegar y nos puede ver.
Me quedé en silencio, era claro su mensaje, solo deseaba su masaje.
Seguí con mi masaje, separare un poco sus piernas y ella lo permitio, su camison cubrían desde su estomago hasta su cuello, la verdad yo deseaba ver todo su cuerpo y su bella vaginita, me enloquecía pensar que solo debía bajar su panti para verla, sin pensar que ella me dijera que no, el deseo mi impulsaba a hacerlo, estaba tan cerca, entonces me levanté y subí a su cama, coloque sus piernas en medio de las mías para poder darle mejor el masaje y sentir su cuerpo, me incliné y coloque mis manos sobre sus muslos y las fui desplazando hasta la manga de su panti, no la miraba a ella, solo miraba su bella vaginita cubierta por su panty, le apretaba suavemente sus muslos deslizando mis manos desde sus rodillas hasta sentir que tocaban su vaginita por encima de sus panti, en un momento intentó cerrar sus piernas, pero mis manos se lo impedían, espere su reacción, solo que no dijo nada.
Baje nuevamente mis manos hasta sus rodillas y luego volví a subirlas, rodeando sus muslos con mis manos y apretandolos un poco más, solo que no aguante, no detuve mis manos, las deslice pasando suavemente por encima de su vaginita hasta llegar a su estómago, luego las bajé pasando por encima de su pubis y deslizando mis manos por medio de sus piernitas y acariciando su vaginita por encima de su panty blanco, verla así, aumentaba mi deseo, el blanco la hace ver sensual y angelical.
La miraba a sus ojos pero los había cerrado, la expresión de su rostro mostraba que su deseo había despertado.
Nuevamente empecé el masaje desde sus rodillas y deslice mis manos por encima de sus muslos apretandolos suavemente hasta llegar a las mangas de sus pantis, mis manos entraron por ellas hasta llegar a su estómago, las bajé masajeando su pubis y sintiendo sus pequeños vellitos hasta llegar a su vaginita y sus labios vaginales, no entre mis dedos, solo la masajeaba por encima y luego las saque, ella apretaba sus piernas, sentir lo que hacía era una locura incontrolable que se apoderaba de mi cuerpo y mi mente, pensaba que debía detener el masaje, no podía volver hacer el amor con ella, no sabría que podría pasar, todo pasaba por mi mente en ese momento, subí mi mirada para ver su cara, pero oh sorpresa, ella tenía cerrado sus ojitos.
Baje mis manos y entonces subí su camisón hasta su cuello, quedando al descubierto su hermoso cuerpo con solo sus pantis, ver su cuerpo así por primera vez, me llenó de ansiedad, aquella vez en la habitación estaba con la luz del tv y no pude apreciar su cuerpo sobre la cama.
Me quedé contemplando su inocente cuerpo, mientras dejaba caer aceite en sus muslos coloque mis manos encima, desplace mis manos hasta su cintura, luego las lleve a su estómago y lo masajee suavemente, el aceite hacía deslizar mis manos sobre su cuerpo encendiendo más placer en mi, baje mis manos pasándolas por encima de su rica vaginita que la cubría su panty, al sentir mis caricias trataba nuevamente de cerrar sus piernas haciendo despertar un deseo loco en mi, me gustaba sentirlo, baje mis manos hasta sus pies, la mire nuevamente, pero aun seguía con sus ojos cerrados, su cuerpo estaba caliente y temblaba igual que yo.
No soporte mas, el deseo me embriagaba, deje caer aceite desde sus pequeños senos hasta su estomaguito, colocando mis manos sobre sus pequeños senos para acariciarlos suavemente y apretar sus pezones para despertar deseo en ella, sentir tanta suavidad despertaba más mi deseo por ella, baje mis manos hasta su piernas y las cerré, sin pensarlo lleve mis manos a su cintura y empecé a bajar sus panti suavemente, mis manos estaban llenas de aceite y su cuerpo también, fui bajando suavemente mientras la miraba a ella, pero no abría sus ojos, seguí bajando sus pantis mientras observaba toda la belleza de su cuerpo, al ver descubierta su vaginita mi ojos quedaron hipnotizados, de verdad era hermosa, sus pequeños vellos cubrían su pubis y su vaginta, sus labios estaban rosaditos y un poco abultados, era la primera vez que podía verlos plenamente, su inocente cuerpo era perfectamente angelical, una maravilla al frente de mis ojos que hacía crecer mi deseo.
