Incesto

El día después de la primera noche con mis dos hijas VII (12)

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Nos dirigimos al cuarto de ella, me había pedido que pasáramos la noche allí, me dijo que no quería estar donde compartía con su mamá todas las noches, yo acepté, era su decisión y solo quería que se sintiera bien.

 
Marcela: Ahora estas en mi cuarto y esta noche seras solito para mí papi, quiero vivir una noche inolvidable contigo, quiero demostrarte todo el amor que siento por ti y quiero que tú igual me lo demuestres.
 
Padre: Lo se, pero antes quiero que me respondas algo con la verdad, no quise preguntarte delante de tu hermana porque se que es un tema muy personal, pero yo quiero saber el resto de tu historia que no contaste.
 
Marcela: No entiendo papi que me quieres decir con lo del resto de mi historia.
 
Padre: Tengo presente cuando me llamaste aquella mañana que te quedaste donde tu amiga Lucia para que te recogiera, ese día estabas muy callada y casi no me hablaste durante el camino, pero creo saber ahora porque estabas así ese día. ¿Quieres contarme lo que realmente pasó ese día o prefieres que yo me siga consumiendo con esta duda?, necesito saberlo mi niña, no te voy juzgar y menos a enojarme contigo.
 
Marcela: Papi, por favor, ¿por qué me dices que pasó algo más ese día?
 
Padre: Cuando nos estabas contando lo que pasó, se me vino a la cabeza ese dia, entonces recordé cómo estabas y entendí que había pasado algo más, no se me olvida que cuando llegaste ese día a casa, lo primero que hiciste fue entrar a ducharte y duraste mucho tiempo, te estuve observando, estuviste callada casi todo el día, ahora entiendo porque, pero se que paso algo más y te lo reservaste, pero yo quiero saberlo todo mi niña por favor, es importante para mí.
 
Marcela: Papi, tenía muchos celos y por eso empecé a contar, pero cuando ví que te pusiste así de mal, preferí callar, no quería que te sintieras tan mal y menos que mi hermana se enterará de todo lo que me pasó ese día. No se como decirte lo que paso, me siento muy mal papí, te lo juro.
 
Padre: Te entiendo mi niña, solo quiero que me cuentes todo, no quiero que te escondas nada, solo dímelo y así también vas a descansar de la culpa que sientes, si la tienes.
 
Marcela: Papi por favor perdoname te lo ruego y no te vayas a enojar conmigo te lo suplico, pero es que me siento tan mal por lo que paso y si me siento con mucha culpa, te lo juro.
 
Estaba tan aturdido, mis sospechas eran ciertas, no había contado todo lo que pasó ese día en la casa de su amiga con su papá, me había quedado la duda y aproveche de lo que me acordaba para que me confesara, porque de lo contrario seguro nunca me había enterado.
 
Marcela: Lo que ya te conté así pasó, solo que me salte algunas cosas y oculte otras, perdoname por favor papi. Esa noche Lucia me dijo que si quería tomar algo que ella tenía ganas de hacerlo, que como sus papás iban a llegar tarde esa noche, cuando llegaran no se iban a dar cuenta y que su hermana no contaría. Nos encerramos en su cuarto las tres y empezamos a hablar y jugar, después ella sacó una botella de licor y empezamos a tomar de a poquitos en la botella, la que menos tomó fue su hermana. No se cuanto había tomado pero me quede dormida, cuando me desperté Lucia todavía estaba dormida y ya era de madrugada, me dolía la cabeza y sentía mucha sed, entonces salí a buscar algo para tomar, fui a la cocina y serví agua en un vaso y luego me senté en el sofá de la sala, cuando estaba ahí, llegó el papá de Lucia, me dijo que si tenía mucha resaca, que eso pasaba cuando uno tomaba licor y no estaba acostumbrado, yo le dije que no había tomado, pero me dijo que cuando él llegó en la madrugada se había dado cuenta porque el cuarto olía a licor y encontró la botella de licor, pero que el la levanto para que su esposa no se diera cuenta, que él nos había cubierto.
Entonces me dijo que me daría un masaje relajante en el cuello para que se me quitará el dolor de cabeza, que era efectivo y no se demoraba mucho, que a sus hijas les servía siempre, yo no quería al comienzo, pero me insistió tanto y me decía que si llegaba con ese dolor a mi casa se iban a dar cuenta y me regañaban, entonces fue cuando acepte papí.
 