Mis ojos no se cansaban de ver tanta belleza y la majestuosidad de su vaginita rodeada de sus pequeños vellos, enloquecía viéndola, mis manos seguían bajando su panti, hasta llegar a sus pies y despojarlos.
Ella era solo para mí en ese momento, mis ojos tenían la fortuna de contemplar tanta belleza y hacer crecer mi deseo y amor por ella.
Le di media vuelta quedando boca abajo su cuerpo, su linda colita redondita sobresalía, su cabello llegaba hasta su cintura, deje caer aceite en su espalda y empecé el masaje suave, llegando a su cuello y masajeandolo completamente, observaba cómo movía su cuerpo, veía la excitación en ella.
Deje caer aceite en medio de su colita, mis dedos los desplace en medio de su colita sintiendo su anito y presionando un poco hasta llegar a su tierna vaginita, toda una fantasía, movía su cuerpo por el placer que sentía, seguí así hasta llegar a sus muslos y volví a repetirlo otra vez, empecé a escuchar sus pequeños quejidos, estaba encantada por el deseo que despertaba mi masaje.
Mi excitación era incontrolable, tenía una erección completa por ver su cuerpo boca abajo, me despoje de mis pantalones y mi bóxer, quedando solo en mi camisa de pijama, no me importaba si me hija menor llegaba y nos encontraba, solo deseaba seguir contemplando a mi hermosa niña y sentir el placer de nuestros cuerpos.
Le di media vuelta y quedó boca arriba, me coloque encima con mis rodillas en medio de sus piernitas, las levante un poco y quedó al descubierto toda su vaginita, podía apreciarla plenamente, con su pequeños vellos cubriendo sus labios vaginales, su rica y pequeña abertura resaltaba aún más su belleza.
Mis manos masajeaban su cuerpo desde sus pies hasta sus senos, tocaba sus senos con mis dedos, esas pequeñas bolitas me generaban un placer fantástico al tocarlos, los rodeaba con mis manos y quedaban totalmente cubiertos por ella, los masajeaba y apretaba suavemente viendo como mi niña hermosa movía su cuerpo del placer que sentía, baje mis manos hasta su estómago suavemente y levante mi mirada, sus ojos, aún estaban cerrados, su respiración era fuerte igual que su quejidos, yo estaba desnudo y deseaba que ella me viera así, pero no me atrevía a decirle que abriera sus ojos, solo seguí con mi masaje.
Separé un poco más sus piernas, llene mis manos de aceite y deje caer aceite desde su pubis y vi como se deslizaba hasta llegar a su vaginita cubierta de pequeños vellos, me encantaba verla rodeada de sus pequeños vellitos, en ese momento ella cerro sus piernas, como por reflejo, la sensación debió ser fuerte y decidí decirle algo.
Yo: Mi niña hermosa, veo que estás disfrutando mi masaje y que tu deseo ha despertado un poco.
Abrió sus ojos y se quedó viendo mi pene erecto, subió un poco sus piernas y luego miró amis ojos,
NH: Papi, me dijiste que solo era un masaje, me lo prometiste.
No sabía qué responderle en ese momento, me había repetido varias veces que solo quería un masaje y se dió cuenta que yo buscaba algo más.
Yo: Mi niña hermosa, te desnudé para hacerte el masaje por todo tu cuerpo y te sintieras mejor, solo por eso, bueno, no puedo negarte que deseaba verte desnuda nuevamente porque me enloquece verte así, quien no quiere ver el hermoso cuerpo de una niña como tu.
NH: Si papi, pero tu estás desnudo y tu pene está erecto porque vió mi vagina y quieres entrar otra vez en ella.
Yo: Mi niña hermosa no es mi intención, solo quiero darte un masaje completo, me desnude porque sentí deseos de ti y quería que vieras mi pene como te gusta, no voy a penetrarte otra vez, aunque no puedo negar que es lo que deseo en estos momentos.
NH: Papi, ¿de verdad no quieres entrar tu pene otra vez en mi vagina y dejar tu semen en ella?
Yo: Mi niña hermosa, ¿ quieres que eso pase, quieres volver a pecar conmigo otra vez?
NH: Papi, me duele mucho cuando entras tu pene en mi vaginita y tu dijiste que solo era un masaje.
Yo: Mi niña hermosa no me respondiste, ¿quieres sentir mi pene dentro de tu vaginita?
NH: Papi y si llega mi hermana y nos ve, le puede contar a mi mami y me da miedo.
Yo: Osea mi niña hermosa, que si deseas que entre mi pene en tu vaginita como la otra noche porque te gusta lo que te hace sentir cuando lo sientes dentro.
NH: Papi ya te dije, me da mucho miedo porque me duele cuando entras en mi vagina.
Yo: Entiendo a mi niña hermosa, te gustaría que entrara mi pene en tu vaginita, pero te da miedo porque te duele mucho, no te preocupes solo será el masaje.
Abrí sus piernas y pase mis manos por medio de su vaginita, sintiendo todo su calor, el aceite se confundía con sus jugos que brotaban de ella, la suavidad que sentía al pasar mis manos encendía mi deseo por hacer el amor con ella.
Suavemente pasaba mis manos por toda su vaginita y sus vellitos producían una fuerte sensación en todo mi cuerpo, ellos me transmitían su deseo, me acosté en medio de sus piernas y las levante un poco quedando frente a su bella vaginita, era toda para mi como aquella noche, el paisaje hermoso ante mis ojos era majestuoso, mi hermosa niña me permitía contemplarlo mientras mis manos seguían masajeando su vaginita, se movía levantando su colita un poco, estaba excitada , embriagada de deseo igual que yo, verla así me enloquecía, deseando entrar otra vez en su vaginita, hacerla mía otra vez, dejar todo mi semen dentro de su cuerpo y que sintiera cuando me viniera dentro de ella, era mi pensamiento.
Pero debía aguantar, no podía volver a pasar otra vez, solo podía llegar hasta ahí con mi masaje, mis manos bajaron por sus muslos y los apreté fuerte, deseaba que abriera sus ojos otra vez, pero no era capaz de decirle que lo hiciera.
Llevé mis manos hasta su boca y abrí un poco sus labios, para ver si despertaba, pero no abría sus ojos.
Baje mis manos repitiendo el masaje por todo su cuerpo, sintiendo cada parte, sintiendo otra vez su hermosa vaginita, estaba super mojada por sus juguitos y podía ver como salían de ella, fue fantástico ver a mi niña hermosa excitada, deseosa que la hiciera mía otra vez, pero no me lo pedía, por temor creo yo, o, tal vez el dolor de la primera vez no había pasado, debía parar y esperar, tal vez en unos años podría volver a pasar.
Ver como se movía me hacía pensar en hacerlo, había despertado todo el deseo en ella.
Corrí mis rodillas y su estómago quedó en medio de ellas, tome sus manos y las llene de aceite, luego hice que tocara mi pene, esperaba que abriera sus ojos, y en ese momento lo hizo, pero vio sus manos en mi pene erecto primero.
Yo: Mi niña hermosa, ¿te gustaría acariciar un poco mi pene con tus manos para consentirlo como consenti tu hermosa vaginita?
NH: Papi ya pusiste mis manos en tu pene, ¿por qué me preguntas si quiero hacerlo?
Mi niña hermosa, el placer y deseo que estoy sintiendo ahora por tí es tan fuerte que no puedo controlarlo, tienes un cuerpo tan hermoso que me enloquece cuando te veo desnuda y aún más por haberlo acariciado, por eso lleve tus manos a mi pene, porque deseo que lo consientas un poco para que lo hagas feliz.
Mientras hablamos ella no quitó sus manos de mi pene, solo lo apretaba un poco y lo miraba detenidamente.
NH: Sabes papi, me gusta como siento tu pene, me gusta verlo así, no se porque, pero me gusta verlo así, ahora entiendo porque me duele cuando entra en mi vagina, es grande y duro.
NH: Está bien papi, te voy a complacer, pero tengo miedo de que pueda llegar mi hermana y pueda vernos, le puede contar a mi mami.
Sigue final…