Porque estas tan callado papí, no me dices nada.
 
Padre: Quiero escucharte, por favor quiero que continues.
 
Marcela: Papí por favor no te pongas así, perdóname por favor, te juro que estoy muy arrepentida.
 
Padre: No tengo nada que perdonarte mi niña, estes tranquila, solo sigueme contando por favor.
 
Marcela: El empezó a masajear mi cuello con sus manos y luego los hombros por encima de mi pijama, lo raro es que él tenía aceite en sus manos, era como si estuviera preparado, yo seguí sentada en el sofá y él estaba detrás del sofá, pero cuando empezó a masajear mis hombros, empecé a sentir cosas papí, perdoname por favor…. no se como seguir contandote, me siento muy mal.
 
Padre: Ya te dije, no tengo que perdonarte nada, eres un ser humano con sentimientos, no eres de piedra, solo quiero que me cuentes todo lo que paso, por favor.
 
Marcela: Me masajeaba el cuello y los hombros, asi duro un ratito y luego empezó a masajear mis hombros por debajo de mi pijama y los bajó hasta casi mis senos, yo estaba como paralizada, quería decirle que no siguiera, pero no podía, ahí fue cuando me hablo al oido y me dijo que me relajara y disfrutará plenamente de mi masaje, que cerrara los ojos y no pensara en nada, yo estaba muy nerviosa pero no era capaz de decirle que parara. Sus manos bajaron hasta mis senos y empezó a tocarlos y me besaba el cuello, empezó a decir muchas cosas de mis senos y mi cuerpo, yo seguía sin decirle nada, bajo sus manos por dentro de mi pantalón de la pijama y me toco por encima de mis pantys. Papí no quiero seguir por favor perdoname, se que hice mal, pero no quiero seguir, no quiero que te sientas mal por lo que hice.
 
Padre: No te preocupes, quiero saber lo que pasó, por favor sigue y no pares hasta terminar.
 
En ese momento ella soltó un llanto, me decía que la perdonará que ella no lo había hecho por hacerme daño, la consolé y le dije que era necesario para mí saber todo lo que pasó ese día en la casa con él.
 
Marcela: Cuando me empezó a tocar por encima de mis pantys fue cuando le dije que no siguiera porque de pronto se levantaba su esposa y nos veía, me dijo, no te preocupes, ella salió temprano esta mañana y regresa hasta la tarde y mis hijas con esa resaca que tienen no se van a levantar para nada, que mejor nos fuéramos para su habitación para estar más cómodos, porque él sabía que yo deseaba que le hiciera el amor y que él siempre me había tenido muchas ganas. Papi no sabía qué decir, estaba bloqueada, fue cuando se dio vuelta y se sentó en el sofa a mi lado, me dijo que estuviera tranquila, que no me arrepentiría y me pregunto que si era mi primera vez, yo le respondí que no con la cabeza, entonces me dijo, mejor, ya sabes como es, aunque no es lo mismo porque imagino fue con un compañerito tuyo, también me pregunto que si había tenido sexo oral, le dije que si con la cabeza otra vez, no se porque le dije que si papi, me pregunto que me había gustado más, no le respondí, me tomo de las manos y se quedo mirandome fijamente y me dijo, quiero que hagas algo con tus manos porque se que te va a gustar igual que el masaje, solo dejate llevar y disfrutalo, me intimido un poco con su mirada, llevo mis manos y las colocó sobre su pene por encima del pantalón y me dijo que se lo acariciara un poco, papi por favor no quiero seguir, me siento muy mal por todo lo que paso.
 
Sigue.. VIII
